[ At Midnight ]

56. Cabaña

Minho se vió obligado a separarse por la falta de aire, jadeante se topó con la mirada hipnotizante de Han.
El peligris sonrió levemente, colocando una de sus manos en el pecho del contrario acariciando toda su extensión, iba a besarlo de nuevo pero el pelinegro retrocedió su cabeza.

- " Han ¿Estás seguro? No quiero que pienses qu-"

El peligris volvió a acercarse para robarle otro beso que le impidió seguir hablando. Amaba lo considerado que era su novio pero ahora solo quería sentirlo más cerca de él.

- " Lo estoy, ahora bésame, ¿si?" Han estaba hipnotizado mirando los labios del contrario. Al escucharlo, Minho esbozó una sonrisa ladina. Colocó ambas manos a los costados de la cintura de Han y se volvió a acercar a él, empujandolo contra la puerta. El peligris se le quedó mirando sorprendido por su acción, no lo había lastimado pero ver a Minho actuar así de rudo con él provocó un particular hormigueo que recorrió todo su cuerpo. El pelinegro aprovechó el momento para volver a besarlo pero esta vez era diferente a todas las anteriores, era un beso desesperado, como si en cualquier momento lo fuera a devorar. Se había estado conteniendo hasta ahora para no espantar a Han pero luego de que el peligris se lo pidiera, no sabía si podría volver a separarse de él. Jisung trató de seguirle el ritmo del beso, colocando sus nerviosas manos en los hombros de Minho para atraerlo más pero volvió a sorprenderse al sentir la cálida mano del pelinegro en su abdomen, el peligris abrió los ojos encontrándose con la mirada juguetona del contrario que sabía perfectamente lo que hacía.

- "¿Y bien? Pensé que querías que te besara ¿Por qué te detienes?" Minho tenía una voz tan provocadora mientras seguía jugando bajo la blusa de Han, recorriendo libremente su frío abdomen. Con una media sonrisa volvió a acercarse al rostro del peligris pero al ver que Han no lo besaba dejó un corto beso en sus labios para llamar su atención. El peligris parecía estar congelado, en realidad era lo contrario estaba sintiendo como una ola de vergüenza comenzaba a subir hasta llegar a su rostro. Minho siguió su recorrido desde sus labios, deteniéndose para dejar unos tiernos besos en ese lindo lunar cerca de su boca para luego seguir bajando hasta su cuello, rozó sus labios en su piel y succionó con un poco de fuerza, el contrario dejó escapar un par de suspiros mientras cerraba sus ojos y ponía sus manos en los oscuros cabellos de Minho. Una sonrisa se formó en el rostro del pelinegro al notar que eso le gustaba a su novio, se alejó unos centímetros de la zona para poder ver su expresión, fue ahí cuando notó que había dejado una pequeña marca en su piel, al verla un incontrolable deseo brotó en él.

Quería hacer muchas más.

Él es mío.

Un nuevo e intenso pensamiento brotó dentro de él.

Ahora al otro lado de su cuello, repitió su acción pero con un poco más de fuerza para saber si así dejaría una más grande, se alejó para comprobarlo y ahí estaba, una roja marca que destacaba en la perfecta piel de su novio.
Él la habia hecho, era suya.
Su marca impregnada en la piel de Han quedaría como prueba de su deseo.
Era consecuencia de los pensamientos que llenaban su mente.

Es mío, mi hombre.

Eres mío Han Jisung.

Eres completamente mío.

Solo mío.

La mente del pelinegro se nubló con ese fuerte sentimiento, bajó sus manos hasta las piernas de Han para levantarlo pero aún apoyándolo contra la pared, dejando su pecho frente su rostro.
Dios, era tan fácil de mover.

- " ¡Min-minho! ¡Espera, me voy a caer!" Reclamó el peligris viéndose obligado a apoyar sus manos en los hombros de Minho. El pelinegro vió esto como una oportunidad para dejar más de sus marcas en el perfecto cuerpo de su novio.
Como estaba jugando con su abdomen antes, dejó la blusa del contrario desarreglada por lo que divisó una parte del abdomen de su novio. Al notarlo rápidamente metió su cabeza dentro de la blusa.
Comenzó a dejar besos húmedos y marcas por cada lugar que recorría. Sintió el fuerte agarre en su cabello mientras escuchaba como el peligris susurraba su nombre una y otra vez con una voz que el pelinegro no había escuchado antes pero que deseaba escuchar aún más.
Subió hasta toparse con el pecho de su novio, su voz ahora más nerviosa que antes le pedía que lo bajara, a Minho le pareció curioso que su nerviosismo se intensificara al llegar a esa zona en particular hasta que se dió cuenta de la razón, unos rígidos botones, no pudo evitar soltar una breve risa,
Dios Han era tan adorable.
Le estaban rogando que los tocaran así que eso fue lo que hizo, mientras pasaba sus labios dejando húmedas marcas en uno con una de sus manos jugueteaba con el otro, removiendolo y peñiscandolo.

- " Min..ho.." Decía con dificultad el peligris por lo bien que se sentía, sin notarlo estaba tirando con fuerza de su cabello.
- ".. Baja...me... pri..mero" Pero el pelinegro parecía estar entretenido jugando con él porque no respondió nada, en su lugar, comenzó a morderlo mientras cambiaba de pezón. El peligris pataleaba para hacerse más notorio. Por muy bien que se sintiera no quería que el pelinegro lo sostuviera todo el tiempo, se cansaría. Soltó un alto quejido al sentir los fuertes dientes del pelinegro morder en esa zona sensible. Minho finalmente sacó su cabeza de la blusa de Han para verlo, subió su vista para ver el rostro avergonzado de su novio. Desvío su mirada a su costado y con las manos aún bajo las rodillas de Han se dirigió cerca de la cama. Cuando estuvo frente a ella lo dejó caer.

- " ¿Ahí esta bien?" Preguntó sarcástico el pelinegro con la cabeza levemente inclinada mientras se dedicaba a observarlo.
Se tomó un minuto para observar detalladamente el aspecto de Han, con el cabello desordenado, su blusa hecha un desastre y ese cuello lleno de marcas que él había hecho, se veía tan jodidamente sexy.

Han tampoco perdió el tiempo para echarle un vistazo a su novio, jadeante por lo ocupado que había estado jugueteando con él.
Se sentó en la cama para quedar a centímetros de su rostro. ¿Quería jugar? Esta bien, él también podía jugar.

Mientras lo miraba comenzó a desabotonar su blusa lentamente, el pelinegro volvió a esbozar esa media sonrisa juguetona mientras con sus ojos seguía las manos de Han deshaciendose de cada botón.
Al terminar, la prenda dejaba ver su torso descubierto. Minho iba a acercar su mano para tocarlo pero la mano del contrario lo detuvo, el pelinegro levantó sus cejas con duda viéndolo. ¿Acaso ahora no podía tocarlo?

- " Hazlo tú ahora. Quiero ver." Dijo el peligris mientras miraba desafiante el pelinegro.
Pero al contrario de Han, en vez de sentir vergüenza el pelinegro sentía cada vez más deseo.

- " Si quieres ver mejor, ¿Por qué no me la sacas tú? Déjame ayudarte." Minho tomó las manos de Han y las puso en su camisa.
Hasta ahí quedó el valor del peligris quién se avergonzó de solo escuchar la propuesta, cuando sus manos se tocaron ya era un lío de nervios.
Lee Minho parecía saber perfectamente como provocarlo no importara lo que hiciera.
El nombrado se quedó expectante, tal vez le había pedido mucho a su novio y estaba llevándolo a su límite, quiso volver a hablar pero el peligris comenzó a desabotonar su camisa, con la vista pegada en cada botón que liberaba. Minho, quién parecía disfrutar poner a su novio nervioso, apoyo sus rodillas sobre la cama para quedar aún mas cerca de él, hasta el punto de que su respiración lograra ser percibida por el más palido, el peligris lo quería ver mejor y esto lo ayudaría a hacerlo.

Las manos de Han estaban tan nerviosas como él, se notaba gracias a que luego de esa acción comenzarán a temblar un poco, la camisa que estaba usando Minho ya era bastante escotada por lo que podía ver un poco su pecho pero era otra cosa completamente diferente que ningún botón lo ayudará a cubrirse.
Como Han esperó el cuerpo del líder de los cazadores no sería cualquier cosa, estaba marcado pero no en exceso, era totalmente alucinante.
Sus manos automáticamente se posicionaron sobre su abdomen para comprobar lo que sus ojos veían, al tocarlo notó el contraste de sus temperaturas, Minho parecía estar ardiendo en cambio él seguía frío.
Al sentir la baja temperatura de sus manos, el pelinegro no pudo evitar erizarse, las suaves manos de Han acariciando su cuerpo se sentía tan irreal.
No pudo resistirse más y volvió a besarlo apasionadamente, dejando que el peligris siguiera recorriendo todo su torso a su gusto mientras le seguía el beso.

Minho había creado una lista de las cosas que le gustaba hacer con Han y definitivamente agregaría esto a la lista.