Comida II

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Hawks miró al chico, este estaba observando atentamente la copa de helado. Le pareció graciosa su expresión, una expersión neutra, pero de alguna manera sus ojos brillaban como luciérnagas.

El chico lo miró con emoción y comenzó a comer con la cucharita.

Pensó que podría morirse en ese mismo momento y se iría en paz.

Estaba tan bueno. De nuevo, su cabeza le trajo a la imagen el croissant pocho de siempre y aún más degustó el helado de fresa con nata y chocolate. Una mezcla maravillosa que le refrescó no solo la boca, sino también la cabeza.

Un poco más y se le iban a escapar unas lágrimas, se aguantó porque estaba siento observado.

Miró a Hawks, y su vista se fue hacia su pendiente sin pensarlo.

Por un pequeño accidente al héroe se le rompieron sus cascos, los que usaba con el traje, así que tuvo que trabajar sin ellos y sus orejas se podían ver.

Ciertamente era muy incómodo, en la habitación sentía cosas, pero la mayoría solo eran sensaciones sin sentido increíblemente molestas que terminaban en un dolor de cabeza horroroso, y por el contrario ahora estaba delante de una gema suya, al lado, tan cerca que si se concentraba podría notar incluso los latidos de su corazón.

Era demasiado incómodo. Estaba tan cerca que lo sentía inconscientemente, no era voluntario, nunca lo era. Y le molestaba, porque era cálido. No quería sentir eso, porque definitivamente lo recordaría en lo helado de su habitación, y eso le haría sentirse mal, melancólico y triste, por eso no quería sentir esa calidez. Si algo así venía de solo su oreja, ¿Cómo sería abrazarlo? Que le acariciase la cabeza...

No, no podía pensar en eso, no podía notar ni por un segundo la calidez de los demás, luego se sentiría más solo aún y eso le mataría por dentro, ya estaba lo suficientemente destrozado, no quería romperse a si mismo con esos pensamientos.

—¿Tanto te gusta mi pendiente? —terminó por decir, después de notar por mucho tiempo la mirada fija del chico en su oreja. Tenía la intención de sacar alguna pista que le dijera si era uno de los amigos de los ladrones de ese día o no.

—Um... Le falta una pieza. —dijo, no miró su otra oreja, pero lo sabía.

—Es que son pendientes para compartir con alguien más, un conjunto.

—Ah... Yo pensaba que sería grosero decirte a la cara que lo habrías perdido, por eso miraba. Perdón.

Si, era otra mentira que Hawks atrapó, aunque esta vez la disimuló más que las otras, seguía siendo sencillo darse cuenta.

¿Por qué mentiría con algo como eso? Las sospechas eran pocas, no tenía información ni pruebas de nada, solo una corazonada que le decía que no debía dejarlo ir y las extrañas reacciones del chico por cosas simples como esta y su nombre.

Sería algo complicado lidiar con él.

—No pasa nada. En realidad aún no tengo con quien llevar la otra pieza. Los conseguí hace poco.

—¿Si?

—Sí, en una tienda que asaltaron hace unos días.

—¡!

—sonrió. —salvé al dependiente y me los dio gratis pues me gustaron, la tienda se llama "joyería Minamoto", ¿La conoces?

—No...

Por supuesto que no la conocía, no podría hacerlo de ninguna de las maneras. Pero conectó informaciones, por eso le dolía tanto la cabeza hace unos días, porque muchas de sus gemas estaban siendo movidas por todas partes debido al ataque y él las sintió por la cercanía.
De alguna manera se molestó, ¿por qué tenían que poner una joyería con sus gemas tan cerca suyo?, ¿y por qué tenían que asaltarla? Ya tenía suficiente con su dolor habitual como para que su cuerpo sintiese cosas que no son suyas y su cabeza apretase como los demonios por consecuente.

Hawks volvió a malinterpretar la reacción del joven, algo tenía que ver con ese ataque o algo sabía. Tal vez era una persona normal que se enteró de algo que no debía. Pero de alguna manera tenía algo que ver con la joyería.

Era irónico.

Muy irónico.

Pues si, tenía algo que ver con la joyería, después de todo, la mercancía estaba hecha con su cuerpo pero él no hizo nada malo y estaba siendo malinterpretado.

—Qué pena... Venden joyas muy bonitas.

—Es que no vivo por aquí... Conozco muy pocas cosas.

—Se nota... —hizo una pequeña pausa. — ¿De verdad no puedo saber tu nombre?

—suspiró ligeramente. —______.

—¿______? ¿Es tu nombre?

—No, es un apodo que utilizaba mi familia, pero puedes llamarme así. &volvió a comer el helado.

Estaba siendo sincero, lo sabía, aun así, su mirada era un poco triste. Aunque cambió enseguida después de comer una cucharada del helado, cosa que llamó aún más la atención de Hawks.

Ese chico era muy extraño, guardaba algo y él lo iba a descubrir.

Tomó su te y comenzó a beber.

—Y... Mm... ¿Como es... Salvar gente? —preguntó, no solía hablar con personas y esa pregunta en específico iba a doler.

—¿Te interesa?

—Mm, bueno, un poco.

En realidad no del todo, él quería saber cómo era salvar a personas, cómo se sentían los héroes cuando sí podían salvar a la gente. Ya que a él nunca lo salvaron... Era más bien una pregunta irónica. Aunque él lo entendía, el por qué nunca fue salvado, sabe que desde el punto de vista de los demás, él desapareció sin dejar rastro. Los héroes salvaban vidas, no hacían milagros, ¿cómo encontrar a alguien que solo desapareció del mapa? Era obvio, lo era, él lo sabía y aún así dolía.

Dolía porque estuvo engañándose gran parte de su vida a sí mismo pensando que un milagro podría ocurrir, que si era un héroe lo podría hacer. No era tan malo engañarse, porque gracias a eso pudo sobrevivir tanto tiempo sin volverse un loco como su jefe pero cuando dejó de tener esa pequeña esperanza, todos esos años le pasaron factura, y se derrumbaría, lo sabía muy bien, sabía que no soportaría mucho más tiempo.

Que tendría que morir.

—Hhm, pues, ciertamente es gratificante. —comenzó a decir Hawks pensando. —Pero si soy sincero, preferiría no tener que salvar a nadie.

—¿Eh? —se sorprendió.

—Está bien ser un héroe, me gusta, —se explicó. —sin embargo, quisiera que los héroes podamos vivir tranquilamente, sin mucho trabajo por hacer.

—Oh, entiendo.

—No te lo tomes mal, me referia-

—No, lo he entendido. —interrumpió. —Lo que quieres es difícil. Siempre habrán grupos de gente dispuesta a lo que sea para su propio beneficio. —hablaba seriamente, pero cuando tomaba una cucharadita de su helado, su aura volvía a brillar. —Y algunas personas, ni si quiera por eso, simplemente por el gusto de ver a los demás sufrir. —Hawks lo escuchó atentamente. —Aunque... No es un mal deseo, espero que algún día pueda suceder, un mundo en el que los héroes puedan vivir tranquilamente.

Se dio cuenta de que le resultó un poco más fácil hablar, al principio estaba tan nervioso que pensó que diría cualquier tontería que pasase por su cabeza, pero hablar con Hawks le resultó más fácil y cómodo de lo que creía. Era agradable mas no debía sentirse así.

La hora límite había pasado hace un rato, debía volver o el maníaco de su jefe saldría personalmente para buscarlo. Quería irse pronto antes de tener deseos de volver a hablar con ese hombre, sería más doloroso estar solo en esa habitación si seguía con él.

—Deberia irme, —habló antes de que Hawks pudiera decir nada. —se me ha hecho muy tarde. —cogió la última cucharada de helado, la saboreó más que a las demás, sería la última. No volvería a comer nada así. —Muchas gracias por invitarme.

Hizo una pequeña reverencia, y salió del local.

No lo volvería a ver, no debía.

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Gemas [Hawks x Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora