C U A R E N T A I U N O

737 70 18
                                    

- ¡Yo seré la madrina! -exclamó Cheryl.

- ¿Y yo? -Toni hizo un puchero.

- Podremos serlo las dos, mi vida. -le sonrió, dejando un pequeño beso en sus labios y Betty soltó una risa.

- Está bien, ambas pueden ser la madrina de una de las gemelas. -asintió. Jughead hizo una mueca y rascó su nuca.

- Cheryl no por favor. -le pidió a Betty en un "murmuro".

- Te escuché, vagabundo. Y yo sería la mejor madrina que alguna de tus hijas podría tener. -se cruzó de brazos y levantó su cabeza con suficiencia.

- No quiero que mi hija sea así. -le volvió a murmurar, para luego sentir un pequeño golpe en su cabeza. - Auch. -se acarició con una mueca.

- Deja a mi novia. -le retó Toni, abrazando a la pelirroja. Betty soltó otra carcajada y negó.

- Yo creo que ya es hora de que abras los regalos... -murmuró Cheryl sonriendo.

- ¡Si! -Betty saltó emocionada y Jughead entrelazó sus manos, guiándola a la sala de su casa.

Se sentaron en uno de los sofás junto al otro y todos los invitados (los cuales eran pocos) se acercaron. Los regalos estaban justo frente al sofá sobre una pequeña mesa de centro.

Jughead tomó una pequeña caja cubierta de un papel azul con estampado de corazones morados y se la tendió.

Ella la abrió y sus ojos se cristalizaron.

- Lo siento. -soltó una risa limpiando una lágrima.

- Las hormonas. -le dijo Sweet Pea a Fangs y ella le sacó la lengua, mientras tomaba la ropita y la sacaba de la caja.

- Gracias Toni. -agradeció al ver la pequeña nota que tenía dentro de la caja en la cual ponía su nombre.

- Este... Definitivamente es de Cheryl. -dijo Jughead tomando la caja más grande de todas, la cual estaba envuelta en un papel de color rojo con un lazo negro.

La nombrada sonrió con suficiencia. Betty abrió la caja y notó que dentro de esta habían dos grandes peluches de color blanco, eran realmente grandes.

Soltó una risa mientras negaba y le lanzó un beso a Cheryl.

- Y hay una carriola doble por allá. -señaló. Betty volteó al fondo de la habitación y abrió sus ojos como platos.

- Ok... -Jughead rió, tomando una bolsa. - Siguiente.

- ¡Fangs! -exclamó Betty con lágrimas al notar lo que contenía.

Dos pequeñas chaquetas de las serpientes de color negro. El pelinegro sonrió y se encogió de hombros.

- ¡Que lindas! -exclamó Toni. - Ya quiero ver a las pequeñas usarlas...

- Juggie, mira. -las acercó a él y este se limpió una lágrima.

- Lo siento. -murmuró el y todos soltaron una carcajada.

- Creí que la que lloraba por todo era yo. -se burlo Betty.

- Los dos estamos embarazados. -los señaló a ambos y Betty rió besando su mejilla.

Era casi medianoche cuando en la casa de Betty y Jughead ya estaban solo ellos dos.

La rubia salió de la ducha cansada. Su espalda dolía y ya al final del día su panza le pesaba bastante.

Se sentó en la orilla de la cama solo con ropa interior. Estaba pasando crema corporal por la piel de su cuerpo y bufó cuando no logro terminar con sus piernas.

- ¡Juggie! -exclamó. El subió las escaleras ya que se encontraba en la cocina ordenando esta y se asomó por la puerta.

- ¿Todo bien, amor? -le preguntó y sonrió al ver su puchero.

- No puedo. -subió su mano llena del líquido espeso de color blanco y el soltó una risa, uniendo sus manos con las de ella para tomar de la crema.

Se arrodilló frente a la cama y lentamente masajeó sus piernas y al terminar, dejó un poco también en su panza sintiendo pataditas.

- Basta, ya mamá está cansada. -murmuró cerca de esta y dejó un beso haciendo reír a la rubia con ternura.

- ¿Me abrazas? -preguntó. - Tengo sueño, Juggie.

- Me daré una ducha y volveré contigo, ¿Bien? -ella asintió y el pelinegro dejó un beso en su frente, entrando al baño.

Luego de unos minutos, volvió a salir con solo unos boxers y frunció el ceño al ver a la rubia recostada en la cama con sus ojos cristalizados y un puchero en sus labios.

- ¿Que pasa? -preguntó confundido.

- Te fuiste porque no me quieres abrazar. -se quejó entre sollozos. El soltó una risa y ella lloró más. - Y te burlas de mí.

- Solo me di una ducha. Ven. -la atrajo a él acariciando su cabello y besó este. - Por supuesto que te quiero abrazar.

- ¿Si? -preguntó en un bostezo y el asintió.

- Si, ahora duerme. Te amo. -murmuró en su oído.

- Te amamos, Juggie.


















¡Hola! Siento estar desaparecida por aquí, no había tenido ideas para escribir, y tiempo tampoco.

Espero que les guste. <3

| A strange universe || Bughead || +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora