C I N C O

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- Ayer te uniste a mi banda y ahora también a mi lugar seguro en esta escuela... -dijo el pelinegro sonriente, cruzado de brazos contra el escritorio.

Betty sonrió y soltó una pequeña risita.

- ¿Si entré? -Jughead asintió y ella celebró.

- Tus trabajos son realmente buenos. -admitió. - No sabía de este talento tuyo. -señaló los ensayos en la mesa.

- Si, digamos que era como un... Talento oculto. -se encogió de hombros.

El se quedó viéndola fijamente, con una sonrisa al igual que ella, pero luego de unos segundos al reaccionar, movió su cabeza y se alejó.

- Bien, a trabajar... -murmuró, luego de aclarar su garganta finalizando ese raro momento.

Luego de unas horas, ya ambos habían terminado lo que debían publicar el día siguiente, estaba por anochecer.

- Ya es tarde, debería irme a casa, y tú también... -dijo Jughead. - No deberías quedarte aquí sola.

- Iré por un batido a Pop's, ¿Quieres ir? -le sonrió, el también lo hizo y asintió.

Y así, luego de unos minutos ya ambos estaban sentados uno frente al otro en uno de los apartados de Pop's, mientras comían.

- El de chocolate es mejor. -el se encogió de hombros.

- No. -negó. - El batido de vainilla debería ser el único en el planeta, todo lo que es de vainilla sabe muy bien, así como las galletas de vainilla...

El pelinegro soltó una risa mientras negaba con una mueca de asco. - Odio las galletas de vainilla. Mi hermana prepara y aunque las odio, se que son muy huenas, deberías porbarlas algún día...

- Ouh, si quiero. -asintió con alegría.

- Cuando hornee apartaré algunas para ti. -ella sonrió.

- ¿Cómo es que comes tanto? -ella preguntó divertida, señalando el plato frente a él.

Jughead soltó una risa y se encogió de hombros.

- Mi mamá dice que siempre fue así, podía comer a toda hora lo que fueses, porque siempre tenía hambre.

- ¿Por qué lo dices en pasado? Claramente aún es así.

- Si, bueno... Es cierto. -admitió y ambos soltaron una risa.

- Gracias por acompañarme... -ella sonrió.

- Lástima que hoy no traje mi motocicleta. -el dijo.

- No te preocupes. -le quitó importancia.

- El próximo lunes si la usaré, si quieres puedo venir por ti, o... Si te parece. -dijo rascando su nuca nerviosa y Betty sonrió.

- Está bien, te esperaré. No llegues tarde eh. -sonrió. Dejó un beso de despedida en su mejilla y antes de irse, le dijo. - Y envíame un mensaje cuando llegues a tu trailer.

Este asintió y asi se fue, totalmente sonrojado por el beso que ella le había dado en la mejilla, que a este punto sinceramente, quería que hubiera sido en otro lado, no tan lejos de las mejillas.

Caminó totalmente confundido. No entendía que le pasaba. ¿Se estaba enamorando de Betty Cooper?

Las cosas podían cambiar drásticamente en unos pocos días. Era lo unico que él pensaba al recordar que ambos se odiaban mutuamente.

Tres días después, ya era lunes, la rubia despertó y rápidamente se alistó.

Bajó las escaleras con una sonrisa en su cara y Polly sonrió.

- Tienes una sonrisa... Enamorada. -culminó Polly, un tanto divertida y Betty se sonrojó.

- Si...

- Oh dios, ¿Quién es? -preguntó con emoción.

- ¿Conoces a Jughead? Jughead Jones.

- ¿El rey de las serpientes? Oh por dios, es caliente.

- Lo es, pero hey, no hables así del chico que me gusta. -se quejó, dejando un pequeño golpe en su hombro y Polly rió.

- ¿Chico que me gusta? ¿Escuché bien? -preguntó Alice bajando las escaleras, haciendo que se sonroje aún más.

Se escuchó el sonido de una motocicleta y Betty sonrió.

- Ya me iré. -dijo, se despidió de ambas y salió. Salvada por la campana.

Al salir, cerró la puerta tras ella y sonrió al ver al pelinegro frente a la moto.

- Hey, Cooper. -el sonrió.

- Sinceramente creí que no llegarías a la hora. -ella dijo divertida, tomando el casco para ponérselo

- Pues para que lo sepas, soy muy puntual. Ahora sube. -le pidió y la encendió, para comenzar a conducir hasta la escuela, cuando la rubia subió tras el.

Al llegar, ambos bajaron juntos de esta, bajo la atenta mirada de todos.

- ¿Por qué todos nos miran? -preguntó confundida, quitándose el casco.

- Porque Betty Cooper llegó junto a su eterno enemigo, Jughead Jones. -dijo divertido.

- Solo tonterías. -la rubia rodeó sus ojos.

- Claro. Vamos. -la guió adentro, mientras Verónica y Archie miraban confundidos con una mueca en sus caras.

La rubia caminaba segura de si misma por todo el pasillo hasta que llegó a su casillero, dejó algunos cosas y tomó un libro para luego cerrarlo.

El pelinegro se acercó y se recostó del casillero a su lado con una pequeña sonrisa.

- Estaba pensando y... ¿Quieres ir hoy conmigo al río Sweetwater?

- ¿Como una... Cita? -ella preguntó con una sonrisa algo burlona, haciendo que Jughead se pusiera nervioso al instante.

- Eeh, s-si, digo, N-no... Bueno, solo si t-tu quieres por- la rubia lo interrumpió riendo.

- Relájate, Jones. -sonrió. - Si, iré contigo, como una cita. -confirmó, sonriéndole para luego alejarse.

El pelinegro aún seguía contra el casillero totalmente nervioso y shockeado por aquello.

No sabía porque le había pedido una cita a la rubia, tampoco sabía porque ella había correspondido, pero si sabía que estaba muy emocionado.

Sonrió para caminar hasta su salón cuanto el timbre comenzó a sonar, indicando el comienzo de sus clases.

























Si no se dieron cuenta ya, quiero aclarar que su relación se va a desarrollar muy rápido, en los próximos dos capítulos.

Ya escribí 8 capítulos y le di fin a la historia, pero si se me ocurre algo escribiré más, si les parece.

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora