- ¡Jughead haz algo, por dios! -le pidió desesperada. El pelinegro se encontraba caminando desesperado por la sala.
- ¡No se donde está el bolso! -exclamó e hizo una mueca de miedo y preocupación cuando ella se quejó con un grito ante una de las contracciones.
- Mierda. -jadeó ella, sintiendo el dolor cada vez más fuerte. - ¡Muévete! -le gritó al pelinegro y este rápidamente subió las escaleras, para tomar el bolso.
Al bajar, la ayudó a levantarse del sofá y la guió al auto, donde luego la ayudó a subir. Luego el dió la vuelta a este y entró al asiento de conductor.
Dejó el bolso en los asientos traseros y comenzó a conducir en dirección al hospital. Tomó su teléfono y marcó un número.
- Hola Jug. -Betty soltó un fuerte grito y Toni abrió sus ojos como platos.
- ¡Juro que no me volverás a tocar en tu puta vida! -se quejó con lágrimas y Jughead hizo una mueca.
- Ya vamos al hospital. -fue lo único que dijo y suspiró, cortando la llamada.
- Amor, necesito que te relajes.
- ¡Lo dices tan tranquilo! -se quejó. - Ve más rápido. -pidió en un jadeo de dolor. Jughead suspiró, entrelazando su mano libre con la de la rubia.
Esta la apretó tanto que el también se quejó y suspiró cuando paró de hacer presión.
Al llegar, rápidamente bajó con ella y dos enfermeras se acercaron con una camilla donde la acostaron.
Ella se recostó echa bolita abrazando su vientre con dolor.
- Debe ponerse esto si va a entrar. -le dijo la enfermera a Jughead, tendiendole una bata azul de hospital, unos guantes y un gorro.
El pelinegro asintió y así hizo, para luego entrar a la sala de partos, donde se quedó junto a la camilla y entrelazó su mano con la de la rubia, mientras con la otra acariciaba su cabello.
Desde ese momento todo pasó tan rápido.
Pasó de escuchar las quejas de dolor de su esposa, a escuchar dos llantos de dos pequeñas niñas.
No sabía en qué momento sus ojos se habían cristalizado, o en qué momento las lágrimas habían comenzado a caer de sus ojos.
La rubia tampoco supo cuando pasó todo, pero con solo escuchar a las bebés, a sus hijas, había sentido una felicidad inexplicable.
Aún más, cuando luego de que las limpiaran y vistieran, las llevaran a la habitación que le habían asignado a la rubia.
Dejaron a una de las niñas en los brazos de su madre, y a la otra con su padre.
El pelinegro la miraba con admiración. Aquello era tan maravilloso.
No entendía como un ser tan perfecto, en este caso dos (lo que lo hacía más increíble para el) se formaron dentro del vientre de su esposa.
Sonrió y limpió una de sus lágrimas. Escuchó un pequeño llanto que luego de unos segundos se calló, pues la rubia le dió su pecho.
- Son hermosas. -el murmuró y Betty asintió. Jughead acarició su cabello y se sentó junto a ella en la camilla. - ¿Como te sientes?
- Muy cansada y mi vientre duele solo un poco. -murmuró. - Quiero dormir.
El besó su frente y asintió.
- Mañana podremos volver a casa.
Ella asintió y cerró sus ojos con una sonrisa.
La puerta de la habitación se abrió y Toni entró junto a Cheryl. Ambas sonrieron con ternura al ver a ambos con una de las gemelas en sus brazos.
- Son tan lindas. -murmuró Toni. El sonrió y Betty soltó una pequeña risita. - ¿Ya nos dirán sus nombres?
Ambos cruzaron miradas y ella asintió.
- Ella es Juliet Jones. -el pelinegro murmuró, viendo con una sonrisa a la bebé que dormía en sus brazos.
- Y ella es Jade Jones. -dijo Betty.
Jughead entrelazó su mano con la de Betty y ella dejó caer su cabeza contra la pierna de el, cerrando sus ojos.
El pelinegro se levantó y dejó a Juliet en una pequeña cuna doble y tomó a Jade de los brazos de su madre para dejarla junto a su hermana.
Volvió junto a la rubia y acarició su cabello, a lo que esta se durmió casi al instante.
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Ya nacieron. <3
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| A strange universe || Bughead || +18 |
FanfictionElizabeth Cooper y Jughead Jones, han sido novios durante casi toda la preparatoria, y además reyes serpientes. Un día, ambos estan participando en una carrera amistosa cuando de un momento a otro, la rubia despierta luego de un "raro sueño". La rub...