lxiii. Potter-Black.

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Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.




"¿Lo viste subir al tren?"

"¡Se ve tan diferente! "

"Se parece a su maldito padre..."

"¡No puedo creer que Potter y Black hayan tenido una aventura! "

"¿Qué esperabas? Eso es lo que pasa cuando los Sangre Pura se casan con los sangresucias.."

" Cierra la boca", sisea Harry en voz baja, sin importarle la gente que está cerca de él y que se aparta, mirándole con curiosidad e indignación por hablar en pársel. Remus se limita a poner los ojos en blanco, con la espalda recta, mientras guía a Harry hacia la puerta del Expreso.

"No hagas caso", respira Remus. Harry quiere sisearle por dejarles decir esas cosas, por ser tan amable y gentil en lugar de vengativo y furioso, una parte de él incluso quiere morderle, pero entonces Harry oye una voz de adulto susurrando al pasar.

"...Debe estar destrozado, he oído que Lupin y Black estaban realmente juntos cuando Potter fue concebido, ¡y luego tuvieron el descaro de nombrarle padrino! Es una maldita maravilla que pueda siquiera mirar al niño..."

"¡Cállate!" Harry gruñe con fuerza, unas cuantas personas a su alrededor jadean y se giran para mirar al andén. Harry los rodea, mirando furiosamente a un mar de ojos ansiosos y entrometidos. "¿Qué demonios están mirando? ¿Qué les da derecho a decir semejante mierda...?"

"¡Adentro!" remacha Remus, abriendo de un tirón la puerta más cercana del tren y metiendo a Harry dentro mientras alguien detrás de él declara en voz alta:

"¡Así son los Black!"

A pesar de lo complicadas que son las cosas con Sirius, Harry siente una inexplicable oleada de defenderlo. Malditos idiotas. Harry se encorva en un rincón del vestíbulo, mirando las caras de los espectadores en el andén.

"Harry, tienes que calmarte", dice Remus con firmeza, cerrando la puerta del tren tras ellos y cerrando también la del cuerpo del tren. Se encuentran en un pequeño capullo de tranquilidad, con el sonido lejano de los estudiantes que suben y se mueven por el tren a un lado y el jaleo del andén al otro. Harry oye un pitido sordo en los oídos. De repente, definitivamente, no quiere volver a Hogwarts. "Sé que es desagradable..."

"¿Desagradable? ¿Cómo puedes dejar que hablen así de ti?" gruñó Harry, sintiendo la violencia verde de la magia de Slytherin brotar en su interior. "¡Están difundiendo mentiras! Sirius no te engañó".

"No, no lo hizo, no técnicamente, pero... me traicionó, Harry".

"No quería...", protesta Harry, aunque no sabe por qué siente la necesidad de hacerlo, pero Remus le corta.

"Lo sé, pero lo hizo. Estaba unido a tu padre y no me lo dijo, durante años y años", Harry ve un destello de furia en el rostro de Remus, repentinamente enterrado bajo el dolor.

"¡Eso no hace que esté bien que lo digan!" Harry se quejó. "¡Lo hace peor! No es de su incumbencia".

"No, no lo es". La voz de Remus es tranquila. Nunca le molesta que Harry diga palabrotas. Harry encuentra eso extrañamente aliviador. "Esto es lo que va a ser ahora, Harry. Eres Harry Potter-Black y la gente va a hablar..."

"Me importa una mierda que hablen de mí", interrumpe Harry, encogiéndose de hombros con enfado. "Llevan hablando mierda de mí desde los doce años, Remus, pueden decir lo que quieran de mí, pero cuando dicen mierda de ti...".

The Heir to the House of Prince | TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora