18. Conociendo a Yumiko.

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Mieko llevó a Hoshi a otra habitación y la ayudó a vestirse con un kimono color blanco que iba degradándose a un celeste en la parte inferior.

-Combina con tus ojos -dijo cuando terminó de vestirla-.

Luego la peinó y le puso un broche en el cabello que parecía ser realmente caro. La maquilló un poco y emprendieron camino de vuelta a la sala en la que estaban anteriormente.

-¿Cuánto les falta? -se escuchó una voz masculina desde el interior-.

-Ya no mucho, querido -esa era la voz de Nozomi-, esperamos que esta sí te guste.

La gran puerta del salón se abría, dejando ver a Mieko tomando a Hoshi del gancho. Yumiko se volteó a verla e hizo un evidente gesto de sorpresa.

Hoshi tenía una pequeña y falsa sonrisa en su rostro para parecer amable, aunque es innegable que se puso nerviosa al ver a su posible prometido. Era un joven de más o menos la estatura del pilar del agua. Tenía el cabello de color castaño oscuro, unos ojos grandes y celestes y llevaba un elegante atuendo.

-Yumiko, ella es Hoshi -Mieko presentó la joven a su hijo-.

-Buenas tardes -Hoshi hizo una reverencia hacia él y el muchacho caminó hacia ella lentamente-.

-Viajó desde muy lejos hasta aquí. Tiene quince años...

-Nozomi ya me dijo lo necesario, mamá.

Yumiko ya había llegado frente a Hoshi y ella lo miraba con timidez a los ojos. Él tomó la mano de Hoshi y besó el dorso de esta. Las mejillas de la joven se tiñeron de un leve rosa.

-Un placer conocerte.

-E-El gusto es mío.

No le llamó mucho la atención lo que dijo Nozomi. Para él era escuchar los mismos comentarios de todas las chicas. "Es linda". "Tiene buen cuerpo". "Es más baja que tú". "Tiene una suave piel". Pero lo que captó su atención fue que ella era la primera chica con ojos azul claro que combinaban con los suyos y, por tanto, los ojos celestes podrían perdurar en el linaje, cosa de la que su madre, sobretodo, estaría satisfecha.

También estaban las cicatrices que mencionaron, pero primero quería conocerla bien antes de descartarla o, en el mejor de los casos, aceptarla.

Yumiko sonrió con suficiencia ante el efecto que provocó en Hoshi.

Le extendió su brazo y ella pasó el suyo por el hueco que se había formado, caminando hasta la salida de la habitación.

***

-Su té, joven Takahashi.

-Su té, señorita Hoshi.

-Gracias Oishi, Naoko -dijo la chica-.

Las criadas se marcharon haciendo una reverencia.

-No es necesario que les agradezcas. Es su trabajo -dijo Yumiko extrañado-.

Estaban sentados en una pequeña mesa de té en el jardín, intentando llevar una grata conversación.

-Es su trabajo, pero ¿ya viste lo bien que se sintieron al ser tratadas mejor?

-Mhm...

Yumiko miró a las criadas alejarse, pero él no notó nada extraño. En realidad, nunca se fijó en ellas. Siempre se le fue enseñado que las criadas eran solamente eso e incluso, de vez en cuando, olvidaba que eran personas.

-Si tú lo dices... -se encogió de hombros-.

Hoshi rió algo incómoda.

-Yo... Trabajé en un hospital -soltó Hoshi y Yumiko elevó la mirada hacia ella-. Es así cómo aprendí a valorar esos pequeños detalles al tratar mejor a los demás.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora