AARON ©

CAPÍTULO LVI

56. Desde el principio.

DYLAN

Necesitaba hablar con Bridget un momento acerca de un proyecto que su equipo estaba revisando, por lo que en cuanto la vi levantarse de su mesa me apresuré a seguirla. Sin embargo, alguien se me adelantó antes de que pudiera llamarla. Peyton cerró la puerta a su espalda, haciendo que ambas desaparecieran de mi vista.

Genial, me tocaría esperar.

Vi pasar a Jasmine y consideré durante unos segundos la opción de ir a hablar con ella para no estar esperando de pie como un tonto, pero entonces oí como las voces se intensificaban al otro lado de la puerta. ¿Estaban discutiendo? Pensé que Bridget y Peyton eran amigas.

Abrí la puerta sin dudar ni un instante. Primero, porque nadie discutía a voces en la empresa y mucho menos ellas. Debían dar ejemplo. Segundo, porque eran mis amigas y no pensaba dejar que se pelearan por alguna tontería. Y menos mal que lo hice y que estaban cerca de la puerta, porque Peyton había estado a pocos segundos de meterle un guantazo a Bri.

—¿Qué te crees que estás haciendo, Peyton? —inquirí realmente preocupado mientras seguía sujetando su muñeca para evitar que moviera el brazo.

Me daba completamente igual quién hubiera empezado, si acaso Bridget la había provocado, o lo que fuera. Nada se resolvía con violencia. Nada.

Las miré a las dos en busca de una explicación, pero ambas parecían haber visto un fantasma. Estaban pálidas y con los ojos bien abiertos.

—¿No vais a decir nada? —pregunté ansioso por una explicación.

Finalmente solté a Peyton al ver que no se iba a abalanzar sobre Bridget, y me crucé de brazos esperando una respuesta. Bri carraspeó y miró a Peyton de reojo.

—Vino a pedirme opinión sobre la ropa. Le dije que odiaba su blusa de estampado de serpiente porque representaba la crueldad que les realizan a esos animales para conseguir su piel. Y ella se enfadó y yo me enfadé. ¿Verdad, Peyton?

—Sí, sí —aseguró, luciendo cabizbaja—. Sabes que me sienta fatal que se metan con mi ropa, sobre todo si es una prenda de diseño. Se nos fue un poco de las manos.

Alterné la mirada entre ambas. Sí que era verdad que Peyton no toleraba las críticas, y Bridget siempre defendía sus puntos de vista con bastante ímpetu, pero no me lo creía una mierda. Peyton se veía realmente enfadada cuando entré, y por mucho que adore la ropa de diseño dudo bastante que sea capaz de ponerse así por algo semejante. Bridget de verdad parecía asustada.

—Está bien, procurad que no ocurra de nuevo. Se os oía desde fuera.

Me giré hacia la salida dispuesto a marcharme, hasta que recordé el motivo principal por el que había llegado hasta allí. Me di la vuelta de nuevo y sorprendí a Peyton acribillando con la mirada a Bri. Esta última seguía pendiente de mis movimientos, por lo que no se dio cuenta.

¿Qué cojones había pasado entre las dos?

—Ah, Bridget —la llamé—. Necesito el proyecto de tu equipo lo antes posible, será rápido.

—Enseguida te lo llevo a tu despacho —asintió.

—Gracias.

En esa ocasión sí que abandoné la sala, solo que no fui directo a trabajar como tenía pensado antes de irrumpir en su pelea. Torcí a la derecha por el pasillo y caminé todo recto hasta llegar a la mesa de Jasmine. Le dediqué un rápido saludo junto con la mejor sonrisa falsa que pude poner, y entré en el despacho de Aaron. Tal vez él conocía algo de lo que acababa de pasar. Eran su mujer y su mejor amiga, se suponía que debía conocer muy bien a las dos como para darme una explicación.