Q U I N C E

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Al día siguiente, el pelinegro se encontraba en el bar hablando con sus amigos.

- ¿Se irán? -preguntó Toni confundida.

- Solo será una semana, pero ella aún no lo sabe. Le diré hoy al llegar, pero necesito su ayuda.

- Déjame adivinar, quieres que los cubramos mientras no están con sus trabajos de las serpientes. -se cruzó de brazos la pelirrosa y Jughead rascó su nuca.

- Si. Quiero eso. -hizo una mueca.

Fangs se quejó al igual que Toni y Jughead junto sus manos.

- Por favor, chicos. -rogó. - Haré lo que quieran.

- Aumenta nuestro sueldo.

- ¡Bien, está bien! -asintió y rodeó sus ojos cuando Toni y Fangs chocaron los cinco.

- ¿De que me perdí? -preguntó Sweet Pea, llegando junto a ellos.

- De un aumento de sueldo por no venir cuando Jughead te lo pidió. - Toni se burló.

- Oye, era una chica linda. -se quejó.

- Y tú muy feo por lo que no te hará caso. -Toni le sacó la lengua.

- Díselo a la cita que tenemos el viernes. -dijo con suficiencia y Jughead rió.

- Bien, ya debo irme. -se levantó de la mesa.

- ¿Cuando se irán?

- Nuestro vuelo sale mañana en la noche.

Los tres asintieron y se despidieron del pelinegro, el cual salió de ahí y subió a su moto, conduciendo hasta el parque de remolques.

Al llegar, abrió la puerta y sonrió al ver a la rubia con solo una de sus camisetas preparando algo en la estufa.

La abrazó por la cintura, dejando su cabeza sobre su hombro y besó su cuello lentamente.

- Hola Juggie. -sonrió ante sus besos. Volteó su cara un poco y el unió sus labios en un lento beso que luego de unos segundos, se volvió más apasionado.

La rubia apagó la estufa y el la tomó de los muslos, dejándola fuertemente sobre la encimera haciendo que su espalda chocara contra la estantería.

- ¿Te lastimé? -el le preguntó entre besos y ella negó.

El metió sus manos bajo su camiseta y ella negó, cuando Jughead estuvo a punto de bajarle la bragas.

- Jug, Jug. -murmuró separándose con la respiración agitada por los besos. - No podemos. Mi periodo.

El suspiró y le sonrió, algo enfadado pero ambos sabían que no era de verdad.

- ¿Por qué me dejas seguir? -preguntó, señalando la clara erección bajo su pantalón.

- Lo siento. -se disculpó con una risita y el besó su mejilla. - Preparé la cena. -murmuró mientras acariciaba la nuca del pelinegro.

- Entonces vamos a comer, te tengo una sorpresa.

- ¿Ah, si? -preguntó coqueta y el asintió, ayudándola a servir la mesa mientras ella servía su comida.

- Les pedí a los chicos que hagan nuestro trabajo en el bar durante una semana...

- ¿Que? ¿Por qué? -preguntó confundida.

El sonrió y tomó su mano sobre la mesa.

- Porque nos iremos una semana a París. -ella abrió su boca en una O y luego soltó una risa mientras negaba.

- Juggie, eres malo para las bromas. -negó mientras reía y bajó su cabeza para continuar comiendo.

Al notar su silencio, subió la mirada de nuevo y vió como el sonreía con suficiencia.

- No... -murmuró. - ¿Es en serio? -preguntó incrédula, en un hilo de voz.

El asintió y la rubia rápidamente se levantó de la mesa para abrazarlo fuertemente.

- Dios, te amo tanto. -murmuró mientras lo besaba y el la tomaba de la cintura.

- Nos vamos mañana.

- ¿De verdad? -el asintió.

- Jug... -hizo un puchero, con sus ojos cristalizados. - ¿Donde conseguiste el dinero? Nosotros no tenemos suficiente para eso, adema- empezó a hablar nerviosa.

- Betts. -la tomó de las mejillas interrumpiendo sus palabras. - No debes preocuparte por eso. Ya todo está pago y no nos llevé a la quiebra, créeme. -dijo algo divertido.

- Gracias... -murmuró, y algunas lágrimas cayeron de sus ojos, las cuales el limpió delicadamente.

- No llores mi vida. -le pidió, abrazándola contra su pecho.

- Es que no merezco nada de esto, no te merezco...

- Al contrario, mereces el mundo entero. -sonrió.

- Te amo mucho, Juggie.

- Y yo a ti, mi Betts. -murmuró, besando sus labios lentamente.

Luego de un rato, el se encontraba recostado en la cama viendo cómo la rubia elegía la ropa que llevaría de su clóset.

- No lleves nada muy abrigado. Hace calor allá estos días. -el aconsejó, con una sonrisa.

La rubia sonrió coqueta tomando un conjunto de lencería completo y se volteó hacia el pelinegro, posando como si lo tuviera puesto.

El soltó una risa divertida mientras negaba.

- ¿Llevo esto? -preguntó coqueta.

- Traviesa.

- Aja. -asintió, mientras lo metía en la maleta y el soltó otra risa. La rubia tomó la maleta y la dejó en el piso, cerrando las puertas corredizas del clóset y se subió en el regazo de su novio.

El acarició su trasero bajo la camiseta y besó sus labios.

- Mañana terminaré de ordenar mi ropa.

- ¿Me ayudas con la mía? -preguntó con un puchero.

- Tu no me ayudaste con la mía. -se cruzó de brazos.

- Betts. -hizo un puchero.

- No. -negó.

- Mala.

- Muy.

El sonrió y besó sus labios de nuevo.

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora