Cap 87

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Hacía bastante calor en la casa de Jackson a pesar de que las ventanas del living (en donde estaba la parte central de la fiesta) estaban abiertas. 

O quizás era porque Jungkook ya se había bebido tres vasos más, al igual que Gyu. 

Aunque YeonJun estaba peor que ellos y eso que solo llevaban dos horas allí

La música estaba alta. Soobin y Kai se estaban dedicando a comer las porciones de pizza y los Dumplings que algunos de los anfitriones colocaban en las mesas. Soobin bebía coca cola mientras que Kai de vez en cuando le daba un traguito a la botella de Soju que tenía al lado. 

Soobin veía a YeonJun moverse en medio de todo el gentío al lado de Jungkook y BeomGyu quienes se divertían al máximo. 

Una chica pasó junto a ellos y les ofreció algunos brownies por si querían comer algo, Gyu y Jungkook se agarraron como cuatro para cada uno, mientras que YeonJun solo bebía de su cuarta botella de Soju. Solo que el peli-azul notó que su bebida ya se le había acabado, así que se separó de ellos dos para ir a buscar un poco de agua a la cocina ya que se percató que le dolía un poco la garganta. Pararía de beber por un rato y luego atacaría las botellas de nuevo. 

Soobin no iba a decirle nada, al menos no esa noche. Más tarde le daría una reprimenda por estar ebrio hasta la medula teniendo tan solo 16 años. 

—¡Estos brownies son buenísimos! —gritó Jungkook para que Gyu lo escuchara en medio de toda la gente. 

—¡Son los mejores brownies que he probado en mi vidaaaa! — contestó él comiéndose ya el tercero de los que le había dado la chica.

De verdad eran adictivos. 

Pero lo eran por una razón en particular.

Gyu se le acercó a Jungkook casi como borracho y le gritó cerca de la cara porque pensaba que no lo escuchaba:

—Oye... —le dijo Gyu señalando la cocina — ¿Qué tal si bebemos un poco? Me muero de calor aquí.

Jungkook arrugó la nariz, no le gustaba demasiado el alcohol, pero... pero aquellos brownies le secaban la garganta de una manera extraña. Siguió a su mejor amigo por todo el tumulto de universitarios y adolecentes locos que saltaban o bailaban de un lado a otro al compas ensordecedor de la musca electrónica que variaba entre kpop y música de Estados Unidos. 

Gyu revisó la cocina y fue en busca de otra bebida. YeonJun había vuelto a la pista de baile para intentar convencer a Soobin de que bailara con él.

—Ya me cansé del soju —le dijo cuando encontró la botella sin abrir de Vodka. Se la puso a Jungkook casi en la cara y ambos notaron que estaban rojitos por el calor. 

O por los brownies...

—¡Tomemos! — gritó Gyu sobre la música. Otras personas iban a la cocina a buscar cosas de la heladera o de las alacenas. En el horno había una pizza cocinándose y todo un set de bebidas alcohólicas en la mesada junto al horno. 

Gyu le sirvió a Jungkook en otra copa y cuando se la tendió entrelazaron sus brazos y bebieron en conjunto. 

La bebida fuerte les quemó la garganta pero se les pasó al tomar otra copa más. 

Y otra.

Y otra más.

—¡Woo hoo! — gritó Jungkook, encolerizado acercando a Gyu por la cintura para robarle el brownie que le quedaba. Se lo comió él. 

—¡Oye, ese era mío! —le dijo Gyu con cara mala y acusándolo con un dedo. Se tambaleó hacia un lado y Jungkook lo agarró a medias porque a él también le daba vueltas el cerebro. 

Jungkook buscó un poco de agua y se la bebió. Ese brownie estaba más seco que los demás y no sabia tanto a chocolate, sino a algo más seco, más feo. Más amargo. A Jungkook le picó la garganta y cuando decidió tomar agua se equivocó y bebió el vodka otra vez.

—¡Agh! —dijo haciendo una mueca y Gyu se rió por su expresión, tapándose la boca, mirando a Jungkook con esos ojos traviesos. Se reía sin parar.

Solo que su risa no era normal. Era histérica. 

Pero Jungkook no se percató de aquel detalle y tampoco las personas que entraban a la cocina y se reían de la misma manera. 

Así que Jeon empezó a reírse junto a Gyu, como dos locos. 

Otra persona acababa de poner otro plato de brownies. Y eran más grandes, más deliciosos, más adictivos.

Gyu y Jungkook se miraron con las pupilas encendidas y se abalanzaron sobre la bandeja con los aperitivos. 

Otro vaso de vodka. Otro traguito de Soju y más y más brownies, no podían parar. 

Y nada frenaría lo que luego pasaría. 

Lovely Boy |Tk| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora