-De verdad lamento que hayas tenido que ver eso... No he dejado de arrepentirme ni un segundo desde... ¡Ouch!-
Ezra se retorció un poco ante el contacto del pañuelo en su rostro. Pese a que habían trascurrido unos cuantos días desde la pelea con el castaño, su rostro no habia terminado de sanar: su boca y mejilla aún tenían cortes medianamente abiertos, sensibles al tacto.
-Apenas te reconocí cuando vi como golpeabas a Joel...- el brujo mojó el pañuelo un poco más con el líquido de un frasco y volvió a presionarlo en los cortes del mayor -Creo que jamás en mi vida te había visto tan enojado. Apenas puedo creer que de verdad pasó-
-No tengo idea de que me ocurrió, estaba muy molesto y no pude medir mis impulsos... Me alegra que pese a todo estés aquí, ayudándome-
La mano del panadero se colocó sobre uno de los muslos de Elliot, causando que de inmediato esté se pusiera nervioso.
-T..trata de no moverte... Necesito que la poción entre bien en los cortes-
Ezra le sonrió y alejó su mano de nuevo.
-Esta debe ser la poción que mejor se te da desde siempre ¿verdad? Recuerdo que antes tenías cortes o rasguños todo el tiempo y cuando aprendiste a hacerla dejé de verte lastimado tan seguido- la sonrisa de antes desapareció un poco -¿...curaste también a Joel? Creo que le pegué algo duro... ¿Cómo está?-
Desde el incidente, Elliot visitaba a Ezra todos los días para asegurarse de ayudarle a sanar sus golpes. Cada que el panadero preguntaba por Joel la respuesta era la misma.
-Está casi recuperado del todo... Solo que no quiere salir porque es vanidoso y odiaría que las chicas que lo idolatran vieran un moretón en su rostro- mintió.
En realidad solo unas horas después de la pelea Joel tenía la cara como si nada le hubiera ocurrido, eso era algo que levantaría aún más las sospechas de Doris si llegaba a verlo otra vez. Por ello, era mejor dejarlo en casa hasta que el rostro de Ezra también sanara.
-¿Puedo decirte algo?- el panadero interrumpió la reflexión ajena.
-Adelante-
-Yo... La verdad no estoy orgulloso de lo que hice, pero volvería a hacerlo mil veces más si fuera necesario- sus ojos se posaron en los del brujo -Elliot en serio te amo... Tanto que no me importa cuanto destrocen mi cara mientras yo pueda seguir junto a ti...-
-Eso sería muy romántico si no estuviéramos hablando de que también le rompiste la cara a mi amigo- levantó una ceja.
-Quizas... Aunque ya deberías saber que Joel no es tu amigo-
El comentario del pelinegro hizo que Elliot dejara lo que hacía.
-...¿Qué quieres decir?-
-Vaya... Pensé que era algo obvio.... Creo que le gustas a Joel- Ezra soltó aquello mientras se levantaba y caminaba por la habitación -Te mira mucho y es evidente que no le agrado ¿Por qué crees?-
Esa información dejó anonadado al brujo, que intentaba procesarlo en vano. Negó con la cabeza un par de veces y metió el pañuelo en su maletín.
-No, no, no, no, no. Estás entendiendo las cosas mal-
Era claro que Joel le coqueteaba con bastante frecuencia pero eso era por su naturaleza demoniaca. Era un incubo... Y se lo quería comer de una forma literal. Eso no era sinónimo de que le gustara.
-No hay posibilidades de que yo le guste a él porque para empezar se la pasa haciéndole ojitos a todas las mujeres del pueblo-
-Uhm.... ¿estás seguro?- la mirada de Ezra era de celos puros, aunque decidió no mortificar mas al brujo y en su lugar solo sonrió -Bueno, entonces creo que me equivoqué y no debí pegarle. Lamento mucho toda la confusión y dejarte a ti en medio, precioso-
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Tu alma es mía
FantasíaElliot es un joven brujo que intenta seguir los pasos de su madre y ganarse la vida vendiendo pociones, sin embargo tiene un problema: la magia no se le da muy bien. Frustrado de no mejorar pese a años de práctica, decide evocar a un demonio para...