38. ¿QUE HARÍAS SI PUDIERAS HACER CUALQUIER COSA?

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Candace

Reviso los comentarios que no dejo de recibir en la foto con Felipe y sonrío al leer la canción que he elegido como título para nuestra instantánea.

"Quiero ser lo que tú quieres que sea, quiero ser tu amor y quiero ser tu guerra, quiero ser el último minutos de tu vida aquí en la tierra", Bésame de Marlon.

Jamás, —y cuando te digo jamás, créeme que significa jamás—, he subido una foto a una de mis estudiadas redes sociales que no hubiera sido revisada por mi agente. No me mires así, intentar mantener una imagen perfecta de cara a los demás no es tan fácil como piensas, en realidad es una mierda tan grande como una casa.

Ala, ya lo he dicho. Como te gusta que hable mal...

El caso es que, para mi sorpresa, y seguramente tranquilidad de mi agente al ver que no he respondido ninguna de sus llamadas o mensajes incansables, la acogida que ha tenido nuestra foto ha sido increíble. No dejan de llegarme comentarios positivos y otros bastantes ingeniosos que me han sacado varias carcajadas. Estoy cansada de la imagen que se tiene de mí, y espero que no sea muy tarde para dirigirla en el camino correcto.

No sabía que daba tanto miedo ser una misma.

Hay una cosa que no sale de mi cabeza desde hace semanas, bueno, más que una cosa es una sensación, llamémosle pálpito. Tengo la extraña sensación de que mi vida está cogiendo un ritmo bonito, como si estuviera en el estribillo de una canción y los acordes fueran tan pegadizos que no eres consciente de que ahora llega el giro musical que le da la vuelta a todo, y ahí entra el problema, porque a Candace Coleman —dios, acabo de hablar de mí en tercera persona como hace mi padre, mátame camión— aunque la vida me sonríe y tengo todo lo que alguien podría soñar, en realidad nunca he tenido nada, y ahora que empiezo a tener cosas importantes para mí, o más bien, personas importantes para mí, tengo miedo a perderlas.

¿Conoces esa sensación de que cuando todo te va bien sabes que en cualquier momento ocurrirá algo que lo vuelva a poner todo patas arriba?

Deslizo el dedo por las demás fotos y veo el gran cambio de estos días, de pasar de mis fotos trabajadas y estudiadas, a las esporádicas y naturales con Felipe y con las chicas en el desfile. Hay cientos de mensajes preguntando por ellas, todos creen que son modelos de otros países con las que mi madre ha colaborado, lo que ellos no saben es que son las primeras amigas de verdad que he tenido.

Me encanta leer los comentarios, me hacen sentir cerca de todas esas personas que me apoyan y me siguen desde hace años. Sé que hay demasiados, pero aun así intento responderlos todos mientras me termino el volcán de chocolate y disimulo que no me está poniendo nerviosa la mirada de Felipe.

—...por la noche.

Estoy tan centrada en la pantalla de mi móvil que ni siquiera he oído la primera parte de la pregunta que me ha hecho Felipe.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora