Capítulo 43: Regreso

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Advertencia: hay un par de párrafos +18 en este capítulo.

Disfruten (?

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"Mierda... Esto duele"

Fue lo primero que le cruzó por la cabeza al incubo en cuanto atravesó el portal y este se cerró a sus espaldas.

Las marcas en sus muñecas ardían como si se tratara de cadenas calientes, después de todo, seguía siendo esclavo de Elliot. Esto lo hizo recordar por qué tiempo atrás había decidido seguirlo en forma de gato en lugar de alejarse: no era buena idea irse lejos mientras el contrato siguiera activo.

Bajó las mangas de su camisa para ocultar sus brazos y entonces observó al rededor. Ahí estaba.... El infierno era tan gris y lúgubre como siempre.

Sus ojos vagaron por el paisaje desolado, apreciando entonces el gran contraste que tenía con el mundo humano, lleno de árboles y vida.

-¡Alteza! ¡Alteza!-

Dominik se acercó corriendo hasta él, fundiéndose en un nuevo abrazo como si no se hubieran visto apenas hace diez minutos.

-¿Cómo hizo para venir tan rápido? ¿Ya mató al humano? ¿Lo convenció de romper el contrato?- lo soltó.

Bitru negó con la cabeza.

-Mi contrato sigue en pie... Volveré en cuanto resuelva nuestra lista de pendientes ¿Qué es lo primero?-

Estaba nervioso, no iba a negarlo. Mostrarse por primera vez en Lagneia luego de meses desaparecido era una puerta abierta para los problemas y el escándalo... Y eso era justo lo que necesitaba evitar. Tenía que hacer parecer que nunca había dejado el reino.

-Lo primero es ponerlo en condiciones, Alteza... Está empezando a verse delgado de nuevo así que me tomé la libertad de prepararle un harén. Las doncellas están esperándolo en el salón contiguo a su recámara-

Al abrir portal, Bitru apareció en la azotea de su palacio, así que al menos ahora no debía pasar por muchas personas antes de llegar a sus aposentos.

-¿Son de confianza?- empezó a bajar las escaleras y caminó por los pasillos.

-Sí, señor- Domi lo siguió de cerca -A todas les puse en entendido que usted ha tenido mucho trabajo en las últimas semanas por asuntos con el noveno círculo. Les dije que no ha tenido tiempo para comer como se debe, así que no harán muchas preguntas por su apariencia-

-¿Cuánto tiempo tengo?-

-Su majestad, la reina, llega mañana al atardecer, así que tiene todo el día-

El príncipe hizo un leve asentimiento de cabeza y caminó en silencio el resto del trayecto hasta la habitación designada para su harén. Abrió la puerta y casi de inmediato todas las personas dentro hicieron una reverencia.

-Buenas tardes, gran príncipe...-

El incubo sintió un hormigueo en el estómago: había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo trataron con ese respeto.

Ingresó a la habitación y se sorprendió al notar que Domi se quedaba de pie en la puerta.

-¿No piensas unirte, Vizconde?-

El menor hizo un gesto negativo.

-Normalmente me encantaría... Pero tengo unos cuantos asuntos que atender y además usted es nuestra prioridad hoy- sonrió -por favor disfrute y mándeme llamar en cuanto esté satisfecho-

Tu alma es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora