Capítulo 63: Ejecución (II)

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Los tenues rayos de sol iluminando el pueblo desde el horizonte no bastaban para calentar el ambiente helado de la mañana. La gente temblaba un poco, pero la curiosidad de ver lo que pasaría con el "brujo endemoniado" era un incentivo muy fuerte para hacerlos permanecer en la plaza.

Al menos eso fue lo que Dominik pudo notar cuando pasó volando en dirección a la cabaña tan rápido como pudo.

Estaba preocupado y sentía el estómago revuelto ¿De verdad su señor se enamoró de un humano?

No negaba que tuvo sospechas al respecto luego de que Bitru le consiguiera prestado un libro de Berith y ese recelo solo se incrementó cuando el humano estuvo enfermo y su Señor se encargó de atenderlo ¿Pero en serio era amor? Después de todo, para los seres del infierno ese sentimiento era tan complicado que casi nunca ocurría, como si su sistema lo evadiera en la medida de lo posible. Si enamorarse de otro demonio tendía a ser un problema, enamorarse de un humano lo empeoraba todo ¿Que iba a pasar con el príncipe cuando el humano muriera? La vida de esa raza era tan corta que todo el asunto del enamoramiento iba a ser un problema tremendo para Bitru.

-Mi pobrecito jefe.... De por sí ya está sufriendo desde ahora por cosas que no debería y seguirá así por cientos de años aunque ese desgraciado muera ¡Maldito humano inutil, solo da problemas!-

Tenía que hacer a Bitru entrar en razón: un príncipe del infierno no podía enamorarse de un simple humano que, además, lo tenía como esclavo, retenido en el mundo mortal.

-¡Eso es!- se dijo a sí mismo, frenando su andar.

"No es que mi señor esté enamorado, es que tal vez está confundiendo sus sentimientos a causa del contrato que le puso el pendejo este..."

En los libros que revisó para tratar de liberar a Bitru, había leído que ese sentimiento de devoción hacia los humanos muchas veces era a causa de la magia del familiar. Era como un instinto de protección y cuidado, así que era fácil de malinterpretar. Pero...

"Se veía muy seguro cuando dijo que estaba enamorado..."

Suspiró. Debía conversar seriamente con el príncipe para llegar al fondo del asunto.

-¡Wein, pásame eso aquí por favor!-

La voz de un hombre gritando hizo que Domi volviera a centrarse en la situación actual, ya luego continuaría con el otro asunto. Las órdenes de su hermano eran más importantes, aunque por el momento fueran descabelladas.

Parado en la cima de un árbol, el incubo observó como un grupo de caballeros rodeaba la cabaña, mientras otro par apilaba cosas frente al pórtico.

-Es decepcionante que no haya ni una sola cosa de oro... O sea, todo mundo tiene aunque sea una pieza ¿no?-

-Quizas él es la excepción- el caballero bajó un baul lleno de ropa junto al resto de cosas -Pero dime ¿de donde esperabas que un brujo como él obtuviera dinero como para tener cosas de oro? Digo, si prácticamente nadie le compraba nada-

-Por eso trajo a ese demonio-

Ante la ultima frase, todos los hombres se santiguaron y escupieron al piso.

-Si hizo un pacto con él debe tener la riqueza escondida en alguna parte, quizás en el cuarto de sus brujerías-

-Tadeo ya está revisando ahí...-

-¿Todavía? Lleva casi una hora con eso-

-Hace un rato dijo que debía tener cuidado con lo que tocaba porque no sabía qué tipo de magia tenían los objetos-

Tu alma es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora