V E I N T I D O S

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El pelinegro no había logrado conciliar el sueño y ya era medianoche.

Sentía algo de culpa por reaccionar como lo hizo cuando la rubia se recostó a su lado en la cama, pero en ese momento estaba enojado y triste por la respuesta que ella le dió en su pequeña discusión.

Se levantó para ir por un vaso de agua, cuando al salir de la habitación notó que ella estaba profundamente dormida en el sofá.

Suspiró, bebiéndose el agua y luego se acercó hasta ella, caminando con cuidado de no tropezar con ninguno de los libros del piso.

No iba a permitir que siguiera durmiendo ahí. No había descansado bien esos días, por lo que no dejaría que cuando durmiera, lo hiciera de una manera incómoda.

La tomó en sus brazos, llevándola a la habitación y ella se removió, abriendo sus ojos.

- ¿Jug? -preguntó, cuando el la dejó en su cama y se levantó, para irse el hasta el sofá.

- Duerme, Betty. -le pidió, arropandola con su manta y ella negó.

- Duerme conmigo. -le pidió. El suspiró y asintió, recostandose a su lado pero un poco distanciado. - Abrázame, Jug.

El la tomó de la cintura, y la rubia escondió su rostro en su cuello, cuando de un momento a otro el sintió lágrimas de la rubia contra su cuello.

La separó levemente para verla a los ojos y notó sus lágrimas.

- Hey, ¿Por qué lloras? -le preguntó confundido.

- Lo siento, Juggie. -murmuró. - Siento como te he tratado estos días, y lo que dije hace rato... Tú no me fastidias, se que solo te preocupas por mí...

- No me gusta que me trates de esa manera, Betts.

- Lo se y lo siento. Realmente he estado muy estresada y eso me nubla completamente... Lo siento. -repitió una vez más y el limpió sus lágrimas.

- Está bien.

- No, no lo está. -negó con un puchero y el sonrió de lado tierno.

- No pasa nada, ¿Bien? Solo quiero que me permitas ayudarte si lo necesitas, recibir ayuda no te hace menos o débil, lo sabes, ¿No?

Ella asintió lentamente y Jughead besó su frente.

- Quiero que descanses bien, que te alimentes bien y que estés tranquila. No puedes dejarte consumir tanto por la universidad, amor.

- Ya solo me faltan algunas cosas y terminaré lo más difícil de este semestre, mañana ya todo estará listo...

- Bien. Cuando termines todo vamos a dormir abrazados durante dos días seguidos.

Ella soltó una pequeña risita y besó su mejilla.

- Lo siento. -repitió una vez más. - Y te amo.

- Te amo nena, ahora sigue durmiendo, necesitas descansar.

Ella asintió, dejando su cabeza reposar sobre el pecho de su novio, el cual acariciaba su cintura bajo las mantas y ambos cerraron sus ojos, durmiéndose al instante.

Al día siguiente el pelinegro despertó solo en la cama, abrió sus ojos lentamente y frunció el ceño al no ver a la rubia.

Estaba por levantarse, cuando la puerta de la habitación se abrió y la rubia entró con una bandeja en sus manos.

La dejó en la cama junto al pelinegro y besó sus labios rápidamente.

- Buenos días, prepare nuestro desayuno.

- ¿Desayuno en la cama? -preguntó el con una sonrisa y ella asintió. - Iré a lavarme la cara y vuelvo. -ella asintió y el se dirigió al baño.

Luego de unos minutos, volvió junto a ella y besó su frente para luego ambos comenzar a comer en total silencio, el cual no era incómodo.

- ¿Dormiste bien? -el le preguntó.

- Si. -asintió. - Tenía varios días sin dormir tan bien, siento que descansé...

- Hoy debo ir temprano al bar, hay mucho trabajo por hacer.

- Jug, me siento mal porque tú estás haciendo todo solo. -hizo un puchero y el negó.

- No lo hago solo, los chicos me ayudan. -se encogió de hombros.

- Eso no es deber de los chicos, es también mío. ¿Me esperas como unas dos horas? -preguntó. - Termino un ensayo y luego vamos juntos al bar, para ayudarte.

- Linda, realmente no tienes que-

- Si, si tengo qué. -asintió. - Me esperas.

El suspiró y luego sonrió, para continuar con su comida.

Luego de un rato, el salió de la ducha con una toalla alrededor de su cintura y caminó hasta la pequeña sala del trailer, cruzándose de brazos frente a la rubia quién escribía en su laptop.

- ¿Que? -preguntó confundida.

- Tienes mi camiseta, rubia. -la señaló. Ella sonrió algo divertida.

- Aja, tu tienes muchas otras.

- Pero tenía planeado usar esa negra. -la señaló.

- No tengo nada debajo así que no puedes quitármela.

- Si puedo, como que si no te he visto desnuda ya. -rodeó sus ojos y ella soltó una risa.

- Antes de irnos al bar te la devuelvo, ¿Si? -hizo un puchero y el suspiró, asintiendo.

Pasó casi una hora, cuando Betty apagó su laptop y la cerró, dejándola sobre la mesa.

- Terminé, me ducharé y nos iremos.

Jughead asintió y ella entró al baño. Luego de vestirse y salir, ambos tomaron sus chaquetas de las serpientes y se la pusieron.

Tomaron sus cascos y subieron a la motocicleta del pelinegro. Ella lo abrazó por la cintura y Jughead la encendió, para conducir rápidamente hacia el White Wyrm.
























Se viene la boda gente.

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora