The Heir to the House of Prince | Traducción

xxiv. Síndrome de la Cicatriz

Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

Harry finalmente deja de toser y vomitar lo suficiente como para ponerse de pie. Todos le miran con total sorpresa.

"Vaya, amigo", Ron se queda mirando su túnica. "Te ves..."

"Como un sangre pura", le dijo Ginny, con una mirada crítica sobre su atuendo. "Ni siquiera sabía que tenías cosas así".

"Está magníficamente oscuro", sonríe George con descaro.

"Oh, sí, todo un desquiciado Señor Oscuro en potencia", dice Fred mientras se carcajea.

"¡Nos inclinamos ante ti, oh, desquiciado Maestro del Universo!"

"¡Basta!" Hermione los empuja a los dos. "Harry está muy guapo, ¿verdad, señora Weasley?"

Tanto Ginny como Ron lanzan una mirada a Hermione, pero es a la señora Weasley a quien Harry mira. De nuevo, al igual que el señor Weasley, parece que está a punto de romper a llorar. Extiende una mano y, con lágrimas en los ojos, tira de la túnica verde de Theo hacia el hombro de Harry.

"Te ves muy atractivo, Harry, cariño", sonríe tristemente. "¿Tienes hambre?"

Ahora hay una reacción normal de la señora Weasley ante la situación y sólo hay una respuesta.

"Sí, gracias, señora Weasley", le sonríe tímidamente. ¿Por qué le mira como si fuera de cristal? Ya se esperaba que lo aplastara dentro de un abrazo.

 ¿Dónde coño está mi abrazo?

"Estaré abajo", prácticamente susurra. Luego mira a su marido, a sus hijos. "Cuando estemos todos listos".

El señor Weasley asiente y la sigue fuera del salón, apretando el hombro de Harry cariñosamente al pasar. Entonces se quedan solos Harry y sus amigos y él siente tanto alivio como incomodidad. Lleva semanas sin verlos y en ese tiempo ha estado a punto de morir dos veces, ha elaborado una poción ilegalmente para ocultar su aspecto, ha aceptado sus herencias, se ha hecho amigo de un Slytherin, de una serpiente mortal y de una especie de elfo doméstico asesino, y ha descubierto que Severus Snape es su padre. Se siente como un abismo lleno de un millón de cosas, imposible de cruzar. Eso es hasta que mira a Hermione. Sus ojos marrones están húmedos pero su sonrisa es kilométrica. Harry siente lo mismo que cuando ella salió corriendo por el gran salón en segundo año, sonriéndole como si pensara que no volvería a verlo.

Lo cual, para ser justos, tenía razones para pensar.

Harry se pone delante de su mejor amiga. 

"Oye tú", sonríe. "¿Has estado bien?"

"Tú..." Las lágrimas de Hermione comienzan a derramarse por sus mejillas pero sigue sonriendo. "Tú, absoluto... ¡IDIOTA!"

"¡Hermione!" Exclaman Ron y Ginny mientras los gemelos se ríen pero Hermione está demasiado ocupada abofeteando cada parte de Harry que puede alcanzar.

"¿Has enviado un maldito BUZÓN DE VOZ a mis padres? Creen que estás muerto y que yo soy el siguiente".

Puede sentir la risa burbujeando en su interior. Por supuesto, esto es lo que enloquece a Hermione. La previsibilidad de ella le da una felicidad tan irracional que ni siquiera hace una mueca de dolor cuando algunos de sus golpes tocan inevitablemente su dolorida espalda y sus hombros.