Capítulo 17: Noticias

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A Elliot le hubiera encantado tener la fuerza de voluntad suficiente para ordenarle al incubo que se alejara... Pero no la tenía. Antes de darse cuenta, sus labios estaban unidos de nuevo a los de Joel en una danza cada vez más intensa.

El incubo, por su parte, estaba embelezado: todo el erotismo que se desprendía de ese simple beso bastaba para despertar su apetito de una forma brutal. Tenía al menor sujeto por la nuca para profundizar su contacto, le mordía los labios con suavidad cada tanto y no tardó mucho en darles un leve tirón para separarlos y meter su lengua entre ellos, degustando aún más la esencia del brujo.

-Mgh..- un jadeo ahogado abandonó la garganta de Elliot mientras sus manos arrugaban la ropa del mayor.

Joel sonrió entre besos mientras seguía en lo suyo, aferrándose con más fuerza al contrario por la cadera y comenzando a sentir como su pulso se aceleraba. Él era su presa.

Elliot se apartó de nuevo un minuto después, aprovechando los pocos segundos que el incubo le cedió para ordenarle que parara.

-¿Qué? ¿No te gustó tu clase? Fuiste tú el de la idea- Joel sonreía seductoramente sin soltarle las caderas, consciente de lo que provocaba en el brujo.

-N.. No...- la respiración del menor era pesada -No es eso, es que...-

El demonio estaba por inclinarse a iniciar otro beso pero el chico terminó por darle un golpe en la cabeza.

-¡Al menos escúchame! Pinche calenturiento-

Se zafó de su agarre y se marchó a toda prisa a su habitación, dejando al demonio ahí.

-.... Un día más sin cena- Joel gruñó por lo bajo y volvió a sus asuntos.

Elliot, por su parte, se había dejado caer en la cama nada más entrar en la habitación. Se sentía confundido y no precisamente por sus sentimientos ¿En serio besar era así de intenso? Si Ezra besaba igual que Joel... ¿Cómo diablos iba a seguirle el paso?

-Fue demasiado....-  estaba acalorado y un poco intimidado también.

Sus dedos se deslizaron sobre sus labios, aún cálidos por el contacto del incubo en ellos. Un cosquilleo le recorrió el estómago mientras el rubor invadía su cara y cierta parte de su cuerpo reaccionaba otra vez bajo su ropa.

-... Ok, en serio fue demasiado- gruñó.

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Bitru permanecía sentado en el pórtico de la cabaña, apreciando como la noche caía poco a poco hasta dejar el bosque completamente sumido en tinieblas.

No iba a negarlo: el beso con su amo fue suficiente para despertarle el apetito; si desde un principio probar a Elliot había sido una tentación, ahora se incrementaba al doble. Con algo de suerte, quizá si persistía un poco más lograría que su amo lo alimentara.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al notar una presencia demoníaca cerca de ahí, aunque está vez ni siquiera se inmutó. Sabía perfectamente de quién se trataba.

-JEFEEEEEEEE-

Dominik salió de un portal cercano y se lanzó de inmediato a su pecho, transformándose en salamandra mientras su cuerpo seguía al vuelo y dando vueltas a su alrededor.

El príncipe tomó al animalito de la cola para apartarlo.

-¿No recuerdas lo que hablamos sobre el espacio personal?- lo colocó a un costado.

Dominik recuperó su apariencia habitual y lo miró con dramático resentimiento mientras se acomodaba la ropa y se sentaba a su lado.

-Lo recuerdo, pero no puede culparme por mi emoción al verlo luego de dos semanas. Le pido disculpas, mi señor- agachó la mirada -Lleva casi dos meses atrapado aquí y sigo sin encontrar lo que me pidió-

Tu alma es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora