CANDACE
21 de Noviembre.
Tengo cuatro manos en la cabeza mientras me peinan a toda velocidad, dos manos terminando de maquillar mi rostro y otras dos poniendo crema en mis brazos y piernas para que brillen con los focos y flashes.
Creo que nunca he tomado una decisión mejor como la de invitar a las chicas al desfile. Sí, incluida a la morena. Qué remedio... si quería que Felipe viniese esa era su condición, así que aquí estamos las cuatro, disfrutando de un poco de mimos antes del gran día.
Grabo todo el proceso para montar un vídeo vlog y subirlo tras el desfile, pero de vez en cuando voy subiendo historias sin desvelar mi vestido, tan solo dando algunas pistas con mi maquillaje y peinado. A mis seguidores les encanta este tipo de contenido, mi día a día entre sesiones y desfiles, pero la verdad es que no siempre es tan interesante, por lo que aprovecho estas ocasiones para mostrar lo que quieren ver, como si mi vida fuera perfecta y no un caos como en realidad es.
—Podría acostumbrarme a esto —dice Eider relajada.
—Yo no —gruñe Mara— No cuentes conmigo para nada más. Odio que me maquillen tanto, parezco una puerta.
La maquilladora la mira de reojo intentando ocultar una mueca de fastidio que me hace sonreír. Lía se da cuenta de la situación y le clava el codo en el costado con el ceño fruncido.
—Sin ofender —se disculpa mirando a la maquilladora que le responde con una falsa sonrisa.
—No es por quedar bien, pero creo que hoy estás especialmente guapa.
—Totalmente de acuerdo —me apoya Lía— Bueno, todas lo estáis. No me creo que vayamos a asistir a un desfile de moda.
—Gracias —se encoge de hombros— También por la ropa.
—Es publicidad gratuita que le estáis dando a mi madre, y con vuestros rasgos llaman mucho más la atención. ¿Habéis pensado alguna vez hacer algo de modelaje?
—Soy negra y gorda. ¿En qué mundo crees que podría ser modelo?
—Hay modelos curvys, y son tan perfectas como las demás —me cruzo de brazos— Además, que tener una cuarenta no es estar gorda. Y una de las grandes es Naomi Campbell, la que, por cierto, blanca no es.
—Pero ella es delgada y guapa, a mí en cambio me han tenido que hacer la ropa a medida.
—No es culpa tuya, sino de mi madre, que solo ha hecho tallas para maniquís —pongo los ojos en blanco.
—Yo si que lo he pensado —dice Eider— Pero en este mundo o tienes contactos o no llegas a ningún lado.
—Bueno, podría hacer algunas llamadas...
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Amor con fecha límite #1
RomanceUN MALENTENDIDO, UNA REPUTACIÓN QUE MANTENER Y UN TRATO QUE ACEPTAR. Candace siempre lo ha tenido todo, hasta que un día decide cambiar su estudiada rutina y toda su vida se ve envuelta en un sinfín de cambios. Encuentra a su novio en la cama con ot...