44. Resistencia.

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Si había creído que el entrenamiento con Obanai había sido difícil, la estación de Sanemi lo había superado con creces. Se hallaba agotada en muchos sentidos y había perdido la cuenta de las veces que lavaba su uniforme por ensuciarlo con vómito, ya sea propio o de alguien más.

Los golpes del pilar del viento habían sido los más duros que había aguantado y, actualmente, Hoshi tenía muchos hematomas por todo su cuerpo, pero sentía que poco a poco mejoraba, y cada vez duraba más sin recibir duros golpes.

Pasaron unos días en los que, en compañía de Inosuke y Zenitsu, entrenaban y llegaban a sus límites. El ojiverde, al ver a Hoshi, no pudo creérselo de inmediato, pero cuando ella le explicó la situación de la misma manera que a Zenitsu, omitiendo algunos detalles sin mucha relevancia, Inosuke finalmente lo entendió y levantó sus puños al aire como muestra de orgullo porque Hoshi se integrara. No obstante, cuando eso sucedió, Shinazugawa los descubrió y los envió al dojo de inmediato.

Inosuke fue el primero de los tres en proceder a la siguiente estación y ese mismo día al anochecer, Genya llegaba a la de su hermano, presenciando, junto a Zenitsu que yacía en el suelo, el combate de Hoshi. Después de varios minutos en los que Sanemi se vio enfrentado a diversos cazadores, sólo la chica quedó de pie al final.

Combatieron unos minutos y, aunque Hoshi era ágil, el pilar lo era aún más, por lo que no esquivaba todos sus golpes, pero al menos ahora podía aguantarlos sin tanto trabajo gracias a la fuerza que ha estado ganando.

En un momento, Sanemi percibió la presencia del hermano que negaba, y sin poder evitarlo, su sangre empezó a hervir. No pudo controlarlo del todo, por lo que sus golpes fueron mucho más duros, y fue una patada en el pecho la que finalmente mandó a volar a Hoshi contra un árbol, derribándolo y haciéndola golpear su cabeza y caer inconsciente al suelo.

-¡¡HOSHI!! -gritaron Zenitsu y Genya, corriendo hacia la mencionada-.

Sanemi se quedó en su lugar, mirando la escena y pensando en que no planeó golpearla con tanta fuerza.

«De igual forma, el árbol no era tan grande.»

Intentó convencerse, pero su inconsciente sabía que la golpeó con ímpetu a causa de sus emociones, así que, de manera automática, comenzó a caminar hacia la chica; hasta que vio que se incorporaba con mucha dificultad. Asombrado, detuvo su andar.

«¿En serio no quedó inconsciente?»

Había caído de espaldas, pero se había girado para apoyarse en sus codos y empezar a alzarse, todo de manera muy lenta y temblorosa. Su cabeza tambaleaba, pero Zenitsu, nervioso y preocupado como siempre, se la sostenía con cuidado mientras Hoshi intentaba enfocar su vista.

Genya sólo la miraba con atención y preocupación, ni si quiera se dio cuenta cuando Sanemi llegó a posicionarse cerca de ellos y a hablar, interrumpiendo las preguntas ansiosas del rubio hacia la pelinegra sobre cómo se encontraba y cómo podía ayudarla.

-Puedes pasar a la siguiente estación.

Le extendió su katana y haori y Hoshi levantó la mirada con sus párpados aún caídos y, mientras de su nariz escurría sangre, asintió. Intentó agradecer, pero sólo le salió un balbuceo ininteligible.

Alzó su mano derecha temblorosamente y tomó los objetos que el mayor le tendía, pero enseguida su mano cayó al piso. Sanemi, al notar su evidente malestado, le ordenó a Zenitsu que la llevara al interior de la casa, ignorando por completo la presencia de su hermano.

El mayor se fue y Genya se ofreció para llevar a Hoshi, ya que Zenitsu también se veía agotado. El rubio aceptó y tomó las pertenencias de Hoshi para empezar a caminar, guiando a Genya que había tomado a la chica en brazos.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora