Elliot abrió los ojos despacio, intentando ignorar el horrible dolor de cabeza que tenía. Alcanzó a ver la silueta de Joel a su costado sobre la cama y sus ojos se fueron de inmediato al pecho y torso desnudo del mayor; tenía que admitir que era una bonita vista para levantarse.... Una muy buena de hecho.
Se sonrojó al darse cuenta del rumbo que llevaban sus pensamientos y se levantó a toda prisa para alejarse del incubo, quién solo suspiró y siguió durmiendo.
-Mira el patrón que agusto- gruñó por lo bajo y luego se acercó hasta él para sacudir su brazo suavemente -Joel... Joel, despierta-
-Mmmm... Elliot...- el mayor murmuró su nombre pero no salió del sueño profundo en el que se encontraba. Una sonrisa tonta en la cara dejaba al descubierto lo mucho que estaba disfrutando de lo que sea que su inconsciente le hacía imaginar.
-Joel, te digo que despiertes...-
-Un...poco más...- el tono sugerente de esas tres palabras hizo que el rubor del brujo se incementara, aunque su suguiente frase lo descolocó por completo -...Joel está ocupado.... Deje su mensaje después del tono... Bip-
-¿Y qué mierda significa eso? ¡Joel, te digo que despiertes!-
Lo movió con mas brusquedad y eso fue suficiente para que el contrario al fin abriera los ojos, desorientado pero tranquilo en apariencias... Al menos más tranquilo de lo que estuvo en los últimos días.
Desde su regreso tras un mes de ausencia, Elliot permitió que el contrario durmiera en su cama bajo la "condición" (la orden, más bien) de que no podía acercarse demasiado a él y no podía tocarlo mientras estuvieran dormidos.
Habían pasado cinco noches con esta dinámica pero era la primera vez que el príncipe amanecía semidesnudo.
-¿Se puede saber dónde quedó tu camisa?- Elliot cuestionó.
-No podia dormir con ella, era incómodo así que me la quité-
-¿Con el permiso de quién?-
-No necesito tu permiso para dormir más cómodo... Eso ya es abuso ¿No crees?- Joel se enderezó despacio y se frotó los ojos.
Ver de nuevo sus pectorales anchos desconcentró unos segundos al más joven, cosa que el incubo notó con una sonrisa.
-Existen las camisas ligeras de algodón, son más suaves precisamente para que puedas dormir con ellas- por fin las palabras le salieron al brujo.
-Ah... Tienes razón pero me gusta más dormir con el torso desnudo. Si por mí fuera, dormiría sin ni una prenda, de hecho-
Miró con coquetería al contrario, quien negó con la cabeza y le dió la espalda para salir de la habitación.
-Mejor voy a seguir trabajando-
-Antes de que te vayas ¿No me vas a dar mi dosis de medicina matutina?- insinuó.
-Yo creo que ya estás muy repuesto como para seguir con eso, es más, creo que ya podrías volver a dormir en tu sofá-
Tras una sonrisita hipócrita, se fue directo a su estudio a continuar su trabajo de pociones con apoyo del nuevo libro que tenía.
Había un par de cosas distintas a las que solía hacer en los brebajes que ya conocía, pero a Elliot le tomó solo un par de días descubrir que casi todo lo demás era similar o igual a lo que había estado trabajando hasta ahora, cosa que le hacía dudar sobre porqué seguía fracasando en la elaboración de las mismas.
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Tu alma es mía
FantasyElliot es un joven brujo que intenta seguir los pasos de su madre y ganarse la vida vendiendo pociones, sin embargo tiene un problema: la magia no se le da muy bien. Frustrado de no mejorar pese a años de práctica, decide evocar a un demonio para...