31. Dos Tipos de Entrenamiento.

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-¡Entonces tuve que cambiar las espadas por palos y ajustar los dedos para que fuera efectivo el entrenamiento!

Hiyori, Hoshi y Mitsuri miraban con especial atención lo que Kotetsu contaba, que Tanjiro había empezado a entrenar con la muñeca, siendo que es algo que ya no le producía mucho entusiasmo, pero hace tanto que no veían a Kotetsu así de risueño y contento.

Cuando las risas acabaron, Hiyori intentó preguntar con cuidado si realmente Kotetsu estaba bien con ello, pues hace unos años había entristecido mucho por pensar que la muñeca que tanto cuidaba su padre, fuera destruida.

-Entonces, hijo... ¿Estás bien con eso?

-¡Claro!, ¡Quiero que Tanjiro se vuelva tan fuerte como para vencer al cabeza de alga! -levantó sus puños al aire, pero luego se relajó- O al menos tanto como Hoshi -se encogió de hombros-.

La mencionada se atragantó un poco con la comida, Mitsuri le dio unas palmaditas en la espalda y Tanjiro se puso a reír.

-La verdad -Hoshi aclaró su garganta-, es que Tanjiro ya es más fuerte que yo -rió de lado-. Saben que nunca completé del todo el entrenamiento de Kyojuro-san.

Tanjiro creía que una nube gris se posaría sobre todos al escuchar el nombre de Rengoku.

-No seas tan modesta cariño -dijo Hiyori-.

-¡Sí, Hoshi! -dijo Mitsuri-.

-¡Siii! ¡Eres de las mejores! -dijo Kotetsu- ¡Mitsuri-san, Obanai-san y Kyojuro-san te ayudaron mucho y estoy seguro de que le patearías el trasero a ese niño! -apuntó a Tanjiro con su pulgar-.

-¡Kotetsu! -lo reprendió su madre-.

Mitsuri y Tanjiro estallaron en risas, mientras Hoshi la disimulaba y Hiyori,al final, terminó riendo también.

Tanjiro se conmovió al saber que ya el nombre de Kyojuro no provocaba tristeza, sino buen ánimo y es que cómo no tenerlo, con todas las cosas que Hoshi habló de él y las que seguro no ha tenido oportunidad de contarle, pero deben ser igual de agradables. Aunque de algo estaba seguro, y es que anteriormente habrían llorado lo suficiente como para llenar un lago.

***


El día siguiente Hoshi se marchó temprano otra vez, pero junto con ella se levantó Kotetsu que fue a buscar a Tanjiro para continuar con la rutina. Ni él ni Mitsuri fueron a visitar a la pelinegra al hospital, ya que les dijo que seguramente no tendría tiempo, así que fue al anochecer, a la hora de la cena, cuando todos volvieron a reunirse, por tercera vez consecutiva.

Kotetsu relataba las hazañas y los desastres de Tanjiro al entrenar. Las tres mujeres se alegraban de ver a Kotetsu tan entusiasmado, aunque no estaban tan seguras de Tanjiro, ya que se le notaba muy cansado. Además, había vuelto con muchos más golpes que la noche anterior, y sólo habían pasado 24 horas.

-¿Tanjiro, te encuentras bien? -le preguntó la ojiazul, dejando sus palillos sobre la mesa-.

-¿Eh? -pareció despertar- S-Sí, claro.

-No has probado el arroz.

Tanjiro miró su plato y la verdad es que desde hace ya varios minutos estaba embobado por el aroma de la comida, pero su entrenador Kotetsu no lo había dejado comer desde ayer, así que su estómago rugía.

-Eh, no, no.

-¿Hay algo que no te guste? -preguntó Hiyori con delicadeza- Puedes dejarlo de lado, querido, no será molest...

-¡No, no! -alzó enseguida las manos y negó con ellas y con la cabeza- No es eso, Hiyori-san, sólo tengo un poco de hambre, pero... -inhaló hondo y luego habló con más energía, alzando su pulgar y mirando a Kotetsu- ¡Me volveré más fuerte si entreno más y entonces podré comer!

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora