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-Suga, olvide mi billetera. - escuchamos a Mirna hablar desde las escaleras, rápidamente Suga tomó la billetera y corrió hacia el pasillo, yo por mi parte me escondí en el ropero.
-_____, ya se ha ido. - salí del ropero muy asustada.
-¿Estás seguro? - asintió - Esto no me está gustando, lo mejor es que no vuelva a suceder.
-Ya se fue, vamos a seguir.
-No, no quiero que Mirna vea lo que estamos haciendo a sus espaldas.

Me fui a mi habitación, enseguida me vestí y luego me senté a hacer la tarea.
Más tarde, llegó a la casa el hermano de Suga y su esposa, por primera vez los iba a conocer luego de casi un mes y medio en esa casa.
-¿Cómo están? - Suga y Mirna los recibieron en la sala, yo sin embargo los esperaba en la sala.
-Pasen, sean bienvenidos. - en ese momento los pude ver de frente, la chica estaba embarazada y el chico parecía encantado en conocerme.
-¿Eres ______? - asentí - Lo puedo ver en tu cadena. - justo ese día Suga pasó por ella a la joyería.
-Sí, tu padre me la regaló. - la oculté en mi vestido.
-Melanie y yo queríamos venir a conocer a la chica que te llevó a la fortuna.
-Ella es más que dinero, es nuestra hija y la queremos de verdad. - Mirna me abrazó.
-¡Gracias, madre! - le sonreí a Mirna.
-Vamos a la mesa, la cena está lista. - Suga hizo la invitación y todos nos dirigimos al comedor.
-Tengo entendido que la celebración es este viernes, ¿Qué van a presentar? - el chico seguía viéndome extraño.
-Aún no he preparado el discurso, pero haré lo mejor, lo aseguro.
-_____, ¿Qué edad tienes? - Melanie cambió el tema.
-16.
-Vaya, tengo 18 años, tenemos casi la misma edad.
-Así es. - sonreí.
-Se van a llevar bien. - dijo Mirna.
-No lo creo, ya no soy una niña. - dijo la muy estúpida.
-Qué pena por ti. - dijo Mirna - No eres una niña porque quizás el dinero te cerró la mente.
-Mirna, ya basta, vamos a comer en paz. - Suga intervino.

La cena no se pudo llevar a cabo de una manera placentera, todo el tiempo hubo discusión entre Mirna y Melanie y eso puso tenso a Suga, quién decidió cancelar el momento y envíar a su hermano a casa.

El viernes por la tarde, ya me encontraba lista para la gran celebración que tenían los padres de Suga por su nuevo logro.
-¿Nos vamos? - Mirna y yo estábamos listas, pero a Suga aún le faltaba colocarse la corbata.
-No, aún no.
-Suga, tú deberías ser el primero en llegar, date prisa.
-Ya basta Mirna, ya casi estoy listo. - en ese momento salimos de la casa.

Llegando a la recepción, la familia de Suga lo esperaba en la puerta, de inmediato nos saludamos y entramos al lugar, el cual parecía un paraíso, habían luces, comida, mesas súper decoradas y ni hablar de todo el alcohol en las tres barras que estaban por todo el lugar.
De inmediato tomamos asiento en la mejor mesa, desde ahí Mirna y yo podíamos ver a Suga, quién iba a decir unas palabras de agradecimiento y compromiso antes de que la fiesta comenzara.

La fiesta comenzó y Mirna me dejó sola en la mesa para irse con Suga a bailar, no quise ir tras ellos a molestar, así que me levanté y fui a saludar a mi abuelo a su mesa, en la cual estaba su hijo y su esposa hablando tranquilamente.
-_____, te ves muy bien esta noche.
-¡Gracias, abuelo! - me senté a su lado.
-¿Ya probaste la comida?
-No, aún no, iré cuando Yoon Gi y Mirna terminen de bailar.
-¿Yoon Gi y Mirna? - el idiota de mi "tío" comenzaba a molestar.
-Sí, así nos llamamos. - en ese momento llegó Mirna - Vamos _____, Suga quiere tomarnos unas fotos.
-Bien. - camine con Mirna hacia nuestra mesa.
-¿Qué hacías allá con mi cuñado? Sabes que él no es de fiar.
-Solo fui a hablar con el abuelo, pero él comenzó a molestar.
-Quédate lejos de él, ¿De acuerdo? - asentí.

Volví a la mesa, esta vez con comida, comer era lo único que podía hacer, ya que nadie me conocía y los que sí no me hacían caso.
En uno de los bailes, me acerqué a la pista de baile, solo quería ver de cerca los pasos de la gente, ya que eran muy creativos.
En uno de esos momentos en los que Suga bailaba con Mirna cerca de mí, nuestras miradas se cruzaron, su mirada fue como una flecha para mí, me sentí con ganas de estar cerca de él y poder disfrutar de su compañía. No pude disimular en ese momento lo que sentí y sonreí como una niña pequeña, lo que me hizo sentir avergonzada, ya que alguien pudo darse cuenta de esa química entre nosotros dos.
-Por Dios. - bajé la cabeza y salí de la recepción, llegando a unas escaleras de emergencia que estaban cerca.
-_____, ¿Qué haces aquí tan sola? - Suga me siguió hasta ese lugar.
-No me siento bien. - no quería decirle la verdad.
-Ven aquí. - me abrazo - Puedes decirme la verdad.
-Quisiera poder celebrar contigo como Mirna lo hace.
-¿Y por qué no me lo dices? Para ti tengo todo el tiempo del mundo. - su mano acarició mi mejilla.
-¿Puedes abrazarme fuerte? Lo deseo mucho.
-Claro que sí. - sus brazos me rodearon fuerte.
-¿Sabes? - en este momento me siento bien a tu lado, no tengo nervios ni miedo, más siento ganas de sentir tu piel.
-¿Sabes algo? Haré lo que nadie ha hecho en una ocasión como esta. - tomó mi mano y comenzó a correr escalera abajo.
-¿Qué vas a hacer? - lo seguía sin preocupaciones.

Llegamos a uno de los pisos del hotel en el que estábamos, ahí juntos buscamos una habitación abierta y entramos en ella como dos locos huyendo de la cura que te devuelve la cordura. Estando solos ahí dentro, nos miramos con una sonrisa, la cual terminó con un beso apasionado entre los dos.
Las manos de Suga eran suaves, cuando las comenzó a bajar por mi espalda los cabellos de mi piel se erizaban, era como un magnetismo que atrapaba mis deseos con solo pasar su mano sobre mí.
El cierre de mi vestido se abrió, en ese instante quedé totalmente desnuda, ya que por el escote que llevaba en la pierna decidí no llevar nada debajo. Suga me acercó a su cuerpo y mientras me besaba acariciaba mi cuerpo desde mi espalda hasta mis caderas y glúteos.
-Ven. - lo seguí hasta la cama, en donde me recosté mientras se quitaba toda su ropa. Ya desnudos los dos, nuestras miradas candentes se cruzaron, nuevamente nos volvimos a besar perdiendo la noción del tiempo, tiempo que se detuvo cuando Suga entró suavemente en mí.
Pensé quejarme y detenerlo, pero confiaba en sus palabras, todo pasaría, el dolor era momentáneo. Y así fue, el dolor desapareció y con cada movimiento de sus caderas llegaba el placer, el cual era difícil de controlar y fácil de alcanzar.
-Yoon Gi, ¿Qué es lo que siento? - pregunte entre gemidos.
-Se llama placer. - eso ya lo sabía, pero jamás pensé que fuera tan delicioso.

Suga movía su cuerpo como un experto en el sexo, me hacía gemir y gritar su nombre mientras con su manos también apretaba mis pechos, así nos quedamos hasta que mi cuerpo comenzó a temblar debajo del suyo, el cual estaba tenso y muy sudado. No sabía cómo controlar lo que estaba sintiendo, así que me deje llevar por el instinto, me relajé y dejé que las convulsiones se apoderaran de mí y que los gemidos más fuertes salieran en ese momento.
-Así se hace. - dijo agitado aún sobre mí - Voltea tu cuerpo, quiero verte de espalda. - hice lo que me pidió y de inmediato sentí un cálido líquido chocar contra mis glúteos, el cual luego corrió por mi caderas hacia enfrente.
-Suga, ¿Qué hemos hecho? - pregunte esto aun agitada.
-Hemos hecho el amor. - me volteé para verlo.
-¿El amor? Ni siquiera me quieres.
-Te adoro.

...

Trampa Maldita (Suga - BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora