¡¡¡Antes de empezar!!!!
Tengo la obligación de aclarar que este capítulo es para personas mayores de +18 años [aunque si tienen 16 podemos hacer una excepción (?)]
Están advertidos. Ahora sí, disfruten.
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El joven incubo se secó el sudor de la frente mientras cargaba la última pila de libros para llevarla desde la mesa de la biblioteca hasta el librero en el cual correspondían.
Dominik llevaba poco más de dos semanas sumido en la tarea de organizar todos los libros y aún así le faltaba bastante por terminar. Era complicado, más aún si aprovechaba cada momento en que Berith no lo vigilaba para poder buscar sobre cómo liberar al príncipe de su condición de familiar.
Suspiró; a pesar de la gran información de la que disponía por lo enorme de esa biblioteca, los datos que necesitaba no aparecían por ningún lado. El tiempo seguía su curso y era cada vez más complicado mantener en total secreto la ausencia de su jefe.
-Mi señor.... Lamento tardar tanto en liberarlo- el aire dramático ni siquiera lo abandonaba estando a solas.
El castaño se sentó en el suelo y flexionó sus rodillas hacia sí, en parte para descansar y en parte para pensar mejor sobre qué clase de libros podrían tener la magia que requería.
-¿Eh? Yo podría jurar que todos en Lagneia dicen que el vizconde Dominik es muy trabajador- una voz suave invadió la estancia -Quién diría que holgazanea en horas de trabajo, en lugar del segundo círculo, pareces más bien sacado del quinto-
El incubo levantó la cabeza para encontrarse con Berith recostado contra la puerta, observándolo con una expresión divertida aunque toda su aura gritaba que no estaba contento con verlo descansar.
-Si de verdad perteneciera al círculo de la pereza, no llevaría tantos libreros terminados- señaló con el dedo todo lo que ya había acomodado.
-Eso no justifica que estés ahí sentado ahora- el pelirrojo se acercó y se recargó en la mesa, frente a él -Si terminaste tu trabajo de hoy solo retírate y ya ¿Qué necesidad tienes de sentarte ahí a dar lástima? ¿Esperas un premio acaso?-
El más joven se levantó despacio y caminó hasta donde se encontraba el duque, acariciándole los muslos en cuanto estuvo lo suficientemente cerca.
Berith levantó una ceja.
-¿De verdad vas a tratar de nuevo?-
Desde el incidente con el anillo Verità y la extraña respuesta que dio el demonio a las propuestas de Domi, el incubo se las había arreglado en diferentes ocasiones para seguir provocando al mayor, insinuándose cada que tenia oportunidad. Hasta el momento, no había logrado alimentarse de él, pero cada día que pasaban juntos intentaba por todos los medios conseguirlo.
Ese día no era la excepción.
-Sí, de nuevo- sonrió, acercándose aún más -¿Le molesta que intente?-
El pelirrojo sonrió de lado, dispuesto a mentir aunque sabía cuál sería el resultado de intentarlo.
-Para nada, verte tratar me complace. Sólo estoy esperando que me ruegues como es debido y entonces si voy a hacer que te quedes sin aliento por tanto gemir-
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Tu alma es mía
FantasiaElliot es un joven brujo que intenta seguir los pasos de su madre y ganarse la vida vendiendo pociones, sin embargo tiene un problema: la magia no se le da muy bien. Frustrado de no mejorar pese a años de práctica, decide evocar a un demonio para...