15. SOY MASOQUISTA, NO HAY DUDA

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CANDACE

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3 de Noviembre.

Las despedidas nunca me han gustado, pero esta vez es distinto. O al menos eso es lo que intento decirme a mí misma para autoconvencerme.

Creo que esto es lo mejor que me puede pasar, volver con Izan y seguir con mi vida, —la que ya me gustaba, o a la que ya me había acostumbrado, llámalo como quieras— para volver a coger las riendas yo sola, sin la compañía del sexo contrario. Ya sea mi hermano o sea un atractivo médico/camarero/granjero o todo lo que Felipe resulte ser.

Acabo de salir de una relación, bueno, más bien me han empujado de ella de la peor de las maneras, pero no puedo estar pensando en nada romántico en estos momentos, así que, si alejarme de Felipe y no volverle a ver consigue que esta extraña sensación se vaya, lo haré, desapareceré para él y su entorno, aunque eso me suponga alejarme de las pocas personas que he podido considerar amigos.

—Izan está subiendo... —me muerdo el pulgar impulsivamente.

—¿Estás nerviosa? —sonríe cogiéndome la mano para apartarla de mi boca y que a este paso no me muerda hasta el codo.

—¿Tú... no?

—¿Por qué iba a estarlo?

—Izan es bastante protector conmigo, no te lo tomes a mal si él... ya sabes.

—Normal, yo también lo soy con las personas que me importan —mira hacia la puerta sin darle importancia— Entenderé que no deje de hacerme preguntas o me interrogue.

—Claro —asiento mientras me acerco— Ya está aquí.

Me asomo a la puerta y un flequillo cobrizo se acerca hasta mí con una amplia sonrisa. Izan me envuelve entre sus brazos y me abraza como si lleváramos siglos sin vernos y no días. Nunca he llevado bien estar lejos de él, pero desde que Mario entró en mi vida todo parecía más fácil. Ahora he vuelto a la casilla de salida.

—Te veo bien, canija —me coge la cara con las palmas de sus manos y sus ojos pasan de mi cara a la persona que está tras de mí— Es él.

Asiento con la cabeza tras su afirmación.

—Se llama Felipe.

—Lo sé, lo he investigado.

—¿En serio? —me quejo separándome de él.

—No creías que te dejaría estar en casa de un desconocido porque sí —se acerca curioso hasta él— Izan Coleman.

Felipe extiende su mano y se presenta en el mismo tono que mi hermano.

—Felipe Castro.

—Estudiante de medicina en pleno MIR y camarero en The Moment 's —dice mientras sostiene su mano con firmeza y le reta con la mirada.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora