Huída

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Había corrido muy poco, menos de 6 minutos, lo suficiente para notar cómo era capaz de caer al suelo para no despertar, el dolor era insoportable, pero debía aguantarlo, tenía que hacerlo, su respiración nunca estuvo tan agotada y su desesperación nunca se marcó tanto en su expresión, pero ahí estaba, corriendo por el largo e interminable pasillo que, con mucha suerte y determinación, lo llevaría a la salida de ese infierno, de su infierno.

***

Dentro de esas horribles cuatro paredes todo lo que se escuchaba era una respiración un poco fuerte y el sonido de metales chocando entre sí, ______ llevaba un par de horas pegado a la puerta, esperando a que esta abriese mostrando al guardia que le traería la supuesta comida.
Su plan era sencillo, correr y no dejar que le atrapen. Sí, solo eso, la última vez se ideó un plan mejor, aunque terminó muy mal, era más joven e inexperto, eso hay que decirlo, pero la cuestión es que perdió, y sabía que era capaz de perder igualmente ahora, mucho más con ese plan de mierda, pero, ¿acaso eso importaba? Para nada, por Dios, apenas era capaz de pensar en dos palabras seguidas sin sufrir la muerte de miles de neuronas en su cabeza, un espasmo, una subida de tensión y ansiedad y es que acababa de pasar por una tortura inimaginable que no lo dejaba ni pensar, era como si le hubieran arrancado el alma del cuerpo, el dolor, el sufrimiento, la agonía... Todo eso lo sintió durante muchos años de su vida pero ahora... Oh, esa semana lo multiplicaron por diez, con cada método nuevo, con cada acción que esos dos tipos hacían, con cada movimiento, palabra, mirada... Era como si le quitasen pieza por pieza, lenta y dolorosamente todo lo que le quedaba, su alma se la sacaron del cuerpo, su dignidad se la abrasaron en llamas, su firmeza se la aplastaron como si nada, su cordura se la arrancaron pieza por pieza, su humanidad se la arrebataron como si nunca hubiera existido, aunque tal vez... No, no había un 'tal vez', su humanidad nunca existió, se la quitaron hace mucho, pero al menos él intentaba luchar pensando que aún le quedaba, algo que cambió esa semana, ya no era un humano y ya no iba a luchar por seguir siéndolo.

Había perdido.

Se había convertido en lo que siempre le dijeron que era y en lo que trató desesperadamente de negar. Se había convertido en una marioneta, una muñeca, un juguete, un títere, un joyero sin vida, se había convertido en cuerpo hace mucho pero ahora... También en mente.

Lo era en toda regla.

Había perdido, le habían derrotado, habían conseguido lo que siempre quisieron.
Desgraciadamente para ellos, eso no era una buena noticia, ya no le quedaba nada por perder, absolutamente nada, le daba igual incluso hasta quedarse ahí dentro, pudriéndose como hizo toda su vida, ya no le importaba, en cambio, había algo que debía intentar.

Escaparía, huiría de allí, si tenía que dejar que eso sucediese, al menos haría que todos esos años no fuesen en vano.
Moriría sin dejar que esos cabrones de villanos se salieran con la suya o al menos lo intentaría.

Si le pillaban, le daba igual, toda la vida siendo utilizado de ahora en adelante no le sabía tan mal, ya no le importaba, un instrumento es lo que era, ¿verdad? Por eso le daba igual, ya no era humano después de todo, mas si podía conseguir ganar una soloa vez en su vida, terminaría de respirar para siempre dejando a su malnacido jefe psicópata sin su joya favorita; él.

No tenía ningún plan, no le importaba si le vencían al segundo y le encerraban para siempre, no podía pensar con claridad sin sentir que su cabeza desgarraba de un dolor tan insoportable que su vista se nublase, su boca se secase y sus pensamiento variasen tanto que perdía todo sentido del espacio y la conciencia.

Así de mal se encontraba.

Así que teniendo plan o no, lo haría ese mismo día, actuaría por instinto, sin importarle nada.

Y por esa misma razón, cuando su tan odiada puerta se abrió dejando ver al guardia, él salió dando un salto y embistió al guardia. No iba a correr, sabía que corría menos que un caracol.

Iba a acabar con él.

Cogió una bola del tamaño de la mitad de su pulgar y la impulsó con el dedo corazón y el pulgar apuntando a su frente, acertó, el guarda se desmayó al instante.

Osmio. Es un metal platino, el metal más denso y pesado de todos, con la fuerza y cantidad suficiente, es capaz de dejar a cualquiera fuera de juego. ______ lo sabía perfectamente, se leyó ese estúpido libro de minerales cientos de veces, después de todo, llegar a la conclusión de que era un mineral peligroso era sencillo, así que usó esa conclusión y le salió bastante bien.
Acababa de tumbar a uno de los guardias de dos metros con músculo por cerebro.

Claro que con su cuerpo de pluma que tenía, no habría podido tumbarlo pero por favor, habían pasado años desde que intentó escapar y teniendo en cuenta la última semana, lo último que se les ocurría a los guardias era su intento de huir.

Estaba desprevenido y todos lo iban a estar, eso le daba ventaja.

Aprovechó el desmayo del guardia para salir corriendo, bueno, caminar rápido es todo lo que podía, ni su velocidad ni sus piernas daban para más y menos su condición física.

Caminó todo lo rápido que podía, cada persona que se ponía en su camino recibía un disparo de osmio, ya que él tenía buena puntería, los años gastados en apuntar a objetivos invisibles en su pared habían servido de algo.

Llegaba al final, su respiración agitada, su cuerpo temblando y sudando, la tenía delante, la salida estaba ante sus ojos y en todo lo que podía pensar era absolutamente nada.

Lo había perdido todo, ya no le quedaba nada.

Ya no volvería a ser el mismo.

Se había acabado para él.

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Gemas [Hawks x Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora