Derrota

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Dos semanas, habían pasado dos semanas enteras desde el castigo de su jefe. No sólo le castigó por la supuesta llegada de Hawks al almacén, cosa que no llegó a entender del todo, sino también por haber gastado su dinero, haber hablado más de la cuenta, (con lo del agua de alcantarilla y que el dinero con el que pagó era suyo), y por dejar que ese héroe se lo lleve volando por ahí, perdiendo la vista de los guardias.
En realidad le castigó por bastantes cosas más que hizo, pero sólo entendió más o menos estas.

Sin embargo, ahora todo eso daba igual, las razones de su castigo eran lo que menos le preocupaban en ese momento.
El castigo del jefe fue en definitiva el peor que le había puesto en todos los años que llevaba allí dentro, se arrepentía de todo. Se arrepentía de haber hecho cosas innecesarias, de haber conocido a Hawks y de haber hablado con él, se arrepentía tanto que le daba vergüenza.

Habían pasado dos semanas y seguía sin recuperarse. Bueno, más exactamente una semana, lo sabía porque seguía teniendo el reloj que le dieron para mirar la hora.
Desde que volvió de comprar el libro de perlas, todo había ido en descenso. El jefe llamó a dos hombres adultos y fuertes, con grandes conocimientos sobre tortura, y lo tuvieron encerrado en su habitación por una semana entera, siendo maltratado sin descanso.

Podía soportarlo, por favor, fue maltratado desde que llegó a ese sitio, siempre pudo hacerlo, pero esta vez...
No, esta vez fue diferente, esta vez... Acabaron con todo lo que le quedaba.

No podía describir la sensación que tenía en ese momento, básicamente no podía pensar en nada, no podía moverse, desde que terminó su incesable tortura, llevaba una semana entera así. Sin moverse un milímetro, su cuerpo no se lo podía permitir. No le trajeron comida pero no la necesitaba, no podría comerla de todas formas, no podía ni levantar la cabeza, ni mover los dedos, solo los globos oculares, que le permitían ver el reloj de su muñeca, por lo demás, era todo un completo infierno.

No quería ni recordar ni pensar en esa semana, había soportado mucho en su vida pero esto era mucho más de lo que podía aguantar.

Estaba harto.

Lloró y gritó como nunca antes lo hizo, suplicó desesperadamente por perdón y en los años que llevaba allí ni una sola vez suplicó por nada pero no le hicieron caso alguno. Siguieron haciendo lo que les dio la gana, en una semana le profanaron más de lo que habían hecho en toda su vida, cosas que nunca le hicieron antes, cosas terroríficas, dolorosas y asquerosas. Deseó la muerte más que nunca y estuvo a punto de morir pero no le dejaron, le mantenían vivo, aún cuando pasó la semana, el dolor y cansancio eran tan insoportables que su corazón dejaba de latir algunas veces, lo que le daba esperanza, por desgracia para él, le pusieron un aparato en el brazo que le tomaba las vitales constantemente, así que si pasaba algo extraño enviaban a alguien. No al médico, esa vez no le usaron, no por nada en especial, la habilidad de ese hombre era bastante útil para lo que querían puesto que multiplicaba el dolor de las heridas curadas, no obstante no lo llamaron, querían dejar que el chico se pudriese en su habitación todo lo posible.

Hasta entender que no debía ser tan imprudente, desobediente.

Bien, pues tristemente para ellos, no había funcionado, todo lo contrario, en unos días cometería la segunda mayor imprudencia de toda su vida.

No podía soportar más, llegó al almacén con la intención de morir después de hacer el collar de perlas, pero no se esperaba lo que ocurrió, lo que le hicieron y eso había terminado con cualquier pizca de humanidad que le quedaba.

Había perdido completamente contra ellos, se había dejado llevar.

Y cuanto se arrepentía...

Antes pensaría que no dejaría que los demás se fuesen de rositas después de eso, ahora sólo quería morirse.
Y lo haría.

...

Habían pasado cuatro semanas desde que volvió del exterior, ya se podía mover, no demasiado, pero se podía poner de pie y caminar, era lo importante, hace dos días se iba a cortar el cuello, ya le daba igual todo. Lo iba a hacer, pero no encontró las tijeras que guardó en su almohada, se asustó ligeramente, eso significaría que el jefe o el guardia las encontraron, pero era extraño porque de ser así ya lo habrían interrogado sobre eso y no lo hicieron.
Se preocupó, pero mientras no le quitaran la oportunidad de hacerlo todo iría bien, el problema era que no le dejaban salir de allí dentro, así que ideó un plan.

Iba a cometer su segunda mayor estupidez... Iba a intentar escapar otra vez.

Ya lo intentó hace varios años, pero le salió el tiro por la culata, sin embargo, ya no podía pensar lo suficiente como para idearse un plan mejor o recapacitar en sus acciones, casi no podía pensar en nada, esa tortura le dejó medio lerdo, así que la próxima vez que le trajeran la comida...

Su plan se pondría en marcha.

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Gemas [Hawks x Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora