2. Lazos de Familia.

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El sol estaba en su punto más alto en el cielo. Los Haganezuka, Kozo, Hiyori, su esposo y Kotetsu, que tan sólo tenía un año de edad, caminaban bajo los árboles en la poca sombra que daban en aquel caluroso día.

Aún así, el viento era capaz de percibirse. Al escuchar la corriente de agua, la pequeña niña de ojos azules y dos coletas soltó la mano de su padre, corrió hacia el río mientras se quitaba la yukata y se lanzó al agua. Había aprendido a nadar hace unos meses y cada vez que iban al río ella era la primera en zambullirse.

-¿A qué hora llegan Senjuro y Kyojuro, papá? -preguntó cuando asomó su cabeza del agua-.

-Deberían estar por llegar...

Se vio interrumpido por el par de hermanos que llegaban justo detrás de ellos, corriendo de la misma manera que Hoshi hasta lanzarse al agua.

Shinjuro Rengoku y Ronin Haganezuka habían sido pilares al mismo tiempo y se hicieron muy buenos amigos. Esa amistad fue traspasada a sus hijos y los tres niños han sido amigos desde que Hoshi nació, o eso creía ella.

El pilar de la flama llegó pocos segundos después de sus hijos, pero no vino solo. Un niño pelinegro de unos doce años venía aferrándose a su brazo mientras se ocultaba en su espalda.

Shinjuro lo presentó a todos y lo recibieron amablemente. Más tarde les explicaría a los adultos dónde encontró al niño.

-¡Shinjuro-sama! -gritó Hoshi desde el agua y los hermanos también le gritaron saludos a los que llegaron con la chica-.

-¡Hoshi-chan!, ¿cómo has estado? -preguntó alegre el pilar de la flama-.

-¡Muy bien! Shinjuro-sama ¿dónde está Ruka-sama?

-Está en casa descansando -dijo sonriendo de lado-.

Su esposa ya no estaba muy bien de salud, pero al menos aún estaba con ellos y le insistió a su esposo a que llevara a los niños al río porque sabía que ellos lo disfrutaban mucho.

Hoshi notó que alguien estaba con el pilar de la flama y les preguntó a los hermanos Rengoku.

-Oh, se llama Obanai Iguro -dijo Kyojuro-. Papá lo rescató de una misión hace unos días.

-Ajá, es muy tímido, pero es amable -dijo Senjuro-, y tiene los ojos de diferentes colores.

Hoshi se sorprendió bastante ante eso, pero se emocionó y, guiada por la curiosidad, nadó hasta la orilla. Salió del agua y caminó hacia Shinjuro mientras de sus coletas iban cayendo chorros de agua.

Llegó hasta estar frente a Obanai y extendió su mano derecha con una sonrisa.

-¡Hola!, ¡me llamo Hoshi Haganezuka!

El chico no respondió, pero la miraba con ojos tímidos y nerviosos. De pronto, desde debajo de su cabello, se asomó una serpiente blanca.

-¡Wooow! ¿Es de verdad? -preguntó Hoshi apuntando al animal y Obanai asintió- ¡Asombroso! ¿Cuál es su nombre?

-Kaburamaru -dijo en un susurro que la ojiazul alcanzó a escuchar-.

-Ka bu ra ma ru.

Repitió un par de veces el nombre para poder memorizarlo y eso hizo a Obanai soltar una risa diminuta.

-¡Kaburamaru es genial! -llegó Kyojuro junto a su hermano, ambos goteando agua como Hoshi-.

-¡Sí! Es muy inteligente -dijo el menor-.

Hablaron un poco de lo despierta e inteligente que era Kaburamaru para ser una serpiente y Obanai asentía a ratos o decía monosílabos.

Los Rengoku habían traído los implementos para jugar hanetsuki, así que los niños jugaron en equipos y luego ayudaron a los adultos a pescar, aunque, como niños, no había mucho que pudieran aportar, pero todos se divirtieron, incluso Obanai. Pero aún debía trabajar en su confianza ya que se abstuvo de comer, aunque de igual manera socializar fue un avance para él.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora