C U A R E N T A I T R E S

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La rubia despertó en medio de la noche al escuchar el llanto de una de las gemelas.

Luego este se duplicó pues la que lloraba luego despertó a su hermana. Se levantó de la cama y caminó hasta la habitación de las niñas.

Estaba por llamar al pelinegro para que la ayudase con una de las niñas, cuando notó que este también iba por el pasillo, solo que saliendo de su despacho.

Había tenido mucho trabajo y ese día luego de la cena le dijo que estaría trabajando hasta muy tarde, y así fue.

Ella le sonrió y ambos entraron. El pelinegro bajó hasta la cocina y tomó del refrigerador dos biberones, luego los calentó un poco en el microondas y volvió a la habitación de las gemelas.

Le tendió uno a la rubia y esta se lo dió a Juliet, mientras el le daba del otro a Jade.

Cuando ambas se durmieron de nuevo, cerraron la puerta en total silencio y al estar fuera de la habitación, el la abrazó por la espalda.

- Juggie ven a dormir. -le pidió ella. - Trabajaste todo el día.

- No ahora, amorcito. Estaré una hora más en mi despacho y luego iré a dormir, ¿Si? -acarició su cabello.

- Tienes ojeras, estás cansado y no duermes bien. -ella murmuró. - Es mejor que descanses un poco por hoy y ya mañana te despiertas temprano, ¿Que opinas?

Jughead soltó el aire asintiendo. - Bien, lo haré porque sé que no dejaras de insistir. Iré a apagar todo allá y luego contigo. -besó su frente y volvió al despacho.

Minutos después ya ambos estaban abrazados sobre su cama, cubiertos por unas mantas.

Betty acariciaba la nuca de su esposo mientras besaba su cabeza.

- Que linda. -el dijo al levantar su mirada y ver los ojos de la rubia.

Betty soltó una risa y negó, para luego besar sus labios.

- Descansa, Juggie.

- Tu igual chiquita. Te amo.

- Y yo a ti. -susurró, cerrando sus ojos.

A la mañana siguiente, luego de levantarse y asearse un poco la rubia salió de su habitación directamente a la de las gemelas.

Frunció el ceño al no verlas ahí así que pensó que probablemente estaban con Jughead, pues tampoco las había escuchado llorar.

Soltó una risa al llegar al despacho del pelinegro, pues notó que una de las bebés estaba profundamente dormida en la carreola mientras la otra en los brazos de su padre moviendo sus manitos.

Jughead escribía concentrado con su mano derecha, mientras sostenía a la pequeña con la izquierda cobre sus piernas.

- Buenos días. -murmuró Betty, acercándose.

- Buen día, amor. -dijo Jughead levantando su mirada. Ella besó sus labios y tomó a la niña.

- ¿Ya desayunaste? -el asintió.

- Te dejé unas tostadas en la cocina, ya las niñas tomaron sus biberones.

- Que lindo te ves como papá luchón. -dijo divertida y el rodeó sus ojos sonriendo. - Bien, me llevaré a Jade, cuando Juliet despierte me avisas.

El asintió y Betty bajó las escaleras. Aún con la bebé en brazos, comenzó a comer sentada en la mesa cuando esta lloró.

Terminó su comida y se sentó en el sillón para darle pecho, a lo que la niña cerró sus ojos y se durmió a los segundos.

Ya las gemelas tenían tres meses y si, habían sido algo difíciles pero nada de qué preocuparse, ambos aprendían cada día como tener todo bajo control y estaban muy felices con sus hijas.

Esa misma tarde, ambos estaban sentados en la sala de su casa frente al televisor. Tenía mantas en el piso y las niñas acostadas ahí, moviendo sus manos.

Jughead besó los labios de su esposa y le sonrió.

- Que lindas son, se parecen mucho a ti.

- Pero sus ojos son azules. -se cruzó de brazos.

- Debían tener algo de su padre también, eh.

Ella soltó una risa, levantándose para ir a la cocina y tomó un vaso de agua.

- Juggie, ¿Puedes pedir pizza para la cena? -sonrió de lado.

El asintió, levantándose para tomar su teléfono y ordenó la pizza.

- Extra queso.

- Lo se. -asintió en un murmuro y luego de explicar como la quería dió su dirección y cortó la llamada.

- Juggie, ¿Crees que estamos siendo buenos padres, y que lo seremos cuando sean más grandes? -ella le preguntó a su esposo, mientras tomaba a una de las gemelas en sus brazos.

El tomó a la otra y se encogió de hombros. - No lo sé, nena, pero se que siempre intentaremos hacer y darles lo mejor a ellas.

Betty asintió y lo abrazó, escondiéndose en su cuello.

- Es increíble ver todo lo que hemos formado juntos. -ella sonrió. Jughead también lo hizo y asintió.

- Lo es. -admitió. - Pero es todo lo que siempre quise.

- Te amo.

- Te amo, rubia.

- No me llames así. -se quejó con un puchero y el soltó una carcajada con algo de burla.

- Está bien, nena.
























¡Hola!

¿Como están?

Yo súper bien, tuve una semana muy linda y divertida. (:

Espero que les guste, bye! ✨

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora