V E I N T I C I N C O

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Ya habían pasado tres años desde su boda.

Y ambos habían terminado sus carreras en la universidad de New York, exitosamente.

Ahora estaban arreglando todas sus cosas dentro de una caja para mudarse, pues al fin habían logrado reunir el dinero suficiente para comprar una casa.

Además, Jughead habían encontrado un muy buen empleo como escritor en Riverdale, el cual pagaba muy bien.

La rubia ahora era periodista y aún estaba en ese proceso de conseguir un buen trabajo que reconociera su talento como era debido.

La casa que habían comprado estaba en el lado sur, muy cerca del White Wyrm. Era una muy linda, tenía tres habitaciones, tres baños, un despacho, cocina y sala espaciosas y un patio trasero no tan grande, pero bonito.

Terminaron de ordenar todo dentro de las caja y poco a poco las sacaron del trailer para dejarlas dentro del auto del pelinegro, no eran muchas cosas pues como saben, el trailer no era tan espacioso.

Al llegar a su nueva casa, bajaron todas las cajas y luego de un rato, cuando ya estaba anocheciendo, habían terminado.

Estaban todas las cajas dentro, pero no habían ordenado nada aún, lo harían al día siguiente.

La rubia se lanzó en su nueva cama matrimonial y sonrió.

- Me encanta. -dijo con sus ojos cerrados.

El pelinegro soltó una risita y se quitó su chaqueta de las serpientes, para ponerse sobre ella.

Besó su cuello lentamente y ella jadeó.

- ¿Estrenamos la cama? -sonrió en su cuello y ella asintió rápidamente con su cabeza.

Lentamente se desnudaron y de un momento al otro, ya el pelinegro estaba tras la rubia embistiendo duramente contra ella.

La rubia estaba en cuanto recibiendo gustosa las arremetidas y soltó un fuerte gemido.

- Vas a espantar a los vecinos. -le murmuró al oído. - No queremos que sepan que eres toda una zorra en la cama, ¿Cierto?

Ella no respondió y Jughead azotó su trasero, para luego dejar un apretón.

- Responde.

- No. -dijo en un hilo de voz y jadeó.

El sonrió, sin parar de moverse contra ella y luego de unos eternos minutos, ambos se corrieron al mismo tiempo.

Ambos cayeron agotados en la cama y el acarició su cintura lentamente.

- No crees que necesitamos... ¿Experimentar? -dijo ella, sompiendo el silencio de la habitación. Jughead enarcó una ceja confundido.

- ¿Experimentar qué, exactamente?

- En el sexo. -respondió, setandose en el regazo del pelinegro y el sonrió de lado. - Probar cosas nuevas...

- ¿Por qué?

- Es que siempre es lo mismo y algunas veces aburre... -murmuró, haciendo reír al pelinegro. - No me malinterpretes, siempre me lo haces muy bien, pero... Siento que necesitamos salir un poco de nuestra zona de confort. -se encogió de hombros.

- ¿Que quieres hacer?

- Aún no lo sé, pero ¿Sabes por dónde podríamos comenzar? -le sonrió coqueta y el enarcó una ceja. - Con otro trío... -murmuró cerca de sus labios.

- ¿Te gustó mucho eso, no? -el le preguntó con la voz ronca y Betty asintió, besando sus labios. - ¿Quieres que sea ahora? -murmuró entre besos, dejándola bajo el en la cama.

- Mhm. -asintió, tomándolo del cuello y sin separar sus labios.

El pelinegro la volvió a penetrar sin aviso, haciéndola arquear su espalda con un gemido, mientras ambos pensaban en lo mismo.

La rubia sentía tanta excitación en ese momento, cuando su vientre bajo se contrajo y sus paredes vaginales apretaron el miembro erecto de su novio.

Sus piernas comenzaron a temblar y la rubia se corrió.

Jughead unió sus labios en un candente beso y escucharon una voz.

- ¿J-jug? -preguntó desconcertada.

Ambos se separaron de golpe y la otra rubia cubrió su boca con sus manos.

- ¡Creí que me engañabas! -se quejó. - ¡Y soy yo misma!

Ambos cruzaron miradas y el pelinegro salió lentamente de la rubia.

- Ay por dios, Juggie tenía razón. Es otro universo. -respiro nerviosa. - ¡Creí que el solo lo había soñado! -exclamó, algo nerviosa por lo que veía.

Jughead suspiró levantándose de la cama y la tomó de las mejillas.

- Linda, tranquilízate. ¿Jughead te contó? -ella asintió rápidamente.

- Si, pero yo creí que el solo lo había soñado... ¿Por qué ahora estoy yo y no el? -preguntó confundida. Jughead y Betty cruzaron miradas y el se encogió de hombros.

- No lo sabemos.

- ¿Y por qué querían a mi Juggie aquí? -preguntó.

- Porque... Queríamos otro trío.

- Oh... Pero ahora estoy yo... -dijo algo apenada.

Jughead la tomó del mentón para que lo viera a los ojos y le sonrió.

- ¿Quieres hacerlo?

- E-eh, N-no lo sé... -murmuró nerviosa. - Nunca he hecho anda con una mujer, si he tenido curiosidad y he querido hacerlo, pero bueno estoy con Jug- el la interrumpió, ya que hablaba muy rápido.

- ¿Así que tienen curiosidad de cómo es estar con una mujer? -preguntó divertido a ambas rubias y ellas se sonrojaron.

- Oye, nos descubrió. -se quejó la otra Betty y Jughead soltó una risa.

- Lo vas a disfrutar. -le murmuró al oído con voz ronca y ella jadeó.



























Hola :)

Ahora tenemos dos Bettys. Quisiera ser Jughead.

En un rato continúo.




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