D I E C I S I E T E

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Ambos se encontraban en una pastelería famosa, la cual era cercana a la torre Eiffel por lo cual fueron caminando.

Luego de conocerla y tomarse muchas fotos, decidieron ir por algo de comer, y por supuesto, fue idea de Jughead.

- Desearía llevarme muchos de estos. -murmuró Jughead complacido ante el croissant que comía. - Dios, es divino.

La rubia lo miraba divertida mientras negaba.

- Betts, los que preparan en Riverdale no saben tan bien. -se quejó. - ¿Podemos mudarnos a Francia?

- Aunque es una idea jodidamente tentadora y quiero hacerlo, no, no podemos. -negó divertida y el hizo un puchero.

- ¿Entonces podría llevar 30 de estos en mi maleta?

- No Juggie, se van a podrir en el viaje. -sonrió de lado.

- ¿Entonces que comeré? -se quejó.

- A mí. -sonrió.

- Oh... -el también sonrió. - ¿Sabes que? Olvidemos el croissant. -dijo haciendo que la rubia riera a carcajadas.

- Bien... ¿Quieres caminar y conocer más o ya estás cansada? -vió la hora en su reloj. - Ya va a anochecer.

- Caminemos al hotel. -ella dijo. - Si estoy algo cansada. -murmuró y el asintió, entrelazando sus manos.

- Juggie, upa. -pidió y el negó.

- No.

- ¡Juggie!

- No.

- ¿Por qué?

- Porque me canso.

- El otro Juggie si lo haría.

- Yo lo hago siempre pero no ahora.

- Malo.

- Nena. -el murmuró, tomándola de la cintura. - Basta de dramas.

- No es drama.

- Aja. -negó, divertido y ella bufó desviando su mirada.

Al día siguiente, la rubia despertó al notar que no había nadie junto a ella en la cama. Bufó y abrió sus ojos cuando escuchó la puerta del baño abrirse.

El pelinegro salió solo con unos pantalones de pijama grises, y el cabello húmedo y goteando por lo que concluyó que el había tomado una ducha.

Se sentó en la orilla de la cama y acarició la mejilla de la rubia para inclinarse un poco y besar sus labios.

- Buenos días, nena.

- Buen día Juggie. -sonrió. - ¿Por qué te duchaste sin mi? -hizo un puchero y luego sonrió coqueta. - Ya no tengo mi periodo, sabes... -murmuró, haciéndolo gruñir con deseo.

- No te desperté porque te veías muy linda dormida pero ahora me arrepiento. -hizo un puchero y rió.

- No te preocupes, puedo recompensarte está noche...

- Por supuesto que lo harás. -murmuró antes de unir sus labios de nuevo.

- Ve a ducharte, iremos al museo.

Ella sonrió, levantándose de la cama y con emoción entró al baño, haciendo sonreír al pelinegro enamorado.

Luego de un rato, salió del baño ya vestida y lista para irse, pero tenía una mueca en su cara.

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora