11. La cueva

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Han dejó de escuchar la voz de Minho pero si escuchó unos pasos y olfateos venir en su dirección. Cuando levantó su mirada vió un gran lobo negro con uno de sus ojos claros. Ahí estaba el lobito del otro día, quiso extender su mano para tocar su pelaje pero olvidó por completo el sol y volvió a quemarse.

El lobo gruñó luego de ver eso, no podría llevárselo si se quemaba antes.

Con su cabeza le señaló a Han la chaqueta como diciendo que se la pusieron bien. Cosa que el peligris hizo en seguida.
Un lobito mandón, pensó el peligris.

El lobo bajó su cabeza, mirando Han indicó a su propio lomo.
Oh con que a eso se refería con llevarlo.

El pálido no tuvo más remedio que asentir y subirse al lomo del lobo asegurando la chaqueta para no dejar expuesta ninguna parte de su cuerpo.

- " Vas a tener que agarrar bien esa chaqueta" Dijo en su mente Minho ahora sabiendo que Han podía oírlo.

Han trató de agarrarse lo mejor que pudo, pero nunca había montado un lobo así que esto era raro para él.
Por lo menos era suave, pensó.

Minho también se sentía raro, usualmente no llevaba a gente en su espalda, en realidad no le gustaba que lo tocaran en su forma de lobo pero hoy no le desagradaba tanto.

Comenzó a correr por el bosque, buscando las sombras de los árboles y revisando de vez en cuando para asegurarse de que Han estuviera bien. Como dijo, la cueva no estaba tan lejos así que llegaron luego de algunos minutos.
Entrando al lugar, el frío y la oscuridad le dieron la bienvenida a ambos. El lobo empezó a descender hasta llegar al suelo para que Han se bajara.

El peligris estaba adolorido, hace mucho no se quemaba con el sol porque siempre era precavido así que habia olvidado cuánto dolía, se bajó del lomo del lobo en cuanto se acercó al suelo y se puso a mirar al fondo de la cueva. ¿Habría revisado si esta cueva estaba vacía antes de dormir aquí?

- " ¿Te quemaste mucho?" Dijo acercándose Minho para verificar.
Oh.. ya no era un lobito. Pensó Han.

En efecto, se había transformado para ver si Han tenía más quemaduras, estaba preocupado.

Espera, ¿Él? ¿Preocupado?
Bueno, Han era bueno con él, era gracioso, se preocupaba por los demás, le gustaba mucho hablar con él y..-

Minho detuvo sus propios pensamientos, ocultándolos con rapidez.

Han era un buen amigo, así que era normal preocuparse por él.
Bueno, él lo consideraba un amigo ahora pero no sabía si para el contrario significaría lo mismo.

- " Estoy bien, no es nada." Dijo Han desviando la mirada para que no viera su rostro. No le gustaba el aspecto que quedaba cuando algo así sucedía, su rostro era muy bello para dejarse ver así, pensó Han bromeando.

Minho no quería insistir pero no podía evitar preocuparse, con la mirada se puso a buscar las cosas que había traído para su expedición, en específico su botiquín, porque como todo buen cazador, debía estar listo para cualquier cosa. Mientras buscaba en su bolso le dedicó una mirada al peligris, al parecer estaba intrigado en saber a dónde llevaba la cueva por lo que no le puso mucha atención a lo que estaba haciendo Minho. Cuando encontró lo que buscaba, el pelinegro llamó su atención, pero no obtuvo respuesta.

- " Han, Han, Han." Repitió de forma infantil hasta llamar la atención del pálido, quién se volteó a verlo con una de sus manos en su rostro para ocultar la quemadura, supuso Minho.

- " ¿Pasa algo?" El peligris vió cómo el pelinegro se acercó a él luego de llamar su nombre, lo miró confundido ya que no respondió. En su lugar, le entregó un pequeño parche médico.

Eso le causó una sensación extraña en el estómago a Han, como un hormigueo que ahora subía hasta su rostro haciéndolo avergonzar.

Los vampiros suelen tener una buena regeneración cuando se trata de heridas, en especial si han comido hace poco, que era el caso exacto de Han, posiblemente las quemaduras que tenía en su cuerpo desaparecerían en un par de horas.

No necesitaba un parche.

- " Gracias" Dijo tomando el parche médico entre sus manos mientras lo miraba embobado, olvidando por completo que hace unos momentos estaba angustiado por el estado de su rostro.

Minho lo miró confundido, ¿Por qué no se lo ponía? Solo lo miraba de una manera extraña, parecía totalmente concentrado en un simple instrumento de medicina.
¿Tal vez no sabe como funciona?
No, obviamente sabía, lo vampiros no son idiotas.
Pero de verdad parecía como si nunca hubiera visto uno, ¿Por qué seguía mirándolo?

- " Déjame ayudarte." Propuso el pelinegro mientras extendía su mano a la mano de Han para tomar el parche. Él sabía que todo el mundo sabe como poner un parche, pero ahora quería hacerlo él, quería ayudar al peligris.

Han subió su mirada, encontrándose con los ojos de Minho, aún estaba embobado así que no respondió nada, ni si quiera movió su mano cuando sintió el calor de la mano del contrario.

El pelinegro tomó el parche y algunos otros materiales que había sacado del botiquín entre sus manos mientras pensaba, "Espero no estar poniendo incómodo a Han"
Se acercó más al peligris, quién lo veía con una mirada que Minho no podía descifrar y con gentileza comenzó a limpiar el alrededor de la herida de quemadura que Han tenía en su mejilla. Mientras lo hacía fue la primera vez que notó que el peligris de verdad no era humano, esto se debía a que su herida en vez de tener tonos rojos, eran más bien oscuros. Concentrado para no lastimar a Han, procedió a limpiar la herida en sí, para luego colocar el parche. Verificó una última vez y se alejó del peligris.

Por otra parte Han, se había quedado hipnotizado por el rostro del pelinegro, sus facciones eran únicas, sus cejas rectas, sus particulares ojos que mostraban tanto el cielo como la tierra, su nariz perfilada, sus labios y unos dientes que le hacían recordar a los conejos por sus tiernas paletas.

No había notado lo atractivo que era porque nunca había tenido la oportunidad de observarlo tan de cerca.

- " ¿Mejor?" Preguntó el pelinegro.

Han despertó abruptamente de sus pensamientos. ¿Qué demonios estaba pensando? Asintió reiteradas veces para luego tantear con sus dedos su rostro hasta que se topó con el suave material del parche.

- " Oh, también te quemaste la mano." Notó el pelinegro.

El peligris revisó su propia mano para comprobarlo, en efecto, tenía una quemadura un poco más grande que la de su rostro.

- " Es cierto, pero no te preocupes." Quiso plantear Han, Minho ya lo había ayudado, que lo hiciera de nuevo lo avergonzaba.

- " Ya hice el del rostro, déjame ayudar con este también." Propuso Minho.
Era cierto, si ya lo había ayudado con una herida dejar la segunda sin nada era como dejar un trabajo incompleto y el pelinegro era bastante perfeccionista cuando se trataba de cumplir tareas.

Han no tuvo más remedio que ceder, dejando que Minho hiciera el mismo proceso pero con su mano ahora, para finalmente dejarla vendada.

- " Listo, ¿Ves que no me tardé?" Terminó de decir el pelinegro con una leve sonrisa en su rostro.

- " Para ser el líder de los cazadores sabes vendar muy bien una herida" Dijo Han mientras veía el perfecto acabado del vendaje en su mano.

Minho rió.

- " Se supone que debes saberlo, ¿Qué crees que voy por la vida solo matando?" Preguntó el pelinegro.

Han asintió lentamente, dejando a ambos riendo en la fría cueva que repetía sus risas en todas sus paredes.

Si la noche se les había pasado rápido, al parecer el día sería igual.




[ los amo aaaa]

[ At Midnight ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora