63. Charlas Pendientes.

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Los días pasaban, Hoshi se recuperaba poco a poco mientras venían diferentes visitas como los Rengoku, cazadores y vecinos de la aldea del herrero, incluidas las personas del hospital.

Le habían realizando un examen correctamente y habían determinado que, si bien ya no tenía fracturas, sus huesos estaban algo frágiles, por lo que Hoshi no podría hacer mucha fuerza en un largo tiempo. Estaba en reposo constante, y aunque el día que despertó sólo la dejaron comer un poco de oden, los días posteriores tuvo que comer cosas más ligeras y acordes a su estado porque aún seguía débil y la herida de su estómago seguía inestable. Eso le molestaba, no por la comida o por su recuperación lenta, sino porque todos la trataban como si fuera de porcelana y porque no estaba acostumbrada a ser el centro de atención.

-¿De qué hablas? Eres de lo único que se ha hablado los últimos meses -le dijo Ayaka-.

-Así es -continuó su hermana-. Al parecer todos se enteraron de lo que sucedió en la batalla y todos estaban preocupados.

-Créeme, Hoshi, eres la historia del momento aunque no lo quieras.

La ojiceleste rió de lado por las palabras de las pecosas que la acompañaban esa tarde. Apenas estuvieron unos minutos antes de que a la habitación llegaran más personas. Esta vez fue Tanjiro, quien golpeó con cuidado la puerta e ingresó al cuarto para avisarle a Hoshi que Yushiro había llegado para hablar con ella.

Él ingresó a la habitación con el gato se Tamayo y tomó asiento junto a la cama de Hoshi cuando los demás se fueron. Hablaron unos minutos, en los que el gato se acomodó en la cama junto a los pies de Hoshi, hasta que la chica le preguntó porqué había desaparecido cuando ella despertó.

-Estuve buscando un lugar dónde quedarme. Sabía que la mansión se llenaría de visitas cuando despertaras y no quería estar aquí cuando eso sucediera.

Hoshi rió de lado.

-Entiendo, ¿pudiste encontrar algún lugar?

-Sí -hizo una pausa algo larga-. Eres... afortunada.

Hoshi lo miró con la cabeza de lado, pues no sabia exactamente a qué se refería, aunque se hacía una idea.

-La medicina de Shinobu-san y Tamayo-san funcionó correctamente en ti y pudiste volver a ser humana -Hoshi asintió-. Y... fuiste mejor demonio que cualquiera que hubiera conocido -siguió hablando sereno, pero algo pasmado-. El sol ni si quiera llegó a quemarte, fue impresionante. Pero te resististe -la miró directamente a los ojos y sonrió de lado-, es admirable. Me alegro de que hayas podido hacerlo.

-Eh, g-gracias -decía con la mirada en su regazo y con la voz temblorosa mientras unas lágrimas conmocionadas se escapaban de sus ojos-, p-pero si no hubiera sido por Tamayo-san, Shinobu-san y por usted, yo jamás habría podido lograrlo -lo miró y le sonrió-. Les estaré siempre agradecida.

Yushiro asintió y se hizo un silencio, mientras Hoshi miraba al gato que ahora se acurrucaba entre sus pies.

-Bien, creo que ya...

-Espere, por favor, no se vaya aún.

Yushiro hizo un gesto para ponerse de pie, pero volvió a sentarse cuando escuchó la voz de Hoshi.

-Uhm, quería preguntarle algo -Yushiro sólo la miró, mientras ella se armaba de valor. Al final suspiró y preguntó con lentitud-. ¿Sabe usted si Tamayo-san tenía familia?

Yushiro frunció el ceño.

-¿A qué viene la pregunta?

-N-Nada en especial -sacudió ligeramentelas manos, pues había planeado esa conversación en varias ocasiones-, pero me preguntaba si alguien además de nosotros lamentaba su muerte, digo, como para contarles la verdad o algo así...

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora