Al día siguiente en la noche, luego de un par de horas de espera, ambos subieron al avión.
- Juggie, yo quiero el asiento de la ventana. -hizo un puchero cuando el se sentó.
El soltó una risa y se levantó dejándole ese asiento a la rubia, para luego sentarse a su lado y entrelazar sus manos.
- Tengo sueño. -la rubia dijo en un bostezo, Jughead tomó una manta que ambos habían llevado y la abrazó.
- Duerme mi amor. -le murmuró, besando su cabeza.
Ella asintió y dejó su cabeza sobre el regazo de su novio, sintiendo sus caricias y cerró sus ojos, durmiéndose profundamente luego de unos pocos minutos.
Al llegar a París, luego de 7 horas de vuelo, ambos subieron a un taxi que fue por ellos al aeropuerto en París y la rubia soltó un suspiro ansioso.
- ¿Emocionada? -Jughead entrelazó sus manos y ella asintió.
- Lo estoy.
- Amarás nuestra habitación de hotel. -le guiñó un ojo.
Ella soltó una pequeña risita.
Y así fue, pues al entrar en su habitación del hotel la rubia sonrió contenta.
- Es hermosa. -soltó mientras se tiraba en la cama. - Y la cama es muy suave.
- Aja, lo contrario a como te lo haré ahí. -le guiñó un ojo coqueto y ella se sonrojó, desviando su mirada.
- ¡Jug! -se quejó con una risa. El se cernió sobre ella en la cama y besó sus labios. - Nunca dejaré de agradecerte por esto. -sonrió, acariciando su mejilla. - Te amo.
- Te amo, linda.
Su vuelo había salido en la noche y por la diferencia horaria, llegaron a las 11:00 AM de París.
•
- Cielo, ¿Podrías pasarme mis bragas? -ella preguntó desde el baño, mientras se secaba con la toalla.
El pelinegro que tenía otra toalla alrededor de su cintura luego de salir del baño, pues se ducharon juntos asintió.
Caminó hasta su maleta y tomó las bragas negras de la rubia, tendiéndoselas desde la puerta del baño.
- Gracias.
El le guiñó un ojo haciendo que soltara una pequeña risita. La rubia se puso las bragas y luego comenzó a vestirse.
Habían dormido un poco en el avión por lo que no estaban tan cansados y aprovecharían la tarde de su primer día en París.
Jughead se vistió también y luego caminó hasta la rubia, quién se encontraba frente al espejo del baño peinando su larga cabellera rubia.
El sonrió, quitándole el cepillo de las manos y empezó a peinarla él.
- Mañana en la noche tenemos una cena y debemos vestir formal.
- ¿Que? Juggie, debiste decirme, no traje ropa para algo como eso. -se quejó con un puchero, mientras el continuaba cepillando se cabello.
El pelinegro soltó una risa.
- Tranquila, ya lo resolveremos. -besó su mejilla, tendiéndole el cepillo de nuevo al terminar.
Mientras ella se maquillaba, el pelinegro estaba contra el marco de la puerta con una sonrisa enamorada.
- Si me ves tanto me pongo nerviosa, Juggie.
- Eres hermosa, nena. -le murmuró. - ¿Quieres conocer la Torre Eiffel hoy o esperar hasta mañana?
- ¿Esperar? -le dió una mala mirada. - Jug, la pregunta ofende.
- Bien, entonces será hoy. -soltó una pequeña risita.
- ¿Mañana podríamos conocer el museo del Louvre? -sonrió con emoción.
- Por supuesto, mi amor. Iremos a donde quieras. -sonrió.
- Bien, estoy lista. -dijo, acomodando su vestido veraniego y el le estiró su mano para que la tomara.
Entrelazaron sus manos y salieron de la habitación, como también del hotel. Subieron a un taxi que los esperaba frente a este.
- Bonjour, à la tour eiffel s'il vous plaît. -dijo el pelinegro, a lo que el conductor asintió con una sonrisa amable. (Buenas tardes, a la torre Eiffel por favor).
La rubia sonrió y el besó su mejilla, para decir algo en su oído.
- Esas clases de francés de la preparatoria me funcionaron.
- Nunca las tomé porque creí que no me iban a servir de nada, ahora me arrepiento. -dijo graciosa la rubia.
Unos minutos después, ambos bajaron del auto luego de pagarle al amable señor.
La rubia sonrió, y miró el hermoso monumento de 300 metros de altura, totalmente sorprendida, pues nunca creyó que ese momento llegaría.
Jughead la tomó de la cintura, dejando su cabeza sobre su hombro y sonrió.
- Nunca creí que la vería frente a mi y ahora estoy aqui gracias a ti. -sonrió.
- Me gusta verte feliz. Me gusta ver en tus ojitos la ilusión.
- Te amo, Juggie.
- Te amo nena. ¿Nos tomamos una foto?
Ella asintió rápidamente, sacando su teléfono.
- Por supuesto Jug, no todos los días conoces por primera vez un monumento histórico. -dijo obvia y el soltó una risa.
La tomó de la cintura besando su mejilla y la rubia sonrió a la cámara, para luego tomar la selfie con la torre Eiffel adornando el fondo.
•
Metas.
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| A strange universe || Bughead || +18 |
ФанфикElizabeth Cooper y Jughead Jones, han sido novios durante casi toda la preparatoria, y además reyes serpientes. Un día, ambos estan participando en una carrera amistosa cuando de un momento a otro, la rubia despierta luego de un "raro sueño". La rub...