83. TENGO MUCHA SUERTE

1K 62 22
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Felipe

1 de Enero

Mi móvil comienza a sonar despertándome sobresaltado, pero no sé lo que es sentir el corazón a punto de salir hasta que veo su nombre en la pantalla.

—¿Candace? —mi voz suena adormilada mientras me muevo entre las sábanas— Son las cuatro de la madrugada.

—Lo siento... no tendría que estar llamándote —su voz suena gangosa y pesada.

—¿Qué ha pasado? —me impaciento.

—Da igual, no tiene importancia.

—Candace —me aclaro la voz para que no se note lo asustado que estoy— ¿Estás bien?

Me quedo en silencio. Esperando una respuesta del otro lado que tarda en llegar.

—No —admite tras un largo silencio.

—¿Estás herida? ¿Has tenido un accidente? ¿Tengo que matar a alguien? —pregunto nervioso con la voz acelerada.

—No... no es eso.

—¿Qué es entonces? —cuestiono en un susurro.

—¿Si digo que sí a alguna de las preguntas vendrás a sacarme de aquí?

—No necesito ninguna excusa para ir a por ti.

—Sé que estoy siendo egoísta, pero...

—Dime dónde estás. Me estoy vistiendo ya.

—Felipe...

—Dime.

—Lo siento... —la escucho gimotear.

—Mándame la ubicación —digo antes de colgar.

Nunca antes había conducido tan rápido. Aparco la moto de cualquier modo y aligero el paso hasta la dirección que Candace me ha dicho hace apenas unos minutos. Hay una inmensa cola de gente esperando a entrar en la discoteca, no tengo tiempo para formalidades y voy directo al portero.

—Tengo que entrar, solo vengo a recoger a alguien y me vuelvo a ir.

—Si no estás en lista tendrás que esperar toda esta cola —señala a mi espalda donde la gran mayoría me miran con mala cara por intentar colarme.

—Es importante, de verdad que entro, la busco, y me la llevo —me muevo impaciente por no saber si Candace está bien.

—Nombre y apellidos.

La fiesta no la ha organizado Candace, sino el gilipollas de su ex, por lo que sé con seguridad que mi nombre no va a aparecer en esa lista.

—Felipe —me mira esperando a recibir más datos— Castro.

Revisa varias hojas en busca de mi nombre, pero tal y como ya imaginaba, levanta la vista del papel y niega con la cabeza.

—No apareces, tienes que esperar en la cola o apartarte de la entrada.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora