81. MUJER. SOLTERA. ADULTA

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Candace


31 de Diciembre.

Salgo de la ducha como una persona nueva.

Hablar durante horas y reírme a carcajadas con Olivia ha sido lo mejor de todo el día. No me he cruzado con Izan todavía, pero sé que antes o después me va a caer una bronca, y sinceramente, no me apetece escucharlo en absoluto.

En serio, mi hermano cuando quiere es insoportable, y quiere cada segundo de mi existencia.

Unos toquecitos en la puerta me hacen poner los ojos en blanco. Ya estaba tardando...

—¿Estás visible?

—Sí...

Asoma la cabeza y al comprobar que digo la verdad abre la puerta y pasa al interior.

—¿Se puede saber dónde narices has estado?

Lo que te decía...

—Soy una mujer adulta, no tengo que darte explicaciones de todo lo que hago.

—Has dormido con él, ¿no?

¡¿Qué?! Es inhumanamente posible que lo sepa solo con mirarme. ¿Cómo narices lo ha sabido?

—¿Qué? —intento ganar algo de tiempo haciéndome la tonta, o qué sé yo...

—Si vas a dormir con Felipe al menos avísame antes —resopla— He estado preocupado.

¿Felipe? ¿Es con él con quién cree que he pasado la noche? Joder... menos mal, no me va a meter en un manicomio.

—¿No te molesta?

—Gracia no me hace —tuerce la boca— Y no quiero saber que narices habéis hecho. Pero confío en él, lo prefiero antes que Mario o cualquier otro.

Joder, joder, joder...

—Tranquilo, no hubo sexo salvaje —finjo estar divertida por la situación.

—Ni puta gracia —gruñe mientras sale a toda velocidad.

Suspiro cuando vuelvo a estar sola y termino de secarme. Me pongo crema por todo el cuerpo y busco un conjunto de ropa interior mientras bailo al ritmo de la música esperando a que se seque. Me dejo llevar por el ritmo mientras dejo la mente en blanco, evadiéndome de las últimas veinticuatro horas e intentando bloquear cualquier pensamiento que consiga hacerme llorar de nuevo.

La puerta se abre de nuevo de un portazo y me cubro el cuerpo con las manos dando un grito que hace asustar a mi hermano.

—¿Estás loco? —cojo la toalla y me envuelvo en ella a toda prisa.

—Dime que sigues siendo virgen —dice de la nada apretando los dientes con fuerza.

—No quieres oír la respuesta.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora