Una pegajosa melodía llenaba el aire del local mientras Ezra sacaba los roles de canela del horno.
-Están listos- anunció, dejando de silbar mientras los colocaba en la mesa -Tenga cuidado al tomarlos porque siguen muy calientes, si yo fuera usted esperaría unos minutos al menos- sonrió.
El olor era demasiado bueno, pero aún así las manos de Doris se alejaron de la bandeja.
-Ahh... Es todo un desafío que me pida eso justo cuando estoy tan hambriento, pero tiene sentido- sonrió.
Se había vuelto su costumbre de los últimos días desayunar un poco de pan recién hecho por el pelinegro, aunque aquello no era precisamente por los productos de la panadería.
Cada mañana Doris repetía esa rutina solo para poder observar a Ezra: era extraño todo su comportamiento. Parecía calmado y sereno en todo momento del día pero bastaba una sola mención del brujo para que su actitud se transformara de forma radical.
En las breves entrevistas que el cazador había tenido con otras personas del pueblo, todos describían a Ezra como alguien centrado, inteligente y muy bondadoso.... Cosa que era contrastante con la poca prudencia que el menor demostraba al expresar abiertamente sus sentimientos hacia Elliot. El panadero parecía ignorar todo riesgo de condena y su actitud cariñosa no se limitaba con el brujo.
Todo era muy raro.
-Saldré un momento a caminar en lo que el pan se enfría, si le parece- avisó al pelinegro antes de levantarse de la barra -Volveré en unos veinte minutos-
"Pobre alma, condenada de tal manera al sufrimiento y la locura por un hechizo"
Doris seguía sin estar seguro de cuál era la criatura causante de aquella situación. Sus teorías eran muchas y sus pistas muy pocas: podia tratarse de un hada porque ese pueblo estaba cerca de un antiguo asentamiento. A las hadas les agradaban ese tipo de embrujos que cegaban el raciocinio de la gente.
"O podria ser también obra del brujo.... Quizás sí es lo suficientemente hábil para que se trate de una poción de amor"
Pero si lo pensaba bien, tampoco era muy probable. Todas sus investigaciones en el pueblo le habían conducido a la conclusión de que las pociones se Elliot no tenían buenos efectos. Sumado al hecho de que una poción de amor debería de administrarse con frecuencia para mantener su poder y el brujo no habia visto a Ezra en al menos una semana.
"Además, con una poción, Ezra sería mucho más romántico todo el tiempo, y la situación actual es que se porta normalmente y lo que parece disparar su amor es la mención del brujo..."
Sus ideas fluían una tras otra. Necesitaba dar con la fuente del hechizo para saber como liberar al pueblo de la influencia mágica de las criaturas. Sin embargo, toda su reflexión pasó a segundo plano cuando una cara conocida salió de una casa cercana.
¿Qué no le habían dicho que Elliot era el único conocido de Joel en ese pueblo? Entonces... ¿Qué hacía el forastero abandonando una casa tan temprano en la mañana? Y más importante aún ¿Qué hacía besando tan apasionadamente a la hija del carpintero que vivía ahí?
No tenía idea de que el joven se relacionara con otras personas del pueblo aparte de Elliot y el propio Ezra, después de todo, cuando investigó al respecto nadie sabía mucho de él.
Se ocultó tras el muro de una casa cercana y observó al de ojos verdes despedirse de la chica para luego caminar hacia la calle que conducía al bosque.
Decidió seguirlo, no tenía nada que perder y sí mucho que averiguar, como por ejemplo el hecho de que Joel se viera más fornido y sano que la última vez que lo vio en la cabaña, una semana antes.
ESTÁS LEYENDO
Tu alma es mía
FantasíaElliot es un joven brujo que intenta seguir los pasos de su madre y ganarse la vida vendiendo pociones, sin embargo tiene un problema: la magia no se le da muy bien. Frustrado de no mejorar pese a años de práctica, decide evocar a un demonio para...