8. Reencuentros.

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Una semana más tarde, Hoshi volvía a ponerse su uniforme de cazadora porque ya estaba lista para realizar sus misiones. Akira se marchó a la casa del patrón con la tarea de volver con la siguiente misión para la cazadora.

En estos momentos, Kanao y las tres niñas pequeñas continuaban ayudando a Murata y los otros, mientras Aoi cocinaba y Hoshi acompañaba a Shinobu al mercado.

En el camino de vuelta se encontraron con una pequeña montaña de escombros. Hoshi dejó en el suelo las bolsas que llevaba y levantó unas tablas de madera y unas cuerdas que habían ahí. Revisó bien el estado y pensó que podía darles un buen uso.

Se las mostró a Shinobu y le pidió permiso para construir algo en el patio, a lo que la chica aceptó con una sonrisa.

***

Sentada bajo un árbol con su haori y espada reposando a su lado, Hoshi terminaba de atar las cuerdas a las dos tablas de madera que se llevó consigo. Sabía mucho de nudos desde que su padre le enseñó a pescar.

-¿Qué haces, Hoshi?

Cuando escuchó la voz de Sumi, Hoshi levantó la mirada y se encontró a las tres niñas pequeñas.

-Oh, hola chicas -se puso de pie porque ya había terminado-. Es una sorpresa, ¿me ayudarían?

Les pidió con una amable sonrisa y las niñas aceptaron con entusiasmo.

-Sostengan esto.

Les pasó una de las tablas para que la sostuvieran a la altura un poco más arriba se sus caderas sin moverla, mientras ella se ataba el extremo de ambas cuerdas a ambas manos y trepaba el árbol hasta posicionarse sobre la gran rama que estaba sobre ellas

-¡No la muevan! -les advirtió sin enfadarse-.

Ató ambas cuerdas a una distancia considerable y luego les dijo que ya podían soltar la tabla. Las niñas le hicieron caso y en ese momento Kanao llegó.

-Kanao-sama -saludaron las niñas y ella les sonrió de lado con algo de timidez-.

Hoshi saltó de la rama justo frente a las chicas y se sobresaltaron.

-Hola, Kanao. Hoy hace un día lindo, ¿no crees? -le dijo Hoshi con voz gentil y con una gran sonrisa-.

-Uhm, s-sí.

-Hoshi, ¿qué es eso?

-Qué bueno que lo preguntas, Naho -habló con optimismo-. Esto es un columpio -puso ambas manos sobre la tabla y las chicas la miraron confundida-.

Se sentó en la tabla y comenzó a columpiarse. Las cuatro chicas se echaron un poco hacia atrás, pero al ver que Hoshi se divertía y les explicó cómo debían hacerlo, ellas también quisieron subirse.

Hoshi subió a Naho y comenzó a impulsarla por la espalda. La chica sólo reía y luego, junto con Sumi y Kiyo, empezaron a turnarse.

-¿Me ayudas a colocar este, Kanao?

Hoshi le enseñó la tabla con la cuerda ya lista a la chica y ella asintió algo nerviosa. Caminaron un par de pasos hasta el arbol que estaba al lado y Hoshi le dio las mismas indicaciones.

Cuando bajó del árbol, el columpio ya estaba listo y Hoshi le preguntó a Kanao si quería columpiarse.

La de ojos púrpura miró a su izquierda cómo las chicas se divertían mucho y, luego de pensárselo un rato en el que Hoshi esperó pacientemente, asintió despacio.

Hoshi le afirmó el columpio para que se subiera y después empezó a impulsarla por la espalda.

-Me avisas si quieres bajarte.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora