Siguió con la mirada los pasos del demonio hasta que lo perdió de vista por completo en el bosque. Estaba preocupado de que fuera a matar a alguien mientras él se encontraba ocupado con Ezra, pero él permiso ya estaba dado. Ahora solo quedaba esperar que el mayor se controlara.
-¿Lo siento, querías que se quedara?-
La voz del panadero lo regresó a la realidad y negó con la cabeza rápidamente.
-No, sólo estaba pensando....- bajó la vista a las flores -son muy bonitas... Ezra ¿No te dio nada de vergüenza decirme todas esas cosas enfrente de Joel?-
Una sonrisa se formó en la cara del nombrado.
-¿Debería darme vergüenza admitir que estoy enamorado y que quiero pasar cada segundo contigo?-
Pese a que eran palabras agradables de escuchar, Elliot se encontraba bastante confundido aún para asimilarlo del todo.
-P.. Pues... Igual y vergüenza no pero tu no sabes cómo puede reaccionar Joel. Tal vez te delate en el pueblo y entonces te hagan algo. Soy un hombre después de todo-
Ezra guardó silencio unos segundos y luego se inclinó a recoger la canasta de comida que había dejado en el suelo.
-Entremos a comer antes de que las cosas se enfríen aún más ¿te parece? Adentro responderé a todo lo que tú quieras-
El brujo hizo un gesto de afirmación y se apresuró a adelantarse para abrir la puerta.
Ezra se adentró hasta la cocina y dejó las cosas sobre la mesa con cuidado mientras miraba todo al rededor atentamente.
-Hace mucho que no venía de visita- sacó de la canasta un par de piezas de pan, un queso y también un poco de sopa de un frasco -Todo luce mucho más ordenado que antes ¿acaso ahora que tu venta de pociones ha mejorado le pagas a alguna doncella para que limpie aquí?-
Elliot, que estaba poniendo las flores en un jarrón, no pudo evitar imaginarse al incubo con un traje de sirvienta como los que se usaban en las casa ricas de las ciudades más grandes. Una carcajada instantánea surgió ante esa visualización.
-Jajajajajaja me gustaría, pero no es el caso- trajo un par de platos a la mesa -En realidad Joel me ayuda con eso a veces, te sorprendería lo bueno que es limpiando-
Ante la mención del mayor, la cara de Ezra automáticamente se volvió más sombría.
Ninguno de los dos humanos era consciente de lo que sucedía, pero el hechizo de Bitru permanecía activo y haciendo efecto.
Los sentimientos dulces del panadero hacia Elliot se habian transformado en deseo y ese deseo, a su vez, acarreaba lujuria posesión y celos. Ezra quería que el menor fuera suyo nada más.
-No quiero que hablemos más de él- dejó lo que estaba haciendo para acercarse a Elliot y sujetarlo por las caderas -Estoy aquí porque te he extrañado mucho desde la última vez que te vi- sonrió.
Las mejillas del más joven se somrojaron de inmediato e intentó retroceder, aunque una silla se lo impidió.
Ezra se acercó hasta el punto en que Elliot podía respirar su aliento. Era dulce, claro, pero estaba asustado ante esa determinación tan repentina.
-E.. Ezra, espera-
-¿Por qué? ¿Acaso no te gusto también?- se inclinó a besar una de sus mejillas con lentitud.
Al brujo eso le causó mariposas en el estómago. Eran sensaciones completamente nuevas a excepción de...
"No, pendejo. Esos eran nervios por la lección" se regañó a sí mismo.
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Tu alma es mía
FantasíaElliot es un joven brujo que intenta seguir los pasos de su madre y ganarse la vida vendiendo pociones, sin embargo tiene un problema: la magia no se le da muy bien. Frustrado de no mejorar pese a años de práctica, decide evocar a un demonio para...