44. TENGO QUE HABLAR CONTIGO

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Felipe

Llevo casi una hora en la puta aplicación.

Es adictiva. No sé bien cómo funciona, y no estoy tocando demasiado, pero si quiero una verificación tengo que seguir los pasos que Eider me ha indicado; subir una foto de mi cara y otra de cuerpo entero en la que salga bien, esa ha sido la parte más complicada ya que no soy de hacerme fotos, las pocas que tengo en el carrete son haciendo el payaso para hacer reír a Eider, y esas no creo que valgan. Lía no está, así que tendré que seguir esperando para que la maldita aplicación comecocos me verifique la cuenta con las fotos que he encontrado en mi carrete, así que ya solo me queda la última parte, y estoy dejando corazones rojos a todas las fotos de Candace que me van gustando. Que son todas.

Ninguna de ellas enseña a la verdadera. En ninguna foto consigo reconocerla, no al menos a la chica tímida e insegura que he conocido estos días, a la divertida y risueña, o a la que durmió conmigo en esta misma cama, la que aún sigue conservando su aroma. Todas muestran la misma careta. El papel que ha creado para este mundo, la fría y superficial chica de moda, y no la culpo, porque tener que vivir con todos estos comentarios una y otra vez no debe de ser fácil.

Me quedo durante horas leyendo los títulos de las canciones que pone bajo sus fotos y comprobando las fechas, intentando averiguar si me las canta a mí o a él. Me pierdo entre los comentarios, entre todas las personas que escriben mensajes bonitos y de apoyo, y me cabreo con todos los comentarios dañinos y molestos.

Cuando miro la hora, me sorprendo al darme cuenta de que son casi las dos y aún sigo completamente despierto. Regreso a su primera foto y compruebo que la ha publicado hace apenas unos minutos.

Es nueva. Muy distinta a las demás que ha ido subiendo los últimos meses. Parece más... real.

"Que no me atrevo a dar ni un paso más, parece que estás lejos y en verdad entre los dos hay aire. Tan solo es aire. Por mucho que me cueste va a pasar, voy a romper el muro de cristal. Que solo es aire. Tan solo es aire."

Copio la letra de la canción y la pego en Google. Me aparece "Aire" de Dvicio. La escucho con los ojos cerrados y siento de nuevo un pinchazo en el estómago, uno que no dejo de sentir con bastante frecuencia desde hace unos días por mucho que me siga medicando.

No lo pienso demasiado. Cierro la aplicación y me doy una ducha rápida. Bajo hasta el garaje y me subo a la moto. Acelero la velocidad. Necesito llegar a tiempo.

Tengo que aminorar cuando veo el edificio a pocos metros y a todos los estudiantes salir con prisa con los brazos repletos de carpetas o pesadas mochilas. Intento entrar dentro sin llevarme a nadie por delante y me quito el casco en cuanto aparco. Me quedo de pie, a pocos metros de la puerta principal. Espero que no haya salido aún. Hace apenas cinco minutos que han debido terminar las clases.

Dime que no eres de las que ya están fuera, dime que no...

Los ojos celestes de Candace se encuentran con los míos, como si no hubiera más personas, como si solo estuviéramos ella y yo, nuestras miradas se encuentran entre la multitud y el corazón me comienza a latir a toda velocidad contra el pecho, tanto que creo que puede escuchar mis latidos desde allí.

Amor con fecha límite #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora