C I N C U E N T A I S I E T E

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- Mmgm. -la rubi jadeó, entre besos. - Buenos días. -murmuró al separarse.

- Muy buenos. -Jughead respondió con la voz ronca, mientras frotaba su clítoris a través de sus bragas blancas, y la besó de nuevo.

Luego de un rato, ella obtuvo su orgasmo pero nunca dejaron de besarse, pero de un momento a otro, ella se separó cuando el comenzó a bajar sus shorts.

- No quiero sexo. -ella negó, alejándolo. - Y ya las niñas deben estar por despertar.

- ¿Que? Bebé, acabo de darte un orgasmo. -dijo confundido. - ¿De verdad me vas a dejar así? -preguntó, señalando su entrepierna, donde se veía un claro bulto bajo su short.

- ¿Me vas a obligar a tener sexo ahora? -ella preguntó, sonando molesta y el frunció el ceño, pero negó. - Eso creí. Ahora déjame en paz, iré a ver a las niñas.

Jughead bufó cuando Betty salió de la habitación pero tomó una profunda respiración.

- Está embarazada, debo entenderla, apoyarla y no presionarla. -se dijo a sí mismo, reuniendo toda su paciencia.

Se levantó y se quitó la ropa para entrar a la ducha. Abrió el agua y suspiró, comenzando a mover su mano alrededor de su miembro.

- Hace mucho no hacía esto solo... -se murmuró, pero jadeó, cerrando sus ojos, simplemente imaginando que era la pequeña mano de su esposa.

Apenas llevaba un mes de embarazo, pero al parecer ya estaba comenzando a afectar, y no de una manera tan buena.

Mientras tanto, Betty bajó al primer piso con Zoe de la mano, la dejó en el sofá mirando televisión y se propuso a hacer el desayuno.

Por alguna razón sentía que no tenía humor para lidiar con la gente, siquiera con sus hijas o su esposo.

Su humor no era el mejor ese día.

Escuchó pasos en las escaleras y Jughead entró a la cocina.

- ¿Preparaste café, Betts? -le preguntó, intentando tomarla de la cintura.

Ella se alejó y le dió una mala mirada. - ¿Acaso debo hacer todo yo sola en esta casa? -le preguntó molesta.

- Bien, bien, solo preguntaba. ¿Te sientes bien? Si quieres yo puedo preparar el desayuno para que descanses. -le dijo, tomando la lata de café instantáneo de la alacena.

- No necesito tu ayuda. -murmuró entre dientes.

Jughead suspiró y decidió que lo mejor era guardar silencio.

Salió de la cocina y subió, para entrar a la habitación de las gemelas, y notó que ya ambas estaban despiertas.

- Buenos días, princesas. -les sonrió, besando la frente de ambas y abrió la cortina de la habitación.

- Hola papi. -Jade sonrió.

- Buenos días. -respondió Juliet de la misma forma.

- Vayan a cepillar sus dientes. Y por favor, no molesten mucho a su madre, no se siente muy bien.

- ¿Es por nuestro hermanito o hermanita? -preguntó Jade.

- Si mi amor, es por eso. Ya saben lo que hay que hacer.

- No molestarla y ayudarla mucho. -repitió Juliet las palabras que Jughead les había dicho días antes.

- Exacto. -asintió el.

Todos desayunaron en silencio casi todo el rato, solo las niñas hablaban un poco, pero Betty no dijo una sola palabra.

Luego simplemente se levantó y se encerró en su habitación durante las horas siguientes.

Jughead se dedicó a preparar el almuerzo y ayudar a sus hijas con sus tareas, mientras cuidaba de Zoe. No había entrado a la habitación, pues no quería molestar a Betty.

Pero cuando la comida estuvo lista, lo hizo.

Dejó dos toques y al no recibir respuesta, abrió.

Vió a la rubia abrazando una almohada y su cara llena de lagrimas.

- Amor... El almuerzo está listo. -le dijo, en voz baja.

- No quiero nada ahora. -ella respondió, con rabia.

- Está bien, lo entiendo. Lo dejaré en el microondas y cuando quieras me avisas. Y en un rato iré de compras con las niñas, ¿Quieres helado y chocolates?

Ella asintió. - De coco.

- Pensé que no te gustaba.

- ¡De coco! -exclamó.

- Bien... De coco entonces.

- Vete.

El suspiró, cerrando la puerta de nuevo.

- A ver... ¿Que falta? -preguntó Jughead a Juliet, la cual tenía la lista de las compras en su mano.

Mientras tanto, Jade caminaba del otro lado, de la mano de su padre y Zoe estaba sentada en la pequeña silla de niños del carro del supermercado.

- Leche. -dijo la niña. - Y el yogurt de mami.

- Bien, ¿Quieres ir por el yogurt, Jade?

- Sip. -asintió y se alejó unos metros, acercandose a la nevera, donde estaba también la leche, aún bajo la atenta vista de su padre.

La niña volvió con el yogurt y la leche, pero luego todos se acercaron.

- Betts me pidió helado y chocolates. Quería helado de coco, pero también llevaré de chocolate porque se como es...

- ¿Llevas chocolate para nosotras? -sonrió Juliet.

- Si, pero solo un poco, aprecio mis horas de sueño. -dijo con una mueca.

Luego de ir por todo lo necesario, incluyendo los chocolates y helados de Betty, se dirigieron a una farmacia.

Jade tenía la lista esta vez. Estaban ahí para comprar las vitaminas de Betty por el embarazo.

- Ya papi, eso es todo. Pero faltan nuestras gomitas también. -sonrió y Juliet hizo una mueca.

- Iugh, no. -negó. - Son horribles.

- Son ricas. -Jade se quejó.

- Lo siento Juliet, pero igual deben tomarlas. -Jughead sonrió, acariciando su cabello y ella hizo un puchero.

Luego de pagar, salieron de ahí y subieron los cuatro al auto, Jughead revisó que todas tuvieran los cinturones y condujo hasta su casa.



























Mi humor cuando estoy en mis días es tipo:


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