lxxviii. Hermana y hermano

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Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.



"¡Harry! ¡Neville! ¡Hermione!"

"¿Pueden oírnos?"

"¡Granger! ¡Granger, háblanos!"

Harry siente un fuerte pellizco en la parte baja de la espalda, la presión de un pensamiento que casi le araña ansiosamente la conciencia, alejándolo de sus padres, de los padres de Neville, de la calidez de sus ojos.


Vuelve, Harry.


La voz de Theo. Harry la sigue, sigue los hilos dorados y azules que lo sacan de la memoria.


Theo. Theo. Theo.


Harry jadea y abre los ojos, sintiendo a Hermione tambalearse a su lado y viendo a Neville balancearse violentamente frente a él. Theo tiene una mano firmemente apretada contra la espalda de Harry, lo que Harry piensa distraídamente que no es inteligente, pero entonces huele el agudo jengibre de la magia de Daphne detrás de él.

"Permíteme", dice en voz baja, y Harry sabe que está ocultando el toque de Theo.


Gracias a Dios.


Huele un agradable aroma a cítricos y regaliz mezclado con moras a su lado y se da cuenta, sombrío, de que Fred y Blaise han intervenido para impedir que Hermione cayera al suelo.

"Te tengo", gruñe Fred, con un brazo alrededor de la cintura de Hermione mientras Blaise sujeta su mano en la muñeca de Harry. Harry huele aturdido un aroma mágico a hinojo y ve a George sujetando a Neville, cuyos ojos adquieren un claro tono amatista, y a Ron ayudándole.

"Tal vez quieras hacer algo, Zabini", gruñe Ron, señalando con la cabeza sus manos entrelazadas.

"Granger, bella, creo que te está esperando", dice Blaise en voz baja. Harry siente que el brazo de Hermione tiembla. Espera no haberla asustado, pero en realidad no tiene espacio para preocuparse. Lo único que le sujeta al voto por el momento son los hilos dorados y azules de su vínculo con Theo, que se está tensando como una cuerda desde la suave presión de las yemas de los dedos de Theo hasta la garganta, subiendo por su caja torácica.

"No me llames guapa", gruñó Hermione, con los ojos brillando furiosamente hacia Blaise.

"La wixen más lista de tu edad, entonces", resopla Fred. Harry puede sentir cómo Fred aprieta un poco más a Hermione en señal de apoyo. "Te toca, Hermione".

"Yo... vale", Harry oye que Hermione se lame los labios. Respira hondo. "Entonces... que así sea".

Su anillo Potter emite un destello, un fénix en miniatura que sale de su piedra y se eleva hasta la de Harry. Harry lo siente, vuelve a oír la voz susurrante de su madre.


Te quiere. Amor. Amor.


Oye el sollozo de Hermione mientras lenguas de fuego brotan alrededor de la mano de Harry, enredándose en las muñecas unidas de él y Neville. Neville jadea, con los ojos muy abiertos, mientras las llamas se hunden en su piel.

The Heir to the House of Prince | TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora