¿Libertad?

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Llegó con cansancio hasta la puerta y la abrió sin duda, salió corriendo de allí, al contrario de las otras dos veces, no se detuvo a impresionarse por cada cosa que veía, solo corrió sin rumbo alguno, sin orientación, con la muerte en su cabeza.
Intentó alejarse todo lo que pudo y lo más rápido que podía, tenía la sensación de que por muy rápido que fuera o intentase ir, no avanzaba ni un metro, cosa que no iba tan mal encaminada, todo su cuerpo desgarraba de dolor, las heridas que no le curaron se abrieron por el esfuerzo y a cada paso que daba su sangre caía a borbotones, estaba cansado, agotado, harto, ¿por qué le tenía que pasar esto?, ¿qué hizo él para merecerse esto?, ¿por qué parecía que todos los dioses se habían decidido a castigarle a él?, ¿acaso les desafió o algo, les ofendió tal vez?

No. Su único pecado o error cometido fue nacer. Cuando antes solo podía pensar en sobrevivir y salir de ese horrible lugar, ahora solo podía pensar en la muerte y en lo increíblemente tentadora que era.

Corrió sin detenerse a pesar del dolor y la sangre pero no importaba cuanta determinación podía llegar a tener, si su cuerpo decía basta, él no podía hacer nada.

Sa cayó, y al caer, cuando sus músculos descansaron la milésima de segundo después de la caída, es cuando toda la fatiga y agotamiento acumulado le pasaron la mayor factura. Le faltaba aire, no podía respirar, corta y entrecortadamente, se estaba ahogando con su propia respiración, aún así intentó levantarse pero sus músculos no obedecían.

Era el fin, lo había intentado pero falló, ahora sólo le quedaba esperar a que vinieran los guardias y se lo llevasen de nuevo, no había nada más. O eso de no ser por una chica que se agachó preocupada, después de todo cayó en media calle, delante de bastante público que lo miraba con miedo y pena.

Un joven corriendo desesperado, (o al menos intentando correr), había caído al suelo, cubierto de sangre y heridas profundas, falto de aire, parecía que se desmayaría en cualquier momento para no despertar, eso causa la curiosidad y la pena de la gente, y una joven valiente y preocupada por él se agachó para intentar ayudarle.

Gran error.

Él no tenía contacto con nadie a no ser que quisieran hacerle daño y aún menos con la última semana, los recuerdos seguían en bucle, las torturas no abandonaban su conciencia, era abrumador.

Actuó por instinto, solo por puro instinto humano. Al ver la mano que se acercaba a él, su cuerpo se movió por su cuenta, rodó por el suelo y se posicionó a su lado, con la sangre que le chorreaba creó un rubí del tamaño de su mano en forma de estalactita puntiaguda, se levantó como pudo y aprovechando la confusión de la joven se posicionó en su espalda, rodeando su cuello con el rubí que acababa de crear de su sangre.

Se escucharon gritos, una gota de sangre se deslizó por el cuello de la mujer debido a la presión, sólo tenía que deslizar un poco más para terminar con la amenaza.

Sólo medio segundo le bastaba para cortarle por completo el cuello pero se detuvo, no a voluntad, algo le detenía.
Por un segundo, solo por un segundo pensó en Hawks, qué tonto de su parte, sea donde sea que él estuviera, no había héroes.

Alguien le empujó, escuchó el grito de una persona, no sabía lo que decía, su mente estaba nublada, el agotamiento le provocaba mareo y un pitido incesante en la oreja, apenas distinguía los sonidos que escuchaba y las figuras que veía pero que le detuvieran y le gritaran algo fue suficiente para hacerle reaccionar, estaba atacando a una persona inocente.

Cuando se liberó del posible quirk de la chica que lo detuvo, miró con terror la situación, analizó lo que había estado a punto de cometer y sin pensar más volvió a correr de nuevo, aprovechando que su cuerpo reaccionaba otra vez.

Corrió más rápido de lo que nunca había corrido, tampoco iba tan rápido pero algo era algo.
Por fin, después de tantos años escapó, estaba hecho mierda pero escapó, no tenía armas, estrategia o fuerza pero escapó, alcanzó la puerta, no le pillaron y se alejó de ese lugar, llegó a alcanzar la libertad que tanto soñó.

Pero no se sentía libre, los recuerdos de la semana de tortura no paraban de llegar a su mente, como un disco rallado, se repetían las imágenes en su memoria una y otra vez, revivía los mismos momentos sin parar.

Estaba encadenado.

Ya nada podía salvarlo de esto.

O eso pensaba.

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Gemas [Hawks x Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora