CANDACE
Me tumbo incómoda sobre el colchón de Felipe, ha insistido en que pasara hoy la noche aquí mientras él tenía guardia en el hospital, que de haberlo sabido no le habría hecho pasar todo el día conmigo. Por primera vez desde que lo he recuperado, miro el móvil en la oscuridad del dormitorio, la luz de la pantalla es tan fuerte que me ciega por unos segundos y me hace ver manchas por todos lados como si estuviera drogada o llevara un subidón al nivel de Rue en Euphoria, solo que este desaparece rápido cuando consigo pestañear y adaptarme al brillo.
Cualquier otra persona si desaparece dos días tiene la seguridad de que al desbloquear su móvil recibirá miles de mensajes de preocupación de amigos y familiares, en mi caso eso solo ha llegado por parte de mis seguidores, —y te aseguro que es porque hoy no he subido el vídeo de rutina facial a mi canal, no te creas que es por otra cosa— y por supuesto, por parte de Izan, mi hermano mayor.
A la única personas a la que parezco preocuparle.
—Canija, me habías asustado —su voz suena a través del altavoz.
—Lo siento —suspiro— ¿Has visto las fotos?
—Algo he visto, sí —escucho como suenan las sábanas al incorporarse.
—Mierda, ¿estabas durmiendo? No sé ni qué hora es ahí.
—No te preocupes —el sonido del metal llega a mis oídos y unos segundos más tarde como expulsa humo por la boca.
—¿No ibas a dejar de fumar?
—Estoy en ello —suspira— Dime, ¿qué ha pasado?
Le cuento con el corazón encogido y el estómago en la garganta todo lo ocurrido, Izan espera paciente sin hacerme preguntas, dejándome mi tiempo para verbalizar todo lo ocurrido, ahora que por fin puedo hacerlo sin llorar.
—Hasta hoy no he podido recuperar mis cosas —me trago el nudo de la garganta.
—Le voy a matar —su respiración se vuelve acelerada— Te juro que ese soplapollas se va a arrepentir de lo que ha hecho. Le va a caer una demanda que lo va a dejar bajo tierra.
—Ya no importa.
—¿Qué no importa? —grita furioso consiguiendo que me separe el móvil de la oreja— Mira, ahora no te voy a decir que siempre he sabido que era un gilipollas y que me alegro de que ya no sigas con él —su respiración se va pausando poco a poco— Pero joder, eres mi hermana pequeña...
—Soy la única que tienes —intento bromear.
—Siento mucho que hayas tenido que pasar todo esto sola.
—No lo he pasado sola —sonrío como una tonta al recordar el día de hoy.
—Voy a adelantar mi vuelo, cancelaré todas las reuniones, voy a coger el primero que salga, ¿entendido?
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Amor con fecha límite #1
RomanceUN MALENTENDIDO, UNA REPUTACIÓN QUE MANTENER Y UN TRATO QUE ACEPTAR. Candace siempre lo ha tenido todo, hasta que un día decide cambiar su estudiada rutina y toda su vida se ve envuelta en un sinfín de cambios. Encuentra a su novio en la cama con ot...