Gemas [Hawks x Male reader]

¿Cómo se hablaba?

La impaciencia le llevaba todo de sí, no podía expresar las ganas que tenía en su cara, pero quien quiera que le viera sabría que estaba emocionado.
Abrió la puerta con ansia y lentitud para apreciar el momento, y porque no se iba a olvidar otra vez de que la luz del sol le hacía daño a sus ojos si miraba directamente.
Cuando abrió la puerta, sus ojos brillaron, salió de ahí mirando el exterior de nuevo. El sol estaba subiendo, brillando, dejó de mirar para no cometer el mismo error de la otra vez, observó a la gente caminar y charlar por la calle. Era casi el mismo paisaje de la otra vez, con algunos cambios, la gente, los coches, los gritos... Todo eso cambió, pero los edificios, los colores, el olor también era parecido.

Volvió a admirar cada pequeña cosa que tenía por delante, estuvo un buen rato analizando todo hasta que el guardia se impacientó y le dijo que se moviera de mala leche.

Comenzó a caminar, girando sus ojos y cabeza por todas partes. Mirando y escuchando todo. No queria oler mucho, sabía que le entraría hambre y el dinero que le dieron fue solo para el libro.

Oh, el libro, tenía que ir a la biblioteca, queria meter su cabeza en un libro nuevo, limpio, que no esté roto y que no se sepa de memoria. No obstante recapacitó en que no sabía dónde estaba la biblioteca, cuando era pequeño fue alguna vez, pero no recordaba el camino.

Una idea cruzó por su cabeza. Una idea terrorífica.

Tendría que preguntarle a la gente.

Empezó a sudar, la única persona con la que mantenía contacto, si se podía llamar así, era su jefe y sus guardias, el médico no decía nunca nada.
Solo hablaba consigo mismo para no sentirse tan solo. Pero, ¿hablar con gente? ¿Con gente normal? Hacía años que eso no sucedía.

Si bien pudo hablar con Hawks la última vez, fue mas bien gracias a la personalidad del héroe, por él le costó bastante, además no cree que lo hiciera muy bien...

Buscó a una persona que pareciese amable y disponible y al encontrarla respiró hondo. Tenía que hacerlo. Era mejor eso que dar vueltas como una cucaracha sin saber dónde ir y desperdiciar el precioso tiempo de ese día.

Se acercó un poco, notaba su corazón acelerado, el sudor frío recorrer su cuerpo...

"Y me acababa de duchar..." Lamentó.

Se acercó muy poco a poco, preparándose mentalmente y pensando en qué le iba a decir.

Cuando estuvo cerca de ella, se dio cuenta de que hicieron contacto visual.

Salió corriendo.

Eso le pilló desprevenido, se había olvidado del contacto visual y el ataque de nervios que eso podía provocar. ¿Estuvo tan nervioso la primera vez que salió? Bueno, esa vez él no se acercó a hablar con nadie, fueron los demás los que le dijeron cosas y estaba más pendiente de sus al rededores que de cualquier otra cosa. Pero esta vez sabía perfectamente que tenía que hablar con alguien e iniciar la conversación por su propia cuenta.

Se detuvo respirando muy hondo. No corrió tanto pero estaba muy cansado, sus piernas le estaban matando y sus pulmones parecían no respirar nada. Empezó a hiperventilar.

Se olvidó de un detalle muy importante, su cuerpo no estaba hecho para el ejercicio. Lo único que hacía era moverse de vez en cuando en su habitación, algún que otro abdominal y ya está. Él no estaba preparado para correr de esa manera con tanto espacio de sobra. Apenas comía un pan al día, estaba en los huesos, no se movía casi nada, sus músculos parecían flan, le dolía todo el cuerpo debido a los constantes maltratos y el quirk del médico. Correr de esa manera le destrozaba el cuerpo.

Se apoyó en una pared para respirar bien y descansar, algunas personas lo miraron extraño, le dio un poco de vergüenza así que apartó la mirada.

Cuando se pudo tranquilizar lo volvió a intentar. Se acercó a la primera persona que vio disponible y que parecía amable.
Se acercó lentamente. Cuando la persona se dio cuenta y establecieron contacto visual tuvo el impulso de salir corriendo de nuevo, pero no lo haría otra vez, solo se quedó paralizado en el sitio.

La chica le miró, el la miró. Estuvieron así unos segundos hasta que la chica comenzó a temblar y escondió su bolso. ______ tembló también.

"¿Cómo era que se hablaba?" Pensó

Ni cuando Yodoi se enfadaba con él temblaba tanto.
Quien quiera que les viera no sabría si llamar  a la policía u observar a que alguno decidiera hacer algo.

Ambos temblando, una con cara nerviosa, otro con cara de pánico, mirándose mutuamente.

Hasta que milagrosamente, o no, apareció alguien.

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