10

104 14 5
                                    

-_____ tranquilízate. - Suga tomó mis manos - Ella es mi esposa y la amo, es parte de mi vida desde hace más de cinco años, se ha convertido en todo para mí y por eso no puedo dejarla así de fácil.
-Dile que se vaya entonces. - lloraba molesta.
-Lo siento. - Mirna salió de la habitación - No sabía que la foto estaba ahí, lo lamento mucho.
-¿Ves que fue sin querer?
-No le creo nada a esta. - me aleje de Suga - Saldré a tomar aire. - limpié mi cara y salí del departamento.

No fui lejos del edificio, no conocía nada y no quería perderme en medio de la noche. Estando en una esquina parada, vi a Suga caminar suavemente hasta donde me encontraba parada, al llegar a mi lado suspiro y luego tomó mi mano.
-Vamos a casa.
-No quiero ir a casa, Mirna está allí y me incomoda.
-_____, a ella también le incómodas, eres nueva en su vida y cualquier cosa que hagas que no le agrade la va a hacer enojar. - tomo mi rostro - Vamos a casa, mañana tienes que ir a la escuela y luego ir a casa.
-¿Vamos a volver a la ciudad?
-Sí, pero con reglas muy estrictas que debes seguir.
-Lo sé. - tranquila comencé a caminar a su lado, nuestras manos aún estaban juntas.
-Estás helada. - se quitó su abrigo y lo colocó sobre mí.
-Tengo hambre.
-Pedimos pizza al llegar al departamento.
-Está bien. - no dije nada más y seguí caminando a su lado.

Esa noche mientras dormía en la sala, sentí pasos suaves muy cerca de mí, ellos fueron los que me sacaron de mi sueño liviano. Abrí los ojos y miré hacia el lugar de donde provenían los mismos, ahí vi a Suga en pijama mirándome algo serio o más bien preocupado.
-¿Qué haces ahí parado?
-Estaba velando que no fueras a irte.
-No me voy a ir a ninguna parte, vete a dormir. - me cubrí nuevamente con la sábana.
-______, quiero dejarte claro una cosa. - volví a verlo - No quiero que te vayas. - se acercó al sofá - Estoy asustado por lo que puedas causar si le dices algo a mi padre, pero también tengo miedo de que te vayas y ya no te vuelva a ver.
-¿Por qué será que no te creo? - me senté para dejarle un lado en el sofá.
-No lo vas a creer porque hice las cosas mal cuando te saqué de aquel lugar, pero me vas a creer cuando veas que me gusta tenerte en mi familia. ¿Sabes? Cuando Mirna y yo tengamos nuestros propios hijos, les voy a decir que tú eres su hermana mayor.
-Será un honor tener nuevos hermanitos. - sonreí.
-Algún día vas a ver que no te mentí.
-Lo voy a agradecer mucho. - lo mire a la cara, la cual estaba a unos pocos centímetros de mí.
-Eres tan linda. - nuestras miradas se quedaron fijas, ¿Por qué estaba pasando eso?
-¡Gracias! - cambié la mirada, estaba muy cerca y no sabía porque, ¿Acaso no se daba cuenta?
-Voy a dormir, ¿Te veré aquí en la mañana?
-Aquí estaré. - Suga sonrió y se levantó del sofá - ¡Descansa!
-Igual tú, querida ______.

Desperté y todo estaba en completo silencio en el departamento, enseguida salí del sofá y me dirigí al baño, hice mis necesidades y luego salí vestida cómodamente.
-¿Por qué tardaste tanto? - Mirna fue quien primero despertó y no tenía buena cara.
-Me hubieras avisado y hubiera salido antes. - dije esto tranquila mientras me dirigía al sofá nuevamente.
-Ve y despierta a Suga, tenemos que irnos.
-Como digas. - me levanté nuevamente del sofá y entré a la habitación, Suga estaba dormido aún, se veía tan tierno dormido que no lo desperté de inmediato, me quedé viendo su rostro hasta que este se movió un poco - Yoon Gi, despierta.
-¿Qué sucede? - pregunto asustado.
-Nada, Mirna me pidió que te despertara. - volvió a mirarme, esta vez con más atención.
-Eres tú.
-¿Quién más va a ser? Sal de la cama. - le di la espalda para irme, pero me sujetó de una mano.
-Gracias por no irte anoche.
-No me iré, te lo dije ya. Ahora vamos, quiero irme de aquí.

Nos fuimos a casa esa mañana, esta vez viaje con Mirna ya que ella iría a la casa primero, mientras Suga se iba a reunir con su papá en la empresa.
En casa, Mirna bajó sus cosas de su auto y se metió a la casa, yo me quedé atrás ya que mi maleta se había abierto, al parecer Suga la colocó mal.
Un rato más tarde entré a la casa, Mirna estaba en la sala mirándose al espejo cuando noto que yo estaba ahí.
-Toma tu teléfono, no lo vuelvas a dejar en las manos de mi esposo, casi lo rompe.
-¡Gracias!
-Me voy a trabajar, quédate aquí estudiando o viendo la televisión, pero no salgas.
-Está bien, aquí estaré. - Mirna tomó su bolso y salió de la casa.
-Señorita, ¿Desea algo de comer? - la sirvienta se me acercó.
-No, gracias.

Me alejé de ella para llegar a mi habitación, la cual estaba llena de bolsas de regalos que no sabía que estaban ahí.
Curiosa tomé la más cercana a la puerta, esta tenía adentro una nueva computadora, la cual tenía una nota en su caja.
-Esta es mucho más fácil de usar, ¡Disfrútala! Con amor, tu abuelo.
-¿Abuelo? - sonreí - Al menos ese señor si me quiere.

Continúe abriendo las bolsas, tenían ropa, zapatos hermosos y uno que otro bañador, prenda de ropa que nunca antes había utilizado.
-Esto muestra demasiado. - reí, realmente los trajes de baño no eran lo mío.

Guarde todo lo que había visto en el ropero, luego me acerque a la cama para ver una última bolsa de regalo, esta era la más pequeña, pero de seguro la más importante.
Al abrir la bolsa, estaba ahí una cajita roja, la cual en su interior llevaba una cadena en oro y una placa con mi nombre y apellido.
-Es igual a la de Suga. - Suga llevaba una con su nombre, la vi cuando bajó aquella noche en la cual baje a buscar el vaso con leche - Debe haber otra nota aquí. - y así fue, había dentro de la bolsa una carta hecha a mano por mi "abuelo", la cual decía que fui aceptada en la familia y como parte de esta debía llevar esa cadena, la cual era un símbolo de los Min y todos la debían llevar puesta. 

Esa tarde, cuando Suga llegó a casa, notó la cadena en mi cuello, de inmediato sonrió y se acercó para verla mejor.
-Min _____, se ve muy linda en tu cuello.
-¡Gracias!
-Pensé que no la ibas a tener.
-No sabía que tu padre le obsequiaba estas hermosas cadenas a su familia.
-Lo ha hecho con mi madre, con sus hijos, y luego con la esposa de mi hermano.
-Y ahora yo.
-Con quien no lo ha hecho es con Mirna. - lo mire curiosa - Mirna no es del agrado de mi padre, aunque le habla y esas cosas, no se lleva bien con ella y la evita lo más posible.
-No pensé que eso estuviera sucediendo.
-Ha sucedido desde hace cinco años.
-¿Debo guardar mi cadena? No quiero que Mirna se sienta mal.
-No es necesario, cuídala mucho. - Suga sonrió - Mi padre vino a la casa entonces.
-No, los regalos estaban aquí, en mi habitación.
-Debió dejarlos ayer antes de que Mirna se fuera a Daegu.
-Quizás. - me senté en el sofá.
-¿Quieres mostrarme lo que te regalo?
-Ropa, zapatos, bañadores y esta cadenita.
-¿Bañadores? Vamos a la piscina un rato, ¿Te parece?
-Vamos. 

...

Trampa Maldita (Suga - BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora