V E I N T I N U E V E

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- Y... ¿Para que querías venir? -preguntó con una sonrisa divertida, alejándose de ella hasta estar cerca del escritorio.

Ella sonrió, quitándose su saco y lo dejó caer al piso para luego pasar el seguro de la puerta.

- Tal vez para... Pasar un buen rato. -murmuró, acercándose hasta sentarse en su regazo.

El la tomó de la cintura y la atrajo más.

- Estoy trabajando. -murmuró en sus labios.

- De hecho, tu horario de trabajo aquí termina a las 6:00 y son las 6:15. -respondió y Jughead besó sus labios apresuradamente.

Esa misma noche, los dos se encontraban en su casa frente a la mesada. Ella estaba revisando sus correos en su laptop mientras el pelinegro revisaba su teléfono.

La rubia soltó un suspiro cansado y se frotó los ojos.

- ¿Que sucede? -el preguntó confundido, levantando su mirada hasta ella.

- No consigo ningún trabajo, Juggie. En todas las vacantes que conseguí para periodismo o parecido y doy mi currículum me lo rechazan porque no tengo experiencia. -soltó el aire.

El pelinegro entrelazó sus manos sobre la mesa.

- Sigue intentando amor, se que encontraras algo.

- Jug, han pasado tres meses y sigo sin encontrar nada.

- A ver, linda. Se que quieres conseguir un buen trabajo para ejercer tu profesión. Pero también te conozco y sé que tú mayor preocupación es el dinero, el cual no necesitamos. Con mi trabajo es más que suficiente y aún así seguimos con las serpientes.

La rubia suspiró y rodeó sus ojos. - ¿Cómo es que me conoces tan bien? -el soltó una pequeña risita. - Tu estás haciendo todo para mantener la casa...

- No es cierto. Tú estás con las serpientes y prácticamente lo estás haciendo tú sola.

- Pero-

- Basta Betty. -le dió una mala mirada. - Deja de preocuparte por eso, si quieres seguir buscando está bien, hazlo y se que encontraras algo.

- Bien... -asintió. - Y si, seguiré buscando. -sonrió con suficiencia y el soltó una risa.

Había pasado una semana. Ambos habían decidido pasar la noche en el Wyrm junto a los chicos.

Betty y Toni estaban en el centro de ella pista bailando con otras de sus amigas serpientes.

Mientras tanto, Jughead estaba frente a la barra bebiendo un trago cuando una pelinegra se sentó a su lado y pidió una cerveza.

- Hola... -sonrió. Jughead llevó su vista hasta ella y enarcó una ceja. Era una chica joven, de al menos 20 años y no tenía chaqueta de las serpientes. Además, su cara no le parecía conocida, por lo que concluyó que no era de ahí.

- Hola... -murmuró, un tanto confundido. - Tu no eres de las serpientes. -señaló, diciéndolo más como afirmación que como pregunta.

- No. -negó sonriendo. - De hecho soy nueva en el pueblo y quiero unirme.

- Oh, entiendo. -asintió.

- Soy Jessica. -estiró su mano.

- Jughead. -el murmuró, estrechando su mano con la pelinegra. Esta sonrió ladinamente y tomó un mechón de su cabello entre sus dedos.

- Y... ¿Sabes con quién podría hablar para unirme? -murmuró. - Que debo hacer, y eso...

- Claro. De hecho, conmigo.

- ¿Contigo? -enarcó una ceja.

- Soy el rey de las serpientes.

- Oh, eso es interesante... -murmuró, rodando su silla un poco más cerca de él.

- Debes hacer un baile, ahí. -señaló el escenario. - En el tubo.

- ¿Realmente debo hacer eso o solo tú quieres que lo haga? -preguntó coqueta.

Jughead frunció el ceño y negó.

- No. -negó. Estaba por explicar que estaba casado, cuando escuchó la voz de la rubia tras el.

- Amor. -dijo la rubia.

- Hey, nena.

- ¿Amor? -la chica rápidamente llevó su vista al pelinegro y frunció el ceño. - Dijiste que estabas soltero.

- Yo n-

- ¿Soltero? -Betty se cruzó de brazos frente a la chica, soltando una risa sin gracia.

- Eso dijo, -murmuró, llevando su vista al pelinegro quién tenía el ceño fruncido. - Y dijo que quería verme bailar en el tubo...

- Para que lo sepas, perra, no está soltero. El anillo en su dedo dice muchas cosas. -dijo acercándose. - Y escuché que entraste aquí pidiendo ayuda para unirte a las serpientes, lo cual no será posible.

- ¿Disculpa? -dijo indignada. - ¿Y quién eres tú para decidir eso?

- La reina. -dijo con superioridad.

Jughead aclaró su garganta, llamando la atención de ambas mientras se levantaba de la silla.

Tomó a la rubia de la cintura.

- Bien, ya basta. Jessica, te pido amablemente que abandones mi bar.

- ¿Que? ¿Que hice? Esto es estúpido. Creí que las serpientes eran más amables y ahora su estúpido rey me está echando.

- Si, lo estoy haciendo porque basicamente le dijiste a mi esposa que te estaba coqueteando o algo así. Así que vete, por favor.

La chica bufó, levantándose de la silla y dirigiéndose a la salida del bar, tropezando a propósito a la rubia en su camino.

- Y tú suéltame. -la rubia se zafó del agarre del peliengro. - Si le estabas coqueteando. -frunció el ceño enfadada.

- ¿Que? Betts-

- Cállate. -fue lo último que ella dijo antes de volver a la pista y Jughead suspiró, frotando sus ojos.

- Problemas en el paraíso. -murmuró Fangs tras el y Jughead le dedicó una mala mirada haciéndolo reír.



















¡Holis!

Espero que les guste. <3

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora