Extra II

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🌊🦋La sonrisa que quiero ver siempre🦋🌊
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[Nota: el capítulo está muuuy largo, así que no se apresuren en terminarlo de una sola vez; pueden leerlo por partes<3.]

No. No se sentía bien. No sólo había perdido un brazo, sino que ni si quiera sabía si habían acabado con los demonios. Lo invadía la culpa por haber permitido que Muzan convirtiera a Hoshi en demonio, la incertidumbre por lo que podría pasar después, el desagrado por pensar que tendría que acostumbrarse a usar un solo brazo y un revoltijo en el estómago a causa de los nervios y el constante estado de alerta en el que se encontraba.

-Cálmate, ¿quieres? O te saldrán canas.

Una femenina voz interrumpió sus pensamientos.

-¿Eh?

Shinobu suspiró y quitó el algodón de su rostro mientras lo dejaba en una bandeja junto a la cama del chico, para luego tomar otro y continuar limpiando su sien derecha, donde Hoshi lo había pateado causando una herida abierta que requirió costura.

-Estás pensando demasiado -dijo aún prestando atención a su labor-. Tu cerebro está consumiéndose por lo que pasa, y pensando así de intenso en ello no ayudará en nada -hizo una pausa-. No puedes hacer nada.

Se conocían desde hace varios años y su relación empezó siendo netamente de trabajo, pero debajo de ello se agradaban mutuamente. Las muchas misiones a las que acudieron juntos, terminando en algún almuerzo o descansando en un hotel para que luego volvieran juntos a sus hogares, habían sido cruciales para que Shinobu se volviera la persona más cercana a Giyuu, dentro de todo.

Él no lo reconocería, claro, ya que no solía pensar en eso en realidad, pero poco a poco se acostumbró a su ruidosa presencia y, la verdad, ese ruido no le venía mal a su solitaria vida.

Shinobu tenía otras personas en su vida, pero no negaba que el vínculo con Giyuu era peculiar, y su manera de demostrarlo era curioso. Disfrutaba molestarlo, aunque no siempre iban en serio sus palabras, y él lo sabía, por eso no solía reprocharle. Disfrutaba también conversar con él, aunque era ella la que más hablaba, pero le agradaba la atención que él le ponía a sus relatos. Le agradaba también que casi siempre estuviera de acuerdo con ella. En un principio creyó que era por timidez que no discrepaba, pero luego supo que simplemente tenían muchas cosas en común.

Con el tiempo ambos habían aprendido a leerse casi perfectamente, ya que ninguno solía hablar de cómo se sentía. Kocho aprendió a interpretar los gestos y silencios de Tomioka y él a interpretar las sonrisas de Shinobu que tenían muy poco de autenticidad, así que no estaba equivocado al pensar en que la manera en la que dijo la última frase no iba del todo dirigido hacia él.

Podía notarlo en su mirada cansada, dándole a entender que se quedó trabajando hasta tarde; en la ausencia de comentarios sarcásticos que ahora daban paso a silencios más prolongados; en sus ojos que parecían no encontrarse en el mismo momento que ellos.

-Deberías descansar.

Su voz hizo sobresaltar a la chica, que lo miró unos segundos pasmada y luego volvió a su labor.

-Ya estoy terminando. Iré a dormir luego -continuó con lo suyo hasta que terminó y se puso de pie-. Estás listo. Mañana vendré a verte.

La ausencia de euforia en su voz realmente desconcertaba al ojiazul.

El Sol Es Una Estrella [KNY x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora