62. DEJA DE LLAMARME ASÍ

1.1K 69 9
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Felipe

No hay ni rastro de Candace por ningún lado.

He sido un completo idiota, el ser más despreciable que haya existido, y aunque me arrepienta de haber salido huyendo, ahora ya no puedo dar marcha atrás con el mando de "Click" para solucionar toda esta mierda.

La busco desesperado por toda la fiesta. Los invitados comienzan a divertirse al ritmo de la música y me complica mucho más la búsqueda. Solo necesito asegurarme de que está bien, que nada ha cambiado entre nosotros y que seguimos siendo los de antes.

Paso como puedo entre la gente, me llevo a varios por delante y me disculpo enseguida, pero lo único en lo que puedo pensar ahora es en ella y en volver a besarla.

Es casi imposible poder ver algo o a alguien con tanta gente, ahora ya no creo que fuera tan buena idea dejar la entrada libre, porque me está complicado la búsqueda. Justo cuando creo que voy a llegar a la salida, un cuerpo impacta contra mí y me quedo aturdido unos segundos hasta que la sorpresa se ve sustituida por la rabia.

El careto de Mario aparece frente a mí igual de confuso que yo. Observo cómo sus labios están hinchados de un rojo intenso, los cuellos de su camisa están levantados y el pelo revuelto. Una extraña sensación se apodera de mí y los celos me juegan una mala pasada.

Le empujo con furia para pasar por su lado y buscar quién coño está dentro del cubículo de dónde ha salido hace unos segundos. Abro la puerta con furia, pero para mi sorpresa, solo encuentro utensilios de limpieza y algunas cajas. Nadie. He llegado tarde.

Si antes necesitaba buscar a Candace, ahora me ahogo al pensar que yo he ocasionado esto, que he provocado que vuelva corriendo a los brazos de ese indeseable.

No te voy a decir que ha sido sencillo, pero en cuanto la veo sonreír al otro lado, algo dentro de mí comienza a latir con normalidad. Me acerco despacio hasta ella. La primera en verme es Lía, que me mira con frialdad y desaprobación, algo fuera de lo común viniendo de la persona más dulce y tierna que he conocido jamás. No hay que ser muy inteligente para saber que eso no es una buena señal, y que, si ella no está contenta, Candace lo estará menos.

Quiero creer que existe una conexión tan fuerte entre nosotros que ha sentido a varios metros de distancia mi presencia y que por eso se ha girado justo en el momento en que nuestras miradas se han conectado. Pero lo que seguramente haya pasado, es que simplemente se ha girado y me ha visto ahí, mirarle como un pirado que sabe que ha hecho la peor cagada de su vida.

Aparta la mirada enseguida y se centra en la conversación con Eider mientras todas ríen por su comentario, alguno que viniendo de ella no debe ser muy normal. Un sabor amargo me recorre la garganta al sentir la indiferencia de su mirada, pero una punzada en el pecho me atraviesa cuando soy consciente de que no hay ni rastro del color rojo en sus labios y que su peinado ahora es uno completamente diferente.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora