Vuelta al infierno

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Quería caminar lento pero ya pasaba de hora, así que lo hizo rápido. Se perdió un poco por el camino, tuvo que necesitar la ayuda de uno de los guardias que, como ya no había ningún héroe que peligraba contra ellos, caminó a su lado guiándole sin decir ni una palabra, si hubiera sido el guardia de su gran puerta de metal, probablemente se habría quejado con él y le habría dicho de todo por hacer lo que hizo, menos mal que no era él, no estaba de humor para aguantar las quejas de ese hombre.

Caminaron rápido hasta llegar a la puerta que lo llevaría a su prisión nuevamente, se giró y miró por última vez el sol.

Que cruel panorama, él sabía que sería su última vez sintiendo que era, aunque sea solo un poco, libre. Él sabía que moriría solo en esa oscura habitación que se llevó consigo todos sus sueños, esperanzas, infancia, recuerdos... Moriría en esa habitación que le dejó sin vida, consumiéndole poco a poco, y lo haría solo, en la más profunda oscuridad que esas pocas velas no pueden iluminar, en el frío que su poco calor corporal no puede calentar, en el silencio que ni su propia voz es capaz de llenar, con el dolor que ni sin heridas se va.

Él esperaba la vuelta al infierno.

A su infierno.

Uno del que no podría escapar ni teniendo, hace a penas unos minutos atrás, a uno de esos héroes que tanto ansió que llegasen.

Pero no podía hacer nada más, desde que lo alejaron de su hogar, no ha podido hacer nada y ese día no era la excepción.

Así que resignándose a pasar por esa maldita puerta, apretó sus dientes, y aunque todo el cuerpo le dolía y su mente le gritaba que se detuviese, dio un paso hacia delante, y otro, y otro...

Y entró.

Bajó hasta llegar a la gran puerta de metal que abrieron nuevamente y se metió en esa oscura y fría habitación de siempre.

No hizo nada más que sentarse en el suelo, apoyado a la pared y esperar, era lo único que podía hacer.

Pensó en el exterior, el sol, los olores, la gente, el aire... Cerró los ojos y grabó en su mente todas las imágenes de esa mañana en su cabeza, no quería olvidarlas, no quería confundirlas con un sueño como hizo con sus recuerdos de infancia, quería recordar todas esas sensaciones que tanto echaba de menos, que tanto amaba.

Pensó en él.

"¿Hawks era?"

Le invitó a un maravilloso helado enorme y con más ingredientes que los normales. Esa era la mejor comida que había probado en su vida y si salía de ese lugar, (por muy estúpido que se sintiera ahora al pensar siquiera en eso), sería muy probablemente su comida favorita. La copa de helado.

Que estaba muy seguro que no se llamaba así pero el nombre era difícil de leer y no quiso hacer el ridículo, así que lo seguirá llamando "copa de helado" aunque no tenga ese nombre.

De todas formas no podría pedir otra, solo recordaría el refrescante sentimiento y el dulce sabor, casi onírico para él de esa copa de helado.

Ese héroe parecía simpático.

Le sorprendió sobre todo su capacidad para sonreír.

Tenía una sonrisa muy bonita y cálida.

Ah, pero no quería pensar más en él, no podía, si lo hacía, podía desear volver a salir y volver a verle, junto con ese paisaje que tanto anhelaba; el exterior.

Y eso no era bueno para su poca salud mental.

Intentando quitarse de la cabeza al hombre alado, escuchó la puerta moverse.

Que bien, le serviría de distracción.

Entró por la puerta su jefe, con una sonrisa. Subconscientemente, pensó que no se parecía en nada a la de Hawks, que aunque a veces hubiera sido un poco extraña, era definitivamente más cálida y agradable. Se quitó el pensamiento de inmediato.

—Hola, mi niño. ¿Cómo ha ido la excursión?

—....Bien.

—Ya veo. —sonrió de nuevo —. ¿Sabes? Me han contado por ahí que te has visto con un gran héroe.

—.... Si.

—¿Por qué?

Sabía cómo iba esa pregunta, su sonrisa cínica y macabra ya era suficiente para transmitirle lo disgustado que estaba. Quería respuestas a esa acción y si no las obtenía, el niño iba a terminar muy mal.

—Porque él me habló primero. —dedujo las palabras de su jefe y se adelantó. —No quería levantar sospechas, insistió mucho. Y yo no le dije nada. Estoy aquí, ¿ves?

—No te pases de listo.

—...

—sonrió de nuevo. —Has hecho un buen trabajo, estoy orgulloso de ti. —y le acarició la cabeza.

Por supuesto que el jefe sabía quién era Hawks, y él sabía que si a su joyero se le ocurría decir algo, estarían en grandes problemas, sus guardias eran fuertes, pero no tanto como para poder enfrentarse al tan famoso héroe número tres del que tanto se hablaba.

Así que estaba orgulloso del chico, como él quería, se estaba convirtiendo en su perfecta marioneta.

______ apartó de un manotazo la mano del hombre.

—¿Ahora me llevarás a que saque nuevas gemas?

—.... —le miró por un segundo con expresión molesta debido al golpe, pero sonrió de nuevo. —Exacto.

—....

—No te preocupes, no seré muy duro.

Que mentira.

.

.

.







[(Aaah, acabo de cometer un gran falloooo TT.
Tenía una idea para un capítulo que ocurre más adelante y la había escrito y desarrollado bien pero en vez de darle a "guardar" en borrador, le he dado a "publicar". ¡¡Y es algo que ocurre mucho más adelante!! Así que me he asustado y le he dado a eliminar pensando que dejaría de estar publicada pero en realidad he eliminado la parte entera..... Me he quedado sin mi idea perfectamente redactada y no me saldrá igual una segunda vez ಥ⁠‿⁠ಥ. )]

Aún así espero que os haya gustado esta parte de la historia (⁠ ⁠◜⁠‿⁠◝⁠ ⁠)⁠♡

Gemas [Hawks x Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora