40. Novedades.

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Sentada en el futón, con un pequeño tazón de arroz en su regazo y una mediana taza de té de hierbas, Hoshi escuchaba las palabras emocionadas de Kotetsu relatando las anécdotas triviales desde que habían llegado, pero le sorprendió lo rápido que terminó.

-¿Eso es todo? -dijo mientras tragaba su segundo bocado de arroz-.

-Ajá -asintió el niño, balanceándose junto a su madre. Ambos se hallaban lado a lado junto al futón y el gato se acurrucaba entre los pies de Hoshi sobre las mantas del futón-.

-Pero -frunció su ceño levemente-, no es mucho -dijo pensativa la ojiceleste-.

-Bueno, no -se encogió de hombros Kotetsu y soltó una breve risa-. ¿Qué tanto puede pasar en 5 días?

La muchacha no lo procesó del todo. Se quedó inmóvil con su taza de té sujeta de ambas manos sobre el tazón de arroz, lista para darle un sorbo, pero al cabo de un par de segundos sus manos flaquearon y la taza de té se tambaleó, pero sólo derramó algunas gotas antes de que la chica volviera a sujetarla con firmeza.

-¿Cinco días? -preguntó con un hilo de voz, sin llegar a creérselo. Hiyori y su hijo asintieron-.

Lo cierto es que la adulta se había mantenido la mayor parte del tiempo en silencio, intrigada y espectante ante el hecho de que Hoshi despertara tan pronto.

Le explicó que hace cinco noches habían llegado al pueblo y que desde entonces no había despertado. Nana y ella le hicieron curaciones y limpiezas en las heridas en esa misma habitación a la mañana siguiente, pero Hoshi dormía como tronco. Hiyori constantemente le aplicaba pomadas y se encargó de sus cuidados los siguientes días. Fue muy atenta, pero no contaba con el hecho de que las pomadas y tratamientos fueran efectivos tan rápido, puesto que nunca fue así con ningún paciente.

-Es verdad. Cuando desperté, ni si quiera sentí la herida -dijo la ojiceleste llevando la mano a su abdomen-.

-Es porque ya cicatrizó, cariño -seguía hablando con parsimonia la adulta-. Apenas quedaban unas pequeñas costras -miró a su hijo-. Ve a decirle a Hotaru que Hoshi despertó, por favor.

-Oh, claro -dijo el menor como si acabara de recordar algo importante-.

Se puso de pie y salió velozmente de la habitación.

-La herida de tu abdomen no fue tan profunda, pero sí larga -siguió explicando, pero esta vez con un tono más atento y preocupado-. Fueron tres cortes, al parecer de los dedos del demonio y...

Hiyori hizo una pausa algo temerosa antes de continuar y Hoshi supo que lo siguiente no sería bueno. Sonrió con compasión y habló con calma.

-Está bien, Hiyori-san. Sólo dígalo.

La adulta suspiró y habló.

-Es muy poco probable que puedas tener hijos. Nana dijo que el daño fue demasiado y sería un milagro que pudieras engendrar bebés -la mirada de Hoshi se desvió un poco hacia abajo y se perdió en la nada-. P-Pero al menos hay una posibilidad...

Intentó darle ánimos, pero Hoshi dejó de escucharla por unos segundos en los que pensó en que su gran aspiración siempre fue llegar a ser pilar, nunca madre como la mayoría de las chicas de su edad y del pueblo; pero siempre fantaseó con la idea de formar una familia y ahora que todo eso se perdía, la abordó una sensación abrumadora que encogía una parte de su corazón.

-Hiyori-san -dijo con un leve temblor en la voz, llamando la atención de la mujer que seguía diciendo palabras de aliento-. No importa.

Sonrió pacíficamente y cerró sus ojos en un gesto sereno.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora